DANA en Valencia
Un soriano en la catástrofe de Paiporta: "En 100 metros el agua nos llegaba por la cintura"
Eduardo Camarero llevaba 5 meses en la localidad valenciana y el día de la DANA le avisaron desde la guardería para que fuera a recoger a sus hijas / "Es la primera vez que veo algo así en mi vida"
Eduardo Camarero Monteseguro, soriano de 37 años, trabajador en una empresa de marketing, llegó a Paiporta hace 5 meses. No podía imaginar que la localidad valenciana se iba a convertir en el epicentro de la DANA más salvaje que ha asolado España. Casado con una ecuatoriana y padre de dos mellizas que acaban de cumplir un año, Eduardo ha pasado la mayor parte de su vida en Soria, luego se marchó a Latinoamérica (Ecuador) y posteriormente recaló en Paiporta.
«Vinimos de Ecuador, donde la situación política y social es muy complicada, y terminamos en Paiporta donde nos ha pasado ahora esto», se lamenta el joven soriano, quien relata el día D, la jornada trágica del pasado martes en el que se desencadenó la terrible riada. «Nos avisaron desde la guardería de las niñas que viniéramos a recogerlas por el aviso rojo de la DANA, las dejamos en casa, cogimos el coche y nos fuimos a comprar. A la vuelta, dejamos el coche en un parking como pudimos y cuando salimos el agua la teníamos por los tobillos. Recorrimos 100 metros, despacio, lógicamente, lo que hay del parking a nuestra casa, y el agua ya nos llegaba por la cintura, y yo mido 1,80. La verdad es que las consecuencias fueron muy traumáticas».
Llama la atención que el aviso le llegara a Eduardo por parte de la guardería. «Mira, yo no quiero entrar en ninguna consideración política, pero el aviso de la Generalitat llegó pasadas las ocho de la tarde, cuando ya se había producido la riada». El joven soriano vive en un tercer piso, de ahí que no tuviera dificultades, en cuanto a posibles inundaciones. «Lo mejor es que las niñas se quedaron enseguida dormidas y no se enteraron de nada».
El vehículo en el parking quedó «destruido». «Desde las ocho de la tarde entrando agua... siniestro total. Ahora tenemos que reclamar al consorcio de seguros con el número de póliza y los datos del vehículo y esperar a la valoración de un perito. Estamos hablando de que en esta zona la población es similar a la de Soria, con 40.000 personas, y eso significa que hay miles esperando como nosotros a que se les realice una valoración con un perito, por lo que sabemos que se va extender mucho y nos hemos quedado sin coche, sin transporte».
Eduardo relata un «paisaje apocalíptico», que es en lo que coinciden todos los que han visitado Paiporta y otros pueblos de alrededor. «Hay dos momentos que tengo grabados. Cuando salgo a la calle está todo lleno de escombros y huele a ‘mierda’. A eso ya me he acostumbrado. Cinco después de la DANA, por la noche, sacamos al perrito y aquello parecía una película de terror, sin luz». Para más inri, el agua está ahora contaminada por lo que han tenido que echar mano de agua envasada.
El segundo momento que ha impactado al joven soriano fue este lunes, cuando unos amigos llegaron desde Cáceres con una furgoneta con alimentos. «Quedaron impactados. Les dije si querían ver la parte fuerte de esta DANA en Paiporta y uno se puso a llorar. No pudieron. Es muy difícil verlo, el bajón moral es terrible. Por eso se dice que, efectivamente, son escenas apocalípticas».
Para hacernos una idea, explica que «hay que imaginarse que en Soria no quede ni una sola esquina y que esté todo arrasado, pues así está Paiporta». Aunque la verdad es que después de 5 meses a Eduardo le ha tocado vivir una experiencia tan dramática como esta, también da gracias «porque al final hemos tenido suerte».
Lamenta que muchas veces «duele que no puedas ayudar todo lo que desearía». Ha empezado a teletrabajar y de momento no volverá a Soria. «Nos han dicho que regresemos a Soria pero me parece mal hacerlo y dejar esto aquí. Si hubiera algún riesgo para mis hijas sí que lo haría, pero de momento nos vamos a quedar en Paiporta». Dentro de su modestia, ha comenzado a colaborar con voluntarios para canalizar la ayuda de alimentos aunque «yo no soy ningún héroe».
Sobre las consecuencias de la devastación, si la rehabilitación de todos los núcleos necesitarán meses o años, el propio Eduardo no tiene una respuesta. «No sé qué decir. Es la primera vez que veo algo así en mi vida», y subraya lo que en su opinión es prioritario, y correlativamente el resto. «Lo primero es recoger todo el barro que hay, eso es lo principal. En segundo término, recuperar los comercios porque ahora mismo no hay absolutamente nada. En tercer lugar, habrá que trabajar en las infraestructuras públicas que han quedado destruidas».
Eduardo Camarero llegó a Valencia el pasado mes de junio prácticamente en verano, y resulta increíble que el Turia y prácticamente todos los arroyos estuvieran secos y que meses después se hayan desbordados. «Recuerdo que una vez llovió tres días seguidos y el Turia llevaba un hilillo de agua. De este río se desvió precisamente el cauce para evitar inundaciones. Unos meses después nos hemos visto envueltos en una alerta roja y en una DANA».
«No soy un experto en climatología, pero parece que se apunta a que una de las causas es la temperatura del mar», prosigue. «Nos metíamos en el Mediterráneo y decíamos, ‘qué caliente está el agua’». Sin agua porque está contaminada, consumiendo agua embotellada y con víveres en casa, Eduardo no ha sacado estos días a sus hijas de casa. «No les podemos sacar y están un poco nerviosas. Por nuestra parte, estamos bien dentro del desastre», finaliza.