De la literatura a la carretera: los Seat que recorren la provincia siguiendo 'Soria en Seiscientos'
Los pasados 13, 14 y 15 de septiembre sesenta Seat 600 de todas las versiones y variantes del modelo, incluida la mítica furgoneta 600 Formichetta, recorrieron las carreteras y paisajes de Soria por segundo año consecutivo, siguiendo alguna de las rutas recogidas en el libro “Soria en Seiscientos” escrito por el soriano Javier Martínez Romera, coorganizador junto a Carmelo García Miguel y Miguel Pelayo García del evento, con la colaboración de SEAT Vehículos Históricos y patrocinado por Pastisoria, GES Seguros, Comercial Liso y Recambios Paco.
Se da continuidad así a un evento que tuvo gran aceptación entre los aficionados a los Seat 600 el pasado año y que este año cubrió con extrema rapidez el mayor número de plazas ofertadas con participantes provenientes de lugares tan dispares como, Barcelona, Tarragona, Gerona, Ciudad Real, Cartagena, Santiago de Compostela, Burgos, Palencia, Navarra, Vizcaya, Madrid, Molina de Aragón, Cantabria, La Rioja, Valencia, Sevilla, León y Zaragoza.
Las actividades comenzaron el viernes 13 en la Sala 2 de los Cines Mercado de Soria con la proyección de “Un coche utilitario”, documental de “Imágenes”, Revista Cinematográfica producida por NODO en 1959 y que durante 10 minutos recoge el proceso original y completo de fabricación de un Seat 600. Y, a continuación, la película: “Ya tenemos coche” dirigida por Julio Salvador en 1958, una divertida comedia con Umberto Spadaro, María Martín, Juanjo Menéndez, Teresa del Río, Rafaela Aparicio y un Seat 600 como protagonista indiscutible. Además de los participantes en la concentración a la cita acudieron otros aficionados a los vehículos clásicos y cinéfilos en general que abarrotaron la sala. A continuación, la cena de participantes de llevó a cabo en el restaurante Santo Domingo de la capital, para, los más noctámbulos, continuar la velada en el Kiosko del parque de la Dehesa.
El sábado los vehículos quedaron expuestos en la Plaza Mayor de Soria, donde numeroso público se acercó a contemplarlos. Lo más pequeños disfrutaron de ver un coche que casi parece de juguete para los tamaños actuales y los más mayores disfrutaron compartiendo recuerdos y anécdotas en un agradable intercambio intergeneracional.
A las once en punto, la comitiva de veteranos Seat se puso en marcha y discurrió junto al todavía altivo castillo de Hinojosa de la Sierra y atravesó, entre aplausos y sonrisas, El Royo, Vinuesa, Molinos de Duero, Talveila, Vadillo y Casarejos para estacionar en el mirador de la Galiana donde se disfrutó de las vistas y se realizó la foto de grupo de participantes.
Tras descender un entretenido tramo de curvas bajo la vigilancia del castillo de Ucero, la comitiva, de casi cinco kilómetros, discurrió por las fértiles llanuras de Valdemaluque para terminar la etapa con una comida en el Hotel Castilla Termal de El Burgo de Osma, situado en el antiguo edifico de la universidad fundada por el Obispo Acosta en el siglo XVI y visitar a pie la histórica villa episcopal.
Por la tarde, la marcha continuó por solitarias carreteras secundarias rodando por Valdenebro, Bayubas de Arriba, Bayubas de Abajo, Tajueco, Valderrodilla, que recibió a la comitiva casi como si de una Vuelta a España se tratase al encontrarse en fiestas despertando admiración, nostalgias y buenos recuerdos.
Al poco, Fuentepinilla, Quintana Redonda y vuelta a Soria para cenar en el Hotel Alfonso VIII, donde se efectuó la entrega de trofeos. Además de la pequeña maqueta de un Seat 600 N de artesanía para cada conductor, resultaron galardonados el soriano Félix Pinilla Mínguez con el trofeo al 600 más antiguo, una estupenda unidad de 600 N matriculada a comienzos de 1961; el trofeo para el 600 más lejano fue para Salvador Real Ortiz, venido desde Bormujos (Sevilla) en un Seat 600 E. Recibieron también otro trofeo al Club que más participantes aportó a la concentración los Amigos de los Clásicos de Montcada y Reixac de Barcelona. También hubo algún obsequio más divertido y dulce para las participantes más jóvenes en la concentración, Nuane y Alba, futuras conductoras de Seat 600.
La noche se remató con un atractivo espectáculo de magia, a cargo del ilusionista Ali-Gali. El hecho de que los pañuelos se convirtieran en maquetas de Seat 600 indicaba que el mago, además de un fantástico ilusionista, era un apreciado participante de la concentración. Después los participantes pudieron disfrutar, al igual que la noche del viernes de un rato de descanso y de buena música de los sesenta en el Kiosko del parque de la Dehesa.
El domingo, los pequeños y entrañables Seat quedaron estacionados junto al Duero, en el antiguo lavadero de lanas, en el espacio contiguo al edificio del siglo XVII que albergaba ese fin de semana la feria de la lana, cuyos delicados productos y labores pudieron ser visitados y apreciados por los participantes antes del banderazo de salida. Atravesando el puente medieval sobre el Duero, los 600 salieron de Soria para, al poco, cruzar Velilla de la Sierra y, después, visitar las ruinas de Numancia.
Con la heroicidad numantina todavía en la cabeza, la comitiva continuó por La Rubia, Los Villares y Almajano para volver a Soria y, con la inestimable colaboración de la policía municipal, atravesarla con la sensación, agradable por lo excepcional, de poder pasarse los semáforos en rojo, y llegar al Parque del Castillo y sus murallas para efectuar en el Parador Antonio Machado la comida de clausura, animada para los participantes y distendida ya para los organizadores, muy satisfechos por la alta afluencia y el buen resultado y encantados de haber podido pasar del papel a la realidad de forma tan agradable en un fin de semana inolvidable.