Heraldo-Diario de Soria

«Los turistas quieren completar sus experiencias cada vez más a la carta con paquetes organizados»

Así lo constata el coordinador científico del Instituto Micológico Europeo, Fernando Martínez Peña, en el Club de Prensa

Fernando Martínez Peña.

Fernando Martínez Peña.MARIO TEJEDOR

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Para Fernando Martínez Peña, coordinador científico del Instituto Micológico Europeo (EMI en sus siglas en inglés) «hay que estar permanentemente innovando en el sector de la micología para estar arriba» y, por ello, insistió en que «hay que invertir en investigación».

En este sentido, aseguró que «en Castilla y León tenemos un potencial enorme con este recurso endógeno, y ponerlo en valor con los congresos de renombre internacional que se organizan es muy bueno, pero no sólo tienen que mantenerse, sino que deben continuar vinculados con el micoturismo e incluso con otras experiencias como el enoturismo».

Por ello, cree que hay que ir más allá y pensar en que en ese desarrollo es fundamental «cooperar para poder buscar sinergias». Sobre todo porque «los turistas quieren completar sus experiencias cada vez más a la carta y para ello se necesita que estén los paquetes más organizados». En este sentido, recordó que es lo que el EMI está realizando con el proyecto Mycotour, que impulsa en el medio rural la internacionalización del recurso.

Porque «la micología y la truficultura despiertan un gran interés no solo a nivel nacional, sino también internacional, y se debe apostar por crear esas experiencias con infraestructura suficiente».

Así, adelantó que se van a incluir las experiencias en una plataforma web que se ofrecerá en varios idiomas, ‘www.mycotour.es’, pero también ve necesario poner en marcha nuevas infraestructuras micológicas como museos y centros de interpretación para proporcionar una mejor experiencia a los turistas.

«Hay que pensar cómo nos tenemos que vender al mundo, a qué público nos vamos a dirigir y creo que es muy importante mejorar las infraestructuras turísticas, como los museos o los centros de interpretación».

Reconoció que «en la tesis doctoral que se realizó bajo la tutela del EMI se puso de manifiesto que los turistas demandan actividades y asistencias a ferias, y ahí está el programa de parques micológicos, pero todavía está por desarrollar el ámbito de los guías turísticos y la seguridad que le da al visitante ir de la mano de alguien que sabe del producto».

Recordó que el EMI es «la única agrupación europea de cooperación territorial dedicada al conocimiento y puesta en valor del recurso micológico». La entidad, que ya cuenta con más de 20 socios principalmente de Europa, pero también de Estados Unidos, Canadá, Australia o China, entre otros, «está demostrando que el micoturismo es un producto estrella, y es en lo que estamos trabajando con proyectos como Mycotour, que cuenta con un presupuesto de 1,3 millones de euros para poner en valor la micología en Castilla y León, Aragón, Cataluña y País Vasco. O el Trufforum, que está difundiendo la trufa a nivel internacional y que lleva ya tres años dándose a conocer en Nueva York, pero nos lo tenemos que creer».

Precisamente explicó que desde el EMI y a través del Mycotour se está formando a gente porque puede ser una fuente de empleo joven como guías y orientadores micológicos que después acompañen a los turistas al bosque, pero cree que queda mucho trabajo por hacer.

«Todo depende de cómo queramos hacer la promoción de nuestro recurso. El 40% de los ingresos de la micología viene del turismo, según un estudio que realizamos desde el Centro de Investigación Forestal de Valonsadero, unas cifras que hay que actualizar y que probablemente ahora ese porcentaje se habrá superado».

También consideró que hay que plantear cómo adaptarse a las malas temporadas porque hasta ahora la investigación del cultivo micológico sólo ha tenido éxito con la trufa. De hecho, aseguró cómo éste está cambiando el paisaje». La otra opción es trabajar en la preservación. «El EMI tiene un proyecto para tener setas liofilizadas y almacenarlas para cuando vengan malas temporadas y tener entonces un producto de calidad».

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