"Para que unos vivan la fiesta, otros tienen que trabajar"

La ciudad se para, pero ellos no. Personal de hostelería, sanitarios y de limpieza siguen al pie del cañón, al igual que las Fuerzas de Seguridad, todos trabajadores a la faena mañana, tarde, noche y de madrugada. Por turnos, claro. Unos sirviendo café, una copa o en plato. Otros empujando un carro de limpieza o echando manguerazos de agua para que la ciudad esté presentable. Los hay vendando un esguince, haciendo una placa de rayos o suturando unos puntos.... También están los de la llamada al orden, en carretera, en Valonsadero o en la propia ciudad. Y barriendo para casa, quienes se ocupan de la información, en especial estos días fotógrafos y cámaras.

En torno a las 10 de la mañana, tres vehículos de la Cruz Roja permanecen estacionados junto a la plaza de toros de Soria. En uno de ellos ha llegado Virginio Mateo Lapeña, de Almazán, que se abre paso entre el gentío y sale de la plaza para atendernos tres minutos. Él es uno de los 8 miembros del equipo de Cruz Roja en guardia, la mayoría jóvenes. 

Virginio colabora con Cruz Roja desde 1995 y, a sus 75 años, es el más veterano del equipo. "Me entusiasma", apunta el adnamantino, técnico de emergencias, que ha estado desplegado en Valonsadero en todos los festejos relacionados con San Juan de este año, a excepción del Lavalenguas. "Me gusta atender y ayudar en lo que pueda. Mi mujer dice que llegan los sanjuanes y hay que dejarme...". Virginio ha reforzado su colaboración como voluntario de la entidad desde que se jubiló. 

Médicos, enfermeras, celadores y demás trabajadores en el Complejo Hospitalario de Santa Bárbara y centros de salud conforman un sector vital en fiestas. También lo es la Policía Local y Nacional y la Guardia Civil.

A la misma hora en que Virginio toma posiciones en la plaza de toros, Luis Domingo Romo Santos se emplea a fondo detrás de la barra de El Barrio, un bar con solera en el barrio del Calaverón, hasta los topes casi desde primera hora de la mañana. Cerró el día de la fiesta local, Jueves la Saca, pero no se le pasa por la cabeza hacerlo el resto de los días de San Juan. Y así lleva en los últimos 13 años. "Son fiestas, pero aquí está, abierto", comenta un parroquiano que llega del centro de la ciudad, donde afirma haberse encontrado algunas cafeterías y bares cerrados. Lo corroboramos.

"Te cansas, pero ¿qué vas a hacer?", cuenta sin perder comba, añadiendo una verdad como un templo: "La gente quiere fiesta, pero que para unos vivan la fiesta, otros tienen que trabajar. Eso está claro".

El hostelero atiende a los cafés, las copas, los almuerzos, las comidas y las cenas. Este viernes no sabe a qué hora echará la persiana. A media mañana, dos mesas con bastantes comensales, la mayoría hombres, dan cuenta de suculentos almuerzos. "Antes era el día de los casados, pero ahora no solo vienen hombres".

Luis ha reforzado plantilla, "pero nada comparado con la Feria de Abril" que se celebra en el barrio, cuando coge a más personal. Ahora gran parte del trabajo cae sobre sus espaldas. El hostelero confirma el apunte de la patronal del sector, agravado en San Juan: la dificultad para encontrar personal.

Otro de los servicios prioritarios estos días es el de limpieza y recogida de residuos, que el Ayuntamiento de Soria refuerza estos días. Según las cifras facilitadas antes de fiestas, unos 70 trabajadores están movilizados estos días, con  61 centrados en los servicios de recogida ordinarios y el resto en tareas de coordinación.

La información no se detiene en fiestas y en el caso de los fotógrafos y cámaras resulta más ardua. Los citados son algunos de los trabajos sin los cuales no sería posible el buen desarrollo de las fiestas.