Laboral
Ondara entra en la quinta prórroga del ERTE por otros nueve meses
La empresa presentó hace un mes toda la documentación a la Agencia del Medicamento para obtener el permiso de cultivo del cannabis. Los sindicatos firman sin acuerdo
Nueve meses más. Es la prórroga del expediente de regulación de empleo, ERTE, que inicia de nuevo la empresa Ondara y que afecta a todos sus trabajadores. Para medio centenar de ellos supone la quinta, y llevan ya dos años sin acudir a su puesto. Para el equipo técnico, una decena, implica seguir pendiente de que les desafecten del ERTE cuando las necesidades de la fábrica así lo demanden, como ha venido ocurriendo en las últimas semanas. La planta de producción de cannabis de Garray estará parada –al margen del mantenimiento básico–, en principio, hasta el 31 de mayo de 2025, si no hay cambios derivados de los permisos de la Agencia Española del Medicamente, de los que Ondara Directorship está pendiente.
El ERTE se firmó ayer sin acuerdo por parte de los sindicatos, que obtuvieron la negativa por respuesta a todas las propuestas que habían presentado, como que se elevara la compensación mensual, incluir extras y vacaciones y que la plantilla fuera recibiendo el dinero adeudado.
La cerrazón de la propiedad, el norteamericano David Engel, dejó zanjada la negociación que se ha desarrollado desde el pasado lunes y que finalmente acabó sin acuerdo.
«Lo que nos traslada el director de la planta es la negativa a todo, sin darnos más explicaciones», explicó el responsable de UGT, Pablo Soria, que lamentó la inexistencia de alguna contrapropuesta por parte del propietario.
De este modo, el ERTE se mantiene con una compensación para los trabajadores de 175 euros por mes y la deuda a 31 de agosto –de 4.200 euros a aquellos que llevan ya dos años y 575 euros a los técnicos– se sigue acumulando.
La propuesta sindical en el nuevo expediente de regulación temporal, rechazada por la empresa, recogía un aumento de la compensación de 175 euros mensuales a 300, paga extra, las vacaciones desde 2022, y que el dinero que se debe a cada trabajador se fuera abonando de dos veces, el primer pago en octubre de 2024 y el segundo en enero de 2025. Nada de eso se cumplirá. Incluso llegaron a pedir la extinción de la relación contractual con la plantilla, es decir, un expediente de regulación de empleo, ERE, a tenor de la situación que lleva arrastrándose durante tantos meses, pero eso tampoco parece estar en los planes de la compañía.
Soria reconoció que les preocupa la liquidez de la empresa por cuanto la dirección les trasladó que no encuentra financiación. «Si ahora no encuentra financiación, cuando tenga que desafectar a los trabajadores, porque pueda producir, tendrá que pagar las deudas. ¿Qué pasará entonces?», se preguntó el representante de UGT.
Pérez señaló que lo que sostiene la dirección es que la liquidez no será problema una vez que comience el tan esperado cultivo. «Si cultiva, el dinero llegará rodado, nos dicen, y que está buscando inversores», añadió desde CCOO.
Desde los sindicatos plantean algún tipo de acción que van a estudiar los servicios jurídicos, aunque de momento desconocen qué línea seguirán. «Hay que hacer algo, presionar de alguna manera», expresó la responsable de CCOO, Amor Pérez, incidiendo en que si la empresa no produce nada y llevan dos años sin trabajar, tendría que producirse algún movimiento, para no llegar hasta mayo de 2025 con el mismo panorama laboral.
Pablo Soria mencionó la Oficina Territorial del Trabajo, dependiente de la Junta de Castilla y León, como una de las puertas a las que llamar para tratar de desbloquear la situación en Ondara.
El juzgado no se plantea como la opción más idónea pues los sindicatos ya recurrieron a esta alternativa pero los tribunales dieron la razón a la empresa al entender que el ERTE estaba fundamentado en causas objetivas.
Las opciones para Ondara Directorship pasan por los permisos que conceda la Agencia Española del Medicamento –dependiente del Ministerio de Sanidad–, primero para permitir a la fábrica el cultivo del cannabis y después para la importación de la planta que se producirá en las instalaciones de Garray.
Según informaron desde la dirección de la planta a los sindicatos en la última reunión de la negociación celebrada ayer, la empresa ya aportó a la Agencia del Medicamento la documentación completa a principios de mes, si bien no mencionó los plazos previsibles de respuesta. Lo que sí está claro es que el primer paso tendría que ser la autorización del cultivo y con posterioridad se tramitará la importación del cannabis para plantar, todo indica que procedente de Canadá, según informan al comité de empresa.
Los sindicatos lamentaron que la actitud del propietario hace imposible llegar a ningún acuerdo. El sistema laboral estadounidense, muy diferente al español, motiva estos desencuentros, que desde el comité de empresa ven como algo que continuará si finalmente la planta recupera su actividad.