Encuentro
Más de 400 encajeras de bolillos ‘toman’ la plaza Mayor de Soria
Llegan procedentes de provincias de toda España
Podría pensarse que el encaje de bolillos es algo anticuado, nada más lejos de la realidad, como indica la afición que se mantiene y que incluso cuenta con relevo generacional. La buena salud de esta técnica textil quedó de manifiesto ayer en el XVI Encuentro de Encajeras de Bolillos, celebrado en la plaza Mayor de Soria y al que acudieron más de 400 personas procedentes de diferentes rincones del país, desde Zaragoza a Madrid, también Navarra, Toledo, Ciudad Real, Asturias, Pontevedra, Logroño, Segovia, Guadalajara y por supuesto Soria.
La cita, organizada por la Asociación Cultural Encajeras Leonor de Soria, reunió en esta ocasión a un mayor número de participantes que la edición anterior, llenando prácticamente la plaza con las mesas donde fueron elaborando sus creaciones.
«Hay mucha gente aficionada a los bolillos, y ya no son sólo mujeres, hay hombres que lo hacen muy bien. Además, hay relevo porque en muchos sitios dan clase a los niños para que no se pierda la tradición», señaló la presidenta de la Asociación de Encajeras, Marisa Romero.
En encuentro, que se enmarca en los actos festivos de la programación de San Saturio del Ayuntamiento de Soria, de hecho es el primero de estas fiestas, se completó con una exposición de encajes de bolillos que muestra las cosas tan curiosas que pueden hacerse con esta técnicas, desde un abanico hasta un árbol de Navidad.
Desde Soria también se potencia la afición y la Asociación de Encajeras mantiene sus citas semanales, aunque con el problema de la falta de profesor, que suple con la experiencia de las más avanzadas. «Entre las que más saben nos echan una mano, y también hay muchos cursos on line que aprovechamos», indicó la presidenta, quien añadió que ahora, además de un aula en el centro de La Presentación, también pueden reunirse para hacer bolillos en la cuadrilla del Rosel, igualmente cedida por el Ayuntamiento de Soria.
El encuentro celebrado ayer también contó con puestos con todo lo necesario para elaborar bolillos, desde los propios bolillos, los hilos, agujones, separadores, ganchillos curvos o la pata de cabra, que se utiliza para enganchar la cabeza del alfiler y poder quitarlo. «Según qué cosas no las podemos comprar en Soria porque no hay, así que estas citas nos sirven para abastecernos», apuntó Romero sobre una afición que, añadió, no es cara pero «puedes gastarte lo que quieras. Hay bolillos de ébano que cuestan diez euros cada uno y hay labores que llevan hasta 200», matizó.
El encaje de bolillos puede resultar incluso algo «adictivo», pero fundamentalmente «relaja» su práctica, como otras labores creativas. «El soniquete de los bolillos es muy relajante», reconoció la presidenta de la Asociación Cultural Encajeras Leonor de Soria, que ya empieza a pensar en la edición número XVI del próximo año.