Asociación protectora de animales
Redención busca voluntarios y 'casas de acogida' para mascotas
La presidenta de la asociación, María Poza, indica que han pasado un mes de julio complicado: «Nos han dejado ocho camadas con 60 animalitos», lamenta
La presidenta de Redención, María Poza, lamenta el «complicado» mes de julio que ha pasado la protectora de animales. «Nos han dejado ocho camadas con 60 animales. Una de ellas de 11 perritos. Sin mamás, claro, así que hay que alimentarlos con biberón, cada cuatro o cinco horas, porque no saben comer solos». Una situación que ha hecho que las ‘casas de acogida’ de las que disponen, cerca de una treintena, estén completas. Por todo ello, lanza un llamamiento a posibles nuevos voluntarios y casas de acogida que quieran entrar a formar parte de esta asociación que entre perros y gatos aporta techo, comida, cuidados y cariño «a unos 130 animales».
Poza, que lleva al frente de la protectora desde 2020 (y trabajando como voluntaria desde 2013) asegura que ha sido una primera parte de verano «tremenda» ya que a las camadas hay que sumar otros animales que han llegado tras un par de intervenciones de la Guardia Civil en el medio rural soriano con perros «que necesitaban muchos cuidados dado su estado». De hecho, explica, «tras una intervención en la comarca del Moncayo rescataron a siete animales que pasaron ingresados en una clínica veterinaria de la capital veinte días con suero, calmantes y antibiótico. Todos han salido adelante», sonríe.
Poza explica que muchos de los animales que viven en la protectora «han sufrido experiencias duras y traumáticas por lo que son muy asustadizos». Por todo ello, ser ‘casa de acogida’ implica algo más que solo darle al animal un techo provisional. Implica «cuidarlo con cariño, quererlo mucho y darle caricias de vez en cuando». Durante ese tiempo, destaca Poza, «el animal vivirá en un entorno más cómodo y agradable». Y es que, apunta, «los refugios son lugares tristes y estresantes para ellos. Esto dificulta su adaptación a una familia, por lo que las ‘casas de acogida’ son la mejor manera de ayudarles».
Además, quiso dejar claro, por si alguien duda en dar el paso o no por temas económicos, que «los gastos los cubre Redención». Lo que el animal necesite «es cosa nuestra. Incluidos también los gastos veterinarios que el animal precise». Y añade: «Quien acoge recibe pienso para el animal si es necesario, aunque si desea ayudar con la manutención mucho mejor».
Por otra parte, también destaca que «las casas de acogida tienen prioridad a la hora de adoptar al animal que tienen bajo su tutela»..
Poza apunta que pueden diferenciarse dos casas de acogida, las que podrían llamarse de emergencia que están disponibles para cuidar a estos animales que necesitan cuidados más especiales y otras que son como si adoptaras al animal, le dan todos los cuidados y el cariño, pero el animal sigue siendo de Redención». Las dos realizan una labor fundamental «ya que aportan a los perros un hogar en el que se sienten queridos. Procuramos que sean hogares indefinidos y, al cubrir todos los gastos nos garantizamos la acogida de animales mayores, por ejemplo, que de otra forma nadie querría». Por ejemplo, «nadie querría un perro de 12 años con un tratamiento crónico». Sin embargo, de esta forma, la situación para ellos cambia mucho.
En este momento la asociación cuenta con unos 15 voluntarios. Sin embargo, el número se queda pequeño para el volumen de trabajo con el que cuentan. «Necesitamos más. Hay mucho trabajo. Por eso hacemos un llamamiento a la gente joven, que nos dé relevo y que llega con otro empuje», asevera Poza.
Redención nació en el año 2000. En este momento «nos encontramos desbordados superando la capacidad con la que contamos» y, por ejemplo, «con unos gastos veterinarios que superan el coste de los dos trabajadores que tenemos». Pero «no podemos hacer otra cosa, los animales tienen todos su chip, sus vacunas en regla y la medicación que necesitan si así lo precisan». Por eso, también agradecen las donaciones de sus socios y la ayuda de los mecenas con los que cuentan. Aunque toda ayuda es poca y, concluye, «agradecemos cualquier aportación por pequeña que sea. Todo suma», concluye Poza.