Serrano: "Es un día de luto para Medinaceli y para toda la provincia"

El presidente del PP de Soria, Benito Serrano, estuvo ayer en Medinaceli "en respaldo a este pueblo que hoy vive un día muy triste, porque ve como están destruyendo sus tradiciones milenarias y se siente impotente a la hora de manifestar su oposición a que desaparezca la fiesta del Toro Jubilo".

Como presidente del Partido Popular de Soria consideró su obligación estar ayer con todos los vecinos de Medinaceli, "en este día de luto, pero con el compromiso y la esperanza puesta en seguir trabajando para retomar cuanto antes esta gran fiesta del Toro Jubilo".

Serrano aseguró que "es un día negro no solo para Medinaceli, para sus vecinos y para su Corporación, presidida por Gregorio Miguel, sino para toda la provincia de Soria, que hoy se manifiesta en esta plaza para mostrar el deseo de los sorianos de que nos dejen seguir celebrando nuestras tradiciones, para las que pedimos un respeto, que muchos no tienen".

Participó en la manifestación pacífica, "respetando la legalidad vigente y respetando las decisiones judiciales, aunque no las compartamos, como siempre hemos hecho los sorianos".

Pero añadió que "el mismo respeto que ofrecemos, lo exigimos los sorianos y queremos mostrar con contundencia que vamos a estar donde haga falta para defender nuestras tradiciones milenarias, nuestro Toro Jubilo, nuestras fiestas de San Juan, nuestras fiestas ligadas al mundo del toro que recorren todos los municipios de la provincia de Soria, desde Ágreda, pasando por Soria y Pinares, hasta llegar a El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz".

Confía en que esta suspensión cautelar, sea solo un aciago paréntesis de una fiesta que se remonta cientos, incluso miles de años, y que "vamos a seguir luchando para conseguir que no desaparezca, que no se destruya el condón umbilical que nos une a todos los que orgullosamente nos sentimos sorianos con nuestros antepasados".

"No nos perdonarían nuestros mayores que nos rindiéramos sin luchar, sin pelear, ante las exigencias de una hipócrita sociedad urbana, que desprecia al mundo rural, que lo deja abandonado a su suerte, pero que se escandaliza y se rasga las vestiduras ante un espectáculo ancestral, que además respeta la vida del toro y que es una joya viva de nuestro pasado que debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para que perdure en el tiempo, para legarla a nuestros hijos y nietos".