Soria cuenta con 7.000 viviendas con visado energético
Sólo son un 10% de todas las construidas antes de 2007, pero ‘suspende’ el 83% de los edificios que se somete al examen
En lo que va de año se han registrado 648 visados energéticos en la provincia de Soria, más de la mitad, 333, en la capital, y ya suman 7.270 los certificados que ha dado libre la Junta de Castilla y León desde que entró en vigor la ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, una normativa que aprobó el Gobierno central en 2013 para adaptarse a la nueva directiva europea de 2020. Se trata de un ‘carné’ requerido para todos los propietarios que a partir de entonces quisieran vender o alquilar sus inmuebles si sus viviendas eran anteriores a 2007, dado que el nuevo Código Técnico de Edificación de este año obligaba a contar con él a partir de entonces, por lo que los certificados emitidos en Soria son de inmuebles, entre viviendas y edificios terciarios, la mayoría construidos antes de esa fecha.
Lo cierto es que apenas un 10% de las viviendas construidas antes de 2007 cuentan con el certificado. En la provincia hay una ‘bolsa’ de 70.000 casas anteriores a 2007 que en caso de ponerse a la venta o en arrendamiento deben obtener el estudio energético, o se podrían enfrentar a sanciones de entre 300 y 6.000 euros, según la ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, que aprobó el Gobierno de cara a adaptarse a la nueva directiva europea para 2020.
Y es que la Unión Europea estableció una serie de objetivos en el ‘Paquete 20-20-20 Energía y Cambio Climático’, que establece, para los 27 países miembros, dos objetivos obligatorios: la reducción del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero y un 20% de energías renovables, junto a un objetivo indicativo de mejorar la eficiencia energética en un 20%.
En 2023 se emitieron 1.100 visados energéticos, de modo que los registrados hasta la fecha suponen casi el 60% del año anterior, de modo que se espera superar la cifra al cierre de 2024, de acuerdo con la línea de los últimos años, un incremento que las agencias inmobiliarias vinculan con el interés que ha despertado la necesidad de ganar en eficiencia energética desde que se dispararon los costes de los carburantes y la electricidad.
Y es que el certificado otorga una calificación entre la A y la G a las viviendas en función de sus características para favorecer la promoción de aquellas con menos consumo y las inversiones en ahorro de energía, ya que la nota que obtiene cada inmueble debe aparecer en los anuncios de venta o alquiler y ser entregada a los compradores o inquilinos. No obstante, sus resultados, sean buenos o malos, no conllevan ninguna consecuencia por ahora a nivel medioambiental, ya que aunque el documento sí incluye propuestas de mejora para reducir las emisiones y propiciar el ahorro, no son vinculantes, dado que el documento es sólo de carácter informativo. Sirve para que el comprador o arrendatario conozca las cualidades de la vivienda y sus déficit tanto en la emisión de dióxido de carbono como en el consumo de energía. De momento, sólo a través de denuncias de arrendatarios o compradores o de las propias inspecciones de Consumo que realiza la Junta a los anuncios de los alquileres o las ventas se puede ‘controlar’ que los inmuebles tengan o no el certificado.
Del total de certificados sólo el 17% ‘aprueba’, 1.222. El resto, suspende en eficiencia energética, según los datos facilitados por la Delegación de la Junta en Soria. No obstante, a todas las viviendas que lo solicitan se les entrega su certificado, que le sirve de información al comprador o arrendatario para conocer las emisiones de CO2 o el consumo de energía que realiza.
En esta escala que va de la A (más eficiente) a la G (menos), la mayoría de las 7.270 viviendas ya existentes certificadas en Soria falla en eficiencia. El 83% fueron calificados de la letra D hasta la G. Y más de la mitad de ellas contó con la calificación E, 3.691, muy por debajo del nivel considerado como óptimo tanto para el medio ambiente como para el bolsillo. Solo 651 obtuvieron la calificación A y 209 la B, 440 el certificado C, 916 consiguieron la calificación D, 3.691 la E como ya se ha mencionado, 723 la F y 640, la G.
Esto supone que el grueso de las edificaciones que cuentan con el visado energético vigente desde el 1 de junio de 2013 emite más de 17 kilos de CO2 por cada metro cuadrado de vivienda al año y la mitad de ellos supera los 26 kilos por metro cuadrado, cifras muy por encima de los 6,8 kilos por metro cuadrado de las viviendas más eficientes que cuentan con la letra A. Es más, un 10,11% de los inmuebles certificados se encuentra en la franja roja (la letra G), la menos eficiente y con emisiones de más de 70,9 kilos por metro cuadrado a la atmósfera.
Cálculos a partir del análisis del aislamiento de las viviendas, desde las paredes, suelos y techos hasta las ventanas y puertas, y también los equipos de calefacción, refrigeración y ventilación, si los hubiera. De todas formas, se trata de un certificado informativo, de la misma manera que cuentan los electrodomésticos a la hora de acudir a un establecimiento a comprar uno.
Si se analizan los datos de la calificación de eficiencia energética en función del consumo de energía primaria, sólo 627 obtuvieron la calificación ‘A’, 202 la ‘B’, 393 la ‘C’, 876 la ‘D’, 3.706 la ‘E’, 699 la ‘F’, y 767 la ‘G’.
Además, más de la mitad de este total de certificados emitidos en la provincia de Soria se han realizado en la capital, 3.946, tal y como indican los datos del Servicio Territorial de Industria. Hay 512 tarjetas de eficiencia emitidas en Almazán, y 465 en El Burgo de Osma. En cuarto lugar, San Esteban, con 237 certificados, y después Golmayo, con 222. Ólvega, Medinaceli y San Leonardo siguen la lista, con 218, 108 y 128, respectivamente. Con menos de 100 y más de 50 visados emitidos están Arcos (91), Navaleno (78), Ágreda (78), Vinuesa (70), Garray (69), Covaleda (59) y Berlanga de Duero (50). El resto están distribuidos por todo el territorio provincial.
En función del uso del edificio también se clasifican estas ‘tarjetas’ de eficiencia energética. La mayor parte se emitieron para viviendas, 6.232. De ellas, 4.699 se corresponden con viviendas individuales en bloque, 1.046 unifamiliares adosadas, 473 unifamiliares aisladas, 204 unifamiliares pareadas, y 232 bloques de viviendas completos. Además, se registraron otros 245 certificados a locales, a 56 oficinas, 82 inmuebles dedicados a otros usos terciarios, 49 hoteles y residencias, 59 centros docentes, 28 edificios sanitarios, 59 inmuebles administrativos, 14 espacios comerciales, 20 instalaciones deportivas y cuatro edificios de oficinas.
La finalidad del certificado de eficiencia energética es dar un elemento decisorio más al comprador o arrendatario y realizar este trámite puede conllevar cuatro o cinco días si se tiene en cuenta la visita del técnico, la elaboración del informe y la presentación en el registro. Lo cierto es que en las ventas de pisos o locales los propietarios sí encargan el certificado de eficiencia energética, porque la normativa obliga a contar con él en la compraventa.