Lana: Pasado, presente y futuro

Llegó a Soria el año pasado, pero en el fondo, siempre había estado ahí. La lana, tejido clave en la historia de la provincia, vuelve a ser protagonista en la II Feria de la Lana, una iniciativa alumbrada a través del programa de presupuestos participativos y tejida por Myriam Martínez (Myremiendos). Regresa la feria al Lavadero de Lanas con 17 expositores y un sentido homenaje a la oveja merina en forma de diseño, un cuello ‘merendera’, en referencia a una de las plantas preferidas para la alimentación de estos animales.

La primera edición de la feria celebrada el pasado año ya fue un «éxito», según recordó el Ayuntamiento y sitúa al evento soriano como lugar de referencia en la materia junto a ciudades de renombre como Barcelona, Madrid o Sevilla. El Consistorio opta por dar continuidad a la propuesta emplazando su regreso al fin de semana del 14 y 15 de septiembre. No podía ser otro lugar, la feria se celebrará en el antiguo lavadero de lanas de la ciudad junto al Duero. Además de los 17 expositores hay un amplio programa de charlas, talleres y demostraciones.

«Fue un éxito tanto de participantes en los expositores como de asistencia y consideramos que era una cita que merecía continuar en el calendario de una ciudad y provincia especialmente vinculada a la trashumancia, la lana de oveja merina... Es, además, una actividad al alza, con cada día más niños y niñas aficionados y que toma el relevo de esas tejedoras de antaño cuyo conocimiento no queremos perder», explicó la concejala de Participación, Teresa Valdenebro.

Myriam Martínez, por su parte, recordó que este año se volverá a realizar un diseño especial para la feria después de la gran respuesta de 2023 cuando más de 200 tejedores y tejedoras posaron con su obra. En 2024 se trata de un cuello ‘merendera’, en homenaje a la oveja merina de Castilla y el nombre de la planta que comen. Ya se han registrado más de 1.000 descargas y la propuesta es obra de la zamorana Cecilia García. También explicó cómo se ha recuperado esta actividad tan ligada al territorio y ha marcado el punto de inflexión en el covid cuando «la gente tenía más tiempo libre en su casa. Se han dado cuenta que tejer, aparte de poder crearte una prenda tuya, es terapéutico».