Psiquiatría
Aumentan en Soria los casos de menores en salud mental con 200 nuevos pacientes al año
La cifra es más del doble que antes de la pandemia de covid y el crecimiento es del 50% de un ejercicio a otro. El servicio está «saturado» por la falta de profesionales
Los estragos que causó la pandemia de covid en la salud mental van pasando a la historia y los casos que recurren al servicio de psiquiatría del Complejo Hospitalario de Soria se encuentran en fase descendente, en parámetros de los años precedentes, según señaló el jefe del Servicio de Psiquiatría, Ricardo Martínez. Pero si en general se va recuperando una normalidad en la afluencia de pacientes, «que también es significativa», recalcó, lo que se ha disparado son los casos de los menores de 18 años que han de recurrir al psiquiatra por sus problemas de salud mental.
«Lo más reseñable que hemos observado en el servicio de psiquiatría es el aumento de la población infanto-juvenil. Una problemática como nunca y la demanda se ha desbocado», reconoció Martínez, quien cifra en más del doble las atenciones que se prestan a los menores en comparación con lo que ocurría antes de la pandemia, con un «índice muy alto». De hecho, matizó, «cada año aumentan un 50% respecto al año anterior». Y lo peor de todo es que la tendencia se va prolongando.
En general, se trata de situaciones de inestabilidad emocional que generan problemas afectivos, de comportamiento, «y eso es preocupante», aseguró. «El cambio social les afecta, cada vez se ven más solos, menos socializados y recurren a situaciones para las que no están preparados. La ventana que supone internet les da una información que tienen que regular las autoridades», explicó el especialista, quien añadió que «el acceso a la información es espectacular y confunden conceptos que un adulto puede analizar, pero en el caso de un niño, se queda con el primer impacto y eso genera una impronta que permanece años».
Por eso es tan importante la prevención. El servicio, ubicado en el Hospital Virgen del Mirón, cuenta con un equipo exclusivo para los menores con un psiquiatra, un psicólogo y una enfermera, que se coordinan con los colegios, los servicios sociales y responsables de atención a menores. El alza de la demanda de los menores motivó la creación de este equipo que ve como sigue creciendo el volumen de trabajo.
Soria
Marcha reivindicativa en Soria bajo el lema trabajo y salud mental, un vínculo fundamental
Milagros Hervada
En total, el servicio de psiquiatría del Complejo Asistencial de Soria atiende al año 1.200 consultas nuevas y 200 de ellas son de menores. De la cifra global, unas 800 son específicas de psiquiatría y 400 de psicología. Los dos dispositivos de rehabilitación para crónicos registran unos 60 ingresos anuales. Hay que recordar que esta unidad tuvo que cerrar el verano del año pasado por falta de facultativos.
Martínez matizó que han quedado atrás los peores momentos tras la pandemia de covid, «aquella locura de consultas». «Hubo dos años muy bajos y luego se produjo una avalancha porque hubo quien salió muy dañado, porque pasaron miedo». Superada esa etapa, el especialista indicó que «la salud mental de los sorianos está mejorando», de modo que la presión en el servicio, con pocos profesionales actualmente, ha ido disminuyendo. «Estamos saturados pero no sobresaturados», reconoció. Y todo ello porque las personas han ido «normalizando sus comportamientos» después del periodo tan complicado para la salud mental que fue la pandemia.
Los problemas mentales de los pacientes siguen siendo los habituales, ansiedad, depresión, trastornos adaptativos ante circunstancias vitales que no pueden superar, y los trastornos más graves como los psicóticos en los que el enfermo pierde el contacto con la realidad. «Ese tipo de casos no sufren variaciones, se mantienen las cifras porque son por genética y factores ambientales y el porcentaje es el habitual», señaló el facultativo.
En cuento a los ingresos hospitalarios, los motivan sobre todo los problemas adaptativos, depresiones y problemas de comportamiento. «Aquellas personas que quieren desaparecer y acuden de manera urgente», añadió sobre los casos más extremos, que llegan bien por propia iniciativa o bien a instancias de las familias.
La situación laboral actual en el servicio del Hospital Virgen del Mirón, con sólo cuatro psiquiatras en activo de una plantilla de ocho –una baja laboral y tres vacantes–, motiva que se contabilicen menos consultas, lo que motiva que aumenten los ingresos hospitalarios. La media al año es de 310 pacientes que requieren ser ingresados en psiquiatría. «No es mucho más pero por la precariedad laboral sí se nota», afirmó el jefe del servicio, quien consideró que «la consulta es un dique que mantiene al enfermo en su domicilio». Si no es posible pasar por ella a tiempo, el problema acaba en ingreso.
«Nos faltan profesionales», manifestó Martínez, que además se encuentra próximo a la jubilación. Y eso hace que cada facultativo en activo tenga que aumentar el número de consultas.
«El esfuerzo compartido se puede mantener un tiempo. Mi equipo ha dado todo lo que tenía que dar», destacó. Pero la situación es complicada con una plantilla envejecida, que ha sufrido dos jubilaciones y un traslado, lo que ha ido mermando la capacidad de actuación.
«Es casi imposible encontrar relevo por la política sanitaria durante años y no se pensó en las jubilaciones», reconoció el jefe del servicio de psiquiatría del Complejo Hospitalario de Soria, donde únicamente están en activo cuatro psiquiatras –dos de ellos mayores de 55 años– de una plantilla de ocho, con tres vacantes y una baja laboral, previsiblemente hasta enero. «Estamos al límite, no cabe más reducción para mantener la actividad», advirtió Martínez, a quien ronda ya la jubilación. Por ese motivo, psiquiatras de los hospitales de Burgos y Valladolid se desplazan a Soria para cubrir las guardias. Desde junio, acuden cuatro días a la semana, de jueves a domingo. Son 14 profesionales que se van turnando.
«Se trabaja en distintas opciones y esperamos el apoyo de otras áreas. Estamos en permanente contacto con Madrid y Zaragoza que generan muchos especialistas», apuntó Martínez, quien aseguró que resulta difícil que los psiquiatras quieran venir a Soria. De hecho, las dos plazas que la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Soria cubrió no se han incorporado, en un caso por una liberación sindical y en otro por una comisión de servicios.
Martínez lamentó que los profesionales «prefieran trabajar en precario en otras áreas», en lugar de contar con una plaza en Soria, donde el servicio de psiquiatría recibió, antes de 2020, «premios y reconocimientos por su funcionamiento». También la rehabilitación era «puntera». Resaltó que el de Soria fue el primero en tener un centro de empleo para enfermos creado en 1998 y contaba con una red asistencial «que era la envidia, pero cuando había profesionales». Es como un círculo vicioso, pues a menos profesionales, menor capacidad para mantener los logros pasados.