El estudio sobre los contagios en las guarderías en Soria se exporta a nivel nacional
La iniciativa se ha presentado hace unos días a la sociedad pediátrica en un congreso celebrado en Valencia
El estudio impulsado por el pediatra Rafael Peñalver Penedo al inicio del pasado curso escolar con el fin de poner coto a los contagios en las guarderías se presentó en el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), celebrado hace unos días en Valencia, con el fin de darlo a conocer a la comunidad pediátrica y que pueda así ‘exportarse’ a otras provincias.
Bajo el título ‘Incidencia y factores de riesgo de enfermedades infecciosas en escuelas de Educación Infantil de la provincia de Soria’, el proyecto afronta este curso su segundo año de estudio en el que se ha empezado con la intervención sólo en la mitad de los centros infantiles que participan, una veintena en total. Se trata de realizar una comparativa, totalmente aleatoria, entre dos grupos de guarderías. Así, unas guarderías (grupo de no intervención), van a mantener las medidas de higiene y prevención de infecciones que se realizan habitualmente en cada una de ellas, mientras que en el otro grupo (de intervención), se implantarán unas medidas específicas concretas, se educará a trabajadores del centro y a los padres de los niños sobre prevención de enfermedades infecciosas y se les facilitará los recursos necesarios para ello. «El objetivo es evaluar a posteriori el impacto que esta intervención tiene en la salud de los niños». Para ello los investigadores precisan la colaboración de los progenitores rellenando unos cuestionarios periódicamente y acudiendo a las charlas programadas.
Soria
Más de 320 niños participan en el estudio sobre los contagios en las guarderías
Irene Llorente
La aleatorización de las guarderías en uno u otro grupo se ha realizado al azar por los investigadores del estudio para darle la mayor credibilidad posible a este proyecto totalmente altruista. Y ya han informado a todas las familias de los centros donde se va a intervenir y han enviado su consentimiento para continuar con el estudio. Además, se les ha enviado documentación al respecto tanto a las guarderías del grupo de control como a las familias de las pautas a seguir y de cómo tienen que actuar en el momento en el que sus pequeños caigan enfermos.
Por ahora se han sumado 18 centros infantiles, aunque el equipo dirigido por Rafael Peñalver confía en que se incorporen los 20 del curso pasado y se alcance el medio millar de pequeños con los que realizar el estudio; el año pasado fueron 431. “Todavía estamos recibiendo los permisos”, señala una de las pediatras.
Cabe recordar que los datos que se recopilaron del primer año desvelaron que la principal infección era la respiratoria, aunque habrá que esperar a los resultados de este curso para obtener un análisis más detallado de los contagios de cara a su prevención.
Esta iniciativa privada que tomó forma hace un año, a raíz del incremento de infecciones entre los más pequeños que los sanitarios constataron con derivaciones incluso a la UCI pediátrica de Burgos, arrancó con un equipo formado por cinco pediatras, tres residentes y una enfermera, si bien pronto se amplió a once personas, ocho médicos y tres enfermeras. El grupo, liderado por el pediatra Rafael Peñalver, buscaba reducir al máximo los contagios entre los más pequeños mediante la realización de un protocolo. En un primer momento se adhirieron 320 niños, si bien a lo largo de todo el periodo escolar se fueron incorporando nuevos participantes hasta los 431.
Lo cierto es que el proyecto tiene una aplicabilidad inmediata una vez analizados los resultados, algo que pusieron de manifiesto durante la presentación en el Congreso de Valencia para que pueda ser de utilidad para la comunidad pediátrica en todo el país. Porque hasta la fecha no existían estudios que analizaran la incidencia de infecciones en la provincia de Soria. Tampoco se habían realizado estudios en los que se evaluara el impacto de establecer una formación reglada en el profesorado y los padres de los alumnos para prevenir los diversos tipos de infecciones más frecuentes. Otros informes sí evalúan la eficacia de una medida aislada o en situaciones muy concretas o periodos muy cortos, pero no se habían encontrado estudios que evaluaran la eficacia de introducir un conjunto de medidas simultáneo en los centros educativos.
Ya en el grupo de intervención se espera que los sujetos tengan menos procesos infecciosos, menos visitas al pediatra, a Urgencias, menor uso de antibióticos y, sus padres, tengan que solicitar menos permisos laborales. De confirmarse que estas sencillas intervenciones reducen el número de procesos infecciosos entre los alumnos de escuelas infantiles, este estudio permitiría elaborar, en colaboración con la Junta de Castilla y León, unos protocolos que aplicar a todos los centros educativos. Con estos protocolos se permitiría reducir el número de infecciones no sólo a nivel de Soria, sino que se aplicaría en la Comunidad e incluso en todo el país, con el beneficio en salud ya mencionado, el ahorro de costes sanitarios y para el conjunto de la sociedad.
El estudio, que el año pasado fue distinguido por la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Soria con el premio de Investigación, parte de que es una realidad que la asistencia a escuelas de educación infantil aumenta el riesgo de padecer enfermedades infecciosas, aunque en su mayoría banales, comparado con niños no escolarizados.
Procesos infecciosos que suponen un aumento de gasto de recursos sanitarios, que queda patente en muchas investigaciones, donde demuestran que los niños escolarizados tuvieron un uso significativamente aumentado de antibióticos, así como de visitas al pediatra y a urgencias hospitalarias.
Además, estos procesos suponen un perjuicio para el conjunto de la sociedad, ya que muchas veces los padres o cuidadores habituales deben solicitar permisos laborales para poder cuidar a sus hijos enfermos mientras se recuperan. En muchos casos, además, el cuidado de estos niños puede recaer en sus abuelos, suponiendo un aumento de riesgo de complicaciones características de la edad avanzada.
El equipo de pediatras indica en su memoria un estudio de Azor-Martínez que incluye una estimación de los costes sanitarios directos de cada episodio infeccioso, así como los costes indirectos estimados por la pérdida de productividad del absentismo laboral de los padres que rondan los 404,92 euros al año, y 522,25 euros al año si se incluyen los gastos sociales.