Sociedad
El Banco de Alimentos de Soria aprovecha 19.000 kilos de producto perecedero
Carne, pescado, queso, pan..., todo aquello que el supermercado ya no puede vender pero está en buen estado es entregado a unas 150 familias en una logística muy organizada
El Banco de Alimentos de Soria solía acumular únicamente legumbres, latas, arroces, pastas, leche... productos no perecederos que podía gestionar y almacenar con facilidad para entregar posteriormente a las familias más necesitadas. Desde hace año y medio ha dado un paso de gigante incorporando a su dieta otros alimentos frescos que requieren una logística muy organizada y sobre todo la colaboración de un supermercado, en este caso el E.Leclerc, que le facilita productos que ya no va a vender, por próxima caducidad o fin del consumo preferente.
Carne, pescado, queso, congelados, pan..., entre otros, un género que hasta ahora no figuraba en el catálogo del Banco de Alimentos y del que en lo que va de año ya ha distribuido 19.000 kilos, cerca de 2.000 kilos al mes. Una cantidad «muy importante», como destacó el presidente de la entidad en Soria, Óscar Arancón, que reconoció sentirse «muy contento» por el resultado que está dando esta nueva iniciativa. En ocasiones la colaboración con el supermercado se ha extendido a ropa, menaje o juguetes, entre otros artículos que el establecimiento, por lo que sea, ya no va a comercializar.
La logística organizada da sus frutos y con una veintena de voluntarios que se van rotando la entrega se hace de forma rápida y efectiva, para que el producto llegue lo antes posible a su destinatario. «A las 10.00 horas una persona recoge los alimentos en el supermercado, dos personas se encargan de prepararlo y a las 11 se realiza la entrega», detalló, evidenciando «la buena coordinación» con el supermercado.
Son unas 150 familias las que se benefician de estos alimentos perecederos, a través de cinco entidades que los tienen como usuarios y que en algunos casos van rotando. Se trata de dos parroquias, el hogar de Santa Cristina para personas sin recursos y otra del tercer sector. «Nos gustaría poder acceder a más gente», añadió Arancón, y puso como ejemplo el pan, cuyas entregas podrían incluso triplicarse.
En este sentido, señaló que con más recursos, públicos o privados, tendrían capacidad para canalizar todos esos productos que caducan, que de otro modo son desperdiciados por los supermercados e incluso las propias empresas por falta de venta o algún defect0 en el etiquetado que impida su comercialización.
Reconoció Arancón que necesitan más voluntarios para llevar a cabo esta iniciativa que tan buen resultado está dando. Y encontrarlos resulta una tarea difícil. Actualmente se encuentran en plena campaña de captación de voluntariado para la Gran Recogida de Alimentos, que se celebra del 22 al 30 de noviembre –aunque los voluntarios sólo estarán presentes el 22 y 23–, y acuden a la universidad, los institutos y acontecimientos deportivos para trasladar esta necesidad.
En Soria también supermercados como Lidl y Mercadona entregan sus productos perecederos para que sean destinados a personas que los necesitan de modo que no se desperdicien puesto que están en buen estado pero ya no entran en los canales de venta. «También trabajan con el tercer sector pero nosotros no tenemos capacidad para todos», explicó el presidente del Banco de Alimentos de Soria sobre estos dos establecimientos.
Asimismo, actualmente la entidad distribuye alimentos a unos 900 usuarios, una cifra notablemente inferior a los 2.200 que solían ser los destinatarios, y eso es debido al cambio del modelo. Hasta el pasado mes de abril se encargaba del reparto de lo recibido a través del Fondo Europeo de Ayuda a las personas más desfavorecidas, FEAD, al dejar de hacerlo, un millar de personas ya no están bajo su paraguas. Pero además, el número de usuarios se ha reducido en unos 300, por razones que en el Banco de Alimentos no saben explicar, aunque no creen que todas esas personas hayan salido de la bolsa de los más necesitados.
La distribución de alimentos actual ronda los 10.000 kilos mensuales, que el Banco realiza con fondos propios, de ahí la importancia de la campaña de la Gran Recogida que organiza entre el 22 y el 30 de noviembre.