¿Acabará la moscarda con el reinado del corzo en los bosques de Soria?
Alertan del peligro de este parásito en la población de la especie, presente ya en los cotos del norte de la provincia y con probabilidad de que se extienda al resto. De momento la Administración reduce los permisos de caza
Se le llama la moscarda del corzo o gusano de la nariz, está ya en cotos del norte de Soria y «lo más probable es que se extienda a toda la provincia». Es el temor de cazadores de la provincia. Y es que el reinado de corzo en Soria peligra y mucho. La especie contabiliza el mayor número de ejemplares en caza mayor; además, la provincia es la segunda de Castilla y León, por detrás de Burgos, con más corzos abatidos, un total de 6.692 cabezas en la temporada 2020-2021, en la última memoria anual cerrada por la Junta. Y, por último, la repercusión económica de la caza del corzo, considerable en una provincia donde la actividad cinegética en su conjunto supone para el medio rural 12 millones de euros en ingresos directos.
Cálculos de hace al menos una década situaban los ingresos anuales de la caza en Soria en más de 60 millones, informes provenientes de la Federación de Caza de Castilla y León y de la Fundación para el Estudio y Defensa de la Caza, teniendo en cuenta hostelería, equipamientos... Amén del significado del rey de los córvidos en el medio ambiente y la naturaleza en Soria.
Así, como para no preocuparse de este gusano que puede resultar letal para el corzo made in Soria, al que causa un proceso de debilitación tal que, cuando ya está infectado, no puede correr muchos metros sin cansarse. La moscarda afecta especialmente a los ejemplares jóvenes y a los machos después del celo.
Cómo es la moscarda
Los gusanos del corzo son las larvas de un insecto parecido al tábano. La especie se conoce como Cephenemyia stimulator y, al igual que en otros insectos similares, este tábano requiere un hospedador para completar su ciclo vital. En este caso es el corzo, en cuya nariz la hembra del tábano deposita los huevos, que se convierten en larvas y después en gusanos. «Les afecta sobre todo a las vías respiratorias. No puede respirar, no come. Se ahoga. Es penoso. Y además el animal es más propenso a la depredación», dicen cazadores sorianos.
El brote surgió en Asturias, se extendió a León, pasó a Burgos y desde hace ya un tiempo está en Soria y habría llegado ya hasta Guadalajara. «En el norte de Soria se nota ya la disminución de ejemplares y lo más seguro es que acaba extendiéndose a toda la provincia», se apunta desde la delegación provincial de la Federación de Caza de Castilla y León, entidad colaboradora de la Administración en cuestiones cinegéticas. Asimismo sostiene que el 30% de los corzos que se están matando en la provincia salen con moscarda, con datos de la Asociación del Corzo España.
Soluciones
Miembros de la delegación provincial de caza de la Federación asistieron hace unos días a la junta consultiva de la Reserva regional de Caza de Urbión, en la Delegación de la Junta en Soria. El problema estuvo sobre la mesa, donde uno de los acuerdos fue que en la próxima temporada se reducirán los permisos de caza de esta especie.
Administración y representantes de cazadores -de la federación y asociaciones- decidieron alertar a todos los cotos de Soria de la necesidad de solucionar el problema, lo que pasa por regular las poblaciones de corzas y, especialmente, por cumplir los planes técnicos.
Estos planes técnicos fijan las extracciones una vez vistas las poblaciones que hay de las distintas especies. «Si se cumplen, no habrá descompensación», sostienen cazadores de la provincia. Por normativa, las hembras pueden abatirse desde el 1 de enero hasta el cuarto domingo de febrero, para cumplirse los citados planes.
Cotos y gestores
El sector cinegético alerta de la importancia de estos planes técnicos y su cumplimiento por parte de todos los gestores que, en ocasiones, no siguen las mismas pautas: a los acotados que gestionan los pueblos se suman desde hace ya tiempo gestores de fuera de la provincia «que buscan más el trofeo que otra cosa».
«Los más interesados en que haya un equilibrio somos nosotros, los cazadores. Hay que tener en cuenta que la caza del corzo es la que mantiene la actividad cinegética en Soria. Al final habrá una autorregulación, pero el problema es serio. En la zona central y sur hay poca moscarda, pero llegará porque la enfermedad está en plena expansión».