Heraldo-Diario de Soria

Patrimonio

Cultura programa una intervención arqueológica en los arcos de San Juan

Las excavaciones se complementarán con futuros análisis «multidisciplinarios» para desarrollar una actuación que permita «recuperar y conservar» el monasterio

Vuelo fotogramétrico de dron sobre el monasterio de los Arcos de San Juan de Duero.

Vuelo fotogramétrico de dron sobre el monasterio de los Arcos de San Juan de Duero.HDS

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La iniciativa para corregir el deterioro del monasterio de San Juan de Duero se pone en marcha. Tras los estudios preliminares que se desarrollaron a principios de este verano, el Ministerio de Cultura está «programando» ya una actuación que consistirá en una intervención arqueológica. Será una primera fase de un proyecto más importante que contendrá una intervención que permita la recuperación y la conservación del monasterio, según explicó el Gobierno a través de una respuesta parlamentaria.

El preocupante estado del bien cultural, afectado sobre todo por las filtraciones y el paso del tiempo, provocó la creación a principios de este año de un grupo de trabajo formado por representantes de todas las administraciones implicadas y liderado por el Ministerio de Cultura. En el grupo está representado el Estado como titular del bien, la Junta como responsable de la gestión y también el Ayuntamiento, la Diputación y la CHD, que dada la cercanía del monasterio con el río juega un papel fundamental.

En la respuesta parlamentaria publicada hace escasas fechas se recuerda que el monasterio de San Juan de Duero es un «bien de titularidad estatal» afectado al Ministerio de Cultura que goza de declaración como Bien de Interés Cultura (BIC) con categoría de monumento desde agosto de 1882. «Debido al deterioro que muestran las arcadas de piedra arenisca del claustro y la iglesia románica» reconoce el Gobierno el propio Ministerio de Cultura, a través del Instituto de Patrimonio Cultural «ha formado un equipo de trabajo interdisciplinario que colabora con las diversas instituciones, organismos y administraciones involucradas con el objetivo de definir las medidas necesarias para garantizar su adecuada conservación y preservación para futuras generaciones».

Bajo ese marco, explica el Gobierno, el pasado mes de julio «se llevaron a cabo una serie de estudios preliminares con el propósito de profundizar en el conocimiento del bien a intervenir». En aquel momento se desarrollaron tareas como un vuelo fotogramétrico con dron sobre el monasterio y sus alrededores «así como una prospección geofísica utilizando un georradar».

La principal novedad es que ya «se está programando una intervención arqueológica» que será una primera fase de un proyecto más amplio. En este sentido, el propio Gobierno indica que «las excavaciones serán complementadas por futuros análisis multidisciplinarios con el objetivo de llevar a cabo una intervención que permita la recuperación y conservación de este monasterio del siglo XII, que es un símbolo de la cultura soriana».

Cuando se anunciaron los estudios preliminares, desde Cultura ya se advirtió que el siguiente paso podrían ser excavaciones «selectivas» que « perseguirán caracterizar, desde el punto de vista constructivo, la cimentación de las arquerías del claustro, documentar cualquier evidencia sobre instalaciones antiguas para la evacuación de agua, y tomar cotas y dimensiones de las estructuras».

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el Monasterio de San Juan Duero sufrió distintas intervenciones sin control arqueológico ni documentación, como la retirada del arbolado del patio del claustro y la nivelación del terreno en 1883, que desenterró estructuras funerarias y arquitectónicas; o la actuación en 1916 de Luis de la Figuera, que excavó el centro del claustro con la intención de localizar un posible pozo. Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XX se emprendieron distintas campañas arqueológicas. Sin embargo, todas han abordado el monasterio de forma parcial. Por eso, todavía hoy se cuenta con escasa información sobre el subsuelo del monasterio. La única certeza que existe es que la panda este del claustro cuenta con varias tumbas de laja alineadas; y que en la panda norte, se registraron tres tumbas, pero no existe información sobre el resto de la superficie.

Por otro lado, ninguna campaña arqueológica, hasta el momento, ha documentado el pavimento original del claustro ni su sistema de evacuación de aguas mediante pendientes o canalizaciones. Se estima que pudo haber desaparecido con motivo de su reutilización como huerta en el siglo XIX, o que hubiera sido eliminado durante los trabajos de nivelación del suelo en 1883.

Desde hace unos 20 años no se han hecho obras para la conservación de San Juan de Duero. Las últimas, con una dotación de unos 40.000 euros, se destinaron a hacer labores preventivas en la corona de la arquería. La pretensión con aquella modesta intervención buscaba paliar los daños del agua de lluvia reconduciéndola hacia el exterior. Esas obras fueron la respuesta de la Junta a un intento de restauración, en el que también participaba el Gobierno, pero que se quedó a medias.

Aquel intento de colaboración fracasó, pero muestra que ya desde principios de los 2000 se conocía el estado calamitoso de San Juan. Incluso, el Instituto de Patrimonio Histórico Español cuenta con un proyecto de conservación del claustro elaborado por Juan Antonio Herráez que confirma que ya desde el año 2000 se hicieron «una serie de observaciones y recopilación de información para obtener un primer análisis sobre el estado de conservación y los procesos de deterioro detectados». En ese documento se alude a las «notables transformaciones» del cauce del Duero «siendo de especial relevancia la elevación del nivel freático producida por el azud levantado a mediados del siglo XX».

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