Entre el chacal y la hiena, el depredador de vivió en Soria hace 40 millones de años

Decir que los Hyaennodonta fueron los mamíferos carnívoros más diversos del Eoceno no es demasiado aclaratorio sin unos mínimos conocimientos de Historia y Paleontología.  Decir, sin embargo, que el hallazgo de una mandíbula de un mamífero de una época determinada del Eoceno (de la especie Prodissopsalis) constituye el ejemplar más joven de este género hallado en la actualidad va acotando la importancia del hecho. Faltan dos apuntes para que el hecho adquiera entidad y cercanía: uno, el susodicho animal habría vivido en la cuenca del Duero, y más concretamente, en Soria, por la zona de Mazaterón, hace más de 40 millones de años; dos, es en el yacimiento de La Solana, en esta pequeña población soriana, donde se encontró la mandíbula, materia de estudio de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales y de la Uned. De aquí, a visualizar este mamífero -que según expusieron los investigadores se parecía a un chacal- va un paso. 

Por el momento no se ha hecho público un modelo virtual del animal, aunque sí de los dientes, trabajando sobre archivos digitales, según expusieron los investigadores. Pero quizá no sea descabellado pensar que el ejemplar en cuestión, de los Hyaennnodonta, se pareciera al que ilustra esta información. Una imagen extractada de la página web Mundo Prehistórico, cuyo autor es Pablo Cid Asensio. 

El significado del término Hyaenodon («diente de hiena») anticipa cómo sería el animal, «un género extinto de mamíferos placentarios del orden de los creodontos», suscribe la citada fuente, que añade. «A pesar del nombre no estaban relacionados con las actuales hienas, con las que muestran claras diferencias». El Hyaenodon tiene el lomo recto y en el caso de la hiena el lomo está inclinado hacia atrás, ya que las patas traseras son más cortas.

¿Y qué hay de las diferencias entre hiena y chacal, animales que se confunden con cierta frecuencia? Los dos animales pertenecen al orden Carnívora, pero los chacales son cánidos y las hienas -con bastante peor fama- pertenecen a otro suborden taxonómico.  Así y con todo, la hiena son morfológicamente más parecidas a los cánidos que a los felinos, pero en sus relaciones son más cercanas a estos. El chacal es más pequeño que la hiena, y es único en cuanto a sus características físicas. 

 Las hienas constan de cuatro especies, una más que los chacales, según las webs de animales consultadas por este medio. 

Perros, lobos, coyotes, zorros,  dingos, licaones y otros animales pertenecen al orden de los cánidos, como los chacales, frente a las hienas que, según lo ya referido, son Hyaenidae.

Pese a su mala fama y a resultar, a juicio de muchos, animales algo repulsivos, las hienas son muy importante en el ecosistema: hay que tener en cuenta su carácter carroñero y depredador que las hace muy oportunistas. Por esta razón limpian el medio ambiente recogiendo  la comida que dejan grandes felinos o alimentándose de otros animales muertos.  

Difícil decir con exactitud cómo sería  la nueva especie endémica de la cuenca del Duero, a la luz del fósil de mandíbula hallado en el yacimiento de Mazaterón. Lo que sí podemos asegurar con rotundidad es su nombre Prodissopsalis jimeneni.   Denominación con la que los investigadores homenajean a Emiliano Jiménez, profesor de la Universidad de Salamanca, recientemente fallecido y pionero en el estudio del Eoceno de la Cuenca del Duero, que dirigió las excavaciones en Mazaterón a finales de la década de 1980.