Fuentelcarro se rebela contra el radar meteorológico de la Aemet
Un grupo de vecinos presenta alegaciones para que Almazán deniegue los permisos por considerar que «causará un impacto ambiental y visual irreparable» para el pueblo
El pueblo de Fuentelcarro, pedanía de Almazán, se ha rebelado contra el radar meteorológico que proyecta la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Vecinos de la localidad han presentado alegaciones para que el Ayuntamiento adnamantino deniegue la autorización de uso excepcional en suelo rústico para la construcción de un radar meteorológico de 24,50 metros de altura con una esfera en su parte superior de 6,5 metros de diámetro, «que causaría un impacto ambiental y visual irreparable a esta localidad», explican los promotores. Alegan los vecinos que el principal valor es «su entorno natural».
Relatan que la Aemet, «con el permiso y colaboración del Ayuntamiento de Almazán», tienen el objetivo de construir este radar que se ubicaría a 300 metros de las viviendas habitadas de esta localidad, «lo que la convertiría en la población más cercana en albergar unas instalaciones de este tipo en toda España».
Alegan que el resto de los 15 radares meteorológicos que componen actualmente esta red en el país, se encuentran en lugares elevados «lejos de cualquier población habitada a la que afectarían negativamente sobre la salud pública tanto ambiental como visualmente».
Además, desvelan que se quiere instalar en una parcela del Ayuntamiento de la villa adnamantina como suelo rústico de protección agropecuaria subcategoría explotación agraria. «Por consiguiente y para la aprobación de la licencia urbanística, este ayuntamiento tiene que autorizar el uso excepcional en suelo rústico siendo este protegido para conservar su uso tradicional y los valores por el que fue declarado como tal», exponen.
Destacan que la localidad de Fuentelcarro es conocida por sus extensas masas de Pino resinero ‘Pinus Pinaster’ y todas las actividades que le rodean, como es la extracción de resina, la micología, la caza, el senderismo, rutas en bici, avistamiento de fauna como son mamíferos, aves, anfibios y reptiles, etc.
«Todas estas actividades refuerzan el valor natural de la localidad, que se quiere alterar con la construcción de esta nueva infraestructura», inciden. Los vecinos que presentan estas alegaciones creen «necesario» el servicio que ofrece la Aemet con esta red de radares, lo que le permite tener una vigilancia de las condiciones meteorológicas. No obstante, este radar «se tiene que construir en otra ubicación propicia para este servicio sin alterar la estabilidad ambiental, visual y que garantice la salud ambiental del medio rural y sobre todo con la existencia de áreas aptas para este uso alejadas y con franjas de seguridad sobre las poblaciones actuales».
Uno de los interrogantes que se plantean es determinar por qué para el resto de radares que se han colocado a lo largo del territorio español, la Aemet ha tenido en cuenta la necesidad de colocarlos alejados de los núcleos urbanos y con carácter preferente lo ha hecho así; «y precisamente el que ahora nos ocupa se va a instalar justo al lado del casco urbano, junto a las viviendas».
Dicen los vecinos que la respuesta está en la existencia de una financiación respaldada por la UE a través de fondos MRR que precisa de «una ejecución rápida aún a costa de vulnerar las mínimas reglas de ordenación territorial». «Asimismo, el ‘gasto por el gasto’, sin demasiada reflexión, conlleva que en numerosas ocasiones que se acorten los plazos de análisis para elegir la ubicación idónea y se determinen ubicaciones sin tener en cuenta muchos otros criterios importantes», expone el grupo de vecinos.
Consideran que con esta autorización de uso excepcional la única damnificada por la falta de tiempo de análisis «va a ser la localidad de Fuentelcarro y por consecuencia sus vecinos sin que haya sido analizada ni tan si quiera la afección sobre la salud de las personas que ello conllevaría».
Reclaman que se deberían evaluar otras zonas para la ubicación de este radar «ya que existe disponibilidad» y «no se ha realizado un análisis multicriterio para la determinación de la zona más apta. Se quejan de que su instalación «no ha sido informada ni tan si quiera de manera privada» por parte de la Alcaldía sobre los vecinos de la localidad para su información, ya que la noticia «fue sacada días antes de las elecciones municipales por los medios de comunicación, siendo aprovechada por el equipo de gobierno como una gran gestión de su ayuntamiento». «Sin embargo», prosiguen, «ni tan siquiera se han evaluado los beneficios que pudiera generar sobre este ayuntamiento, ya que no va a recalar ninguno y lo único que generará serán perjuicios sobre un área de la denominada España rural, tanto sobre la población de Fuentelcarro como sobre los valores paisajísticos, ambientales, sociales y turísticos».