Padre Cosme, un soriano de Villar del Río Venerable ‘andaluz’
Este sacerdote soriano promovió la educación de las niñas en la Córdoba del siglo XVII, ciudad donde es muy reconocido y tiene una estatua
Fue militar, eclesiástico y fundador de la Congregación Hijas del Patrocinio de Maria. Y aunque soriano, es más conocido en tierras andaluzas que en las suyas. Cosme Muñoz Pérez nació en Villar del Río, en 1573 y murió en 1626 en Córdoba. Ahora, el Papa Francisco le ha elevado a los altares con la aprobación de la publicación del decreto que autoriza la condición de Venerable. El sacerdote desarrolló su ministerio sacerdotal en la promoción educativa de las niñas huérfanas de la Córdoba del siglo XVII, de lo que es testigo el Colegio de Nuestra Señora de la Piedad, muestra de lo que se considera una labor innovadora a favor de la educación de las niñas.
«De padres nobles aunque no ricos, a los cinco años le dieron maestro para enseñarle las primeras letras e instruirlo en las costumbres cristianas. A los dieciséis años se sentía inclinado a las armas y se dirigió a Málaga. Sentó plaza de soldado en las Galeras de España. Al perder la salud, trabajó, primero como amanuense de un escribano público, después como secretario de la provisión de las galeras. Tras una grave enfermedad, durante la cual pidió a la Virgen de la Victoria de Málaga por su recuperación, vendió sus posesiones y repartiendo entre los pobres el dinero y se marchó a Córdoba. Su meta era llegar al sacerdocio y lo alcanzó, a pesar de las muchas dificultades que encontró», según recoge la Real Academia de la Historia.
En torno a 1607, el obispo de Córdoba, fray Diego de Mardones, le puso al frente de una obra que, pocos años antes, había comenzado Isabel de la Cruz con dedicación de su vida y hacienda y que se vio truncada por su muerte: un hogar para recoger, alimentar y educar a niñas huérfanas. «El padre Cosme aceptó el encargo y se dedicó a levantar, organizar y dar nueva forma al Colegio de Niñas Huérfanas de Nuestra Señora de la Piedad. Para ello se informó de los escasos centros dedicados a la formación de la mujer que había en España, buscó constituciones y reglamentos en Santiago de Compostela y Toledo. Era consciente de que las niñas huérfanas y pobres estaban abocadas a la total marginación, a la explotación social y muchas veces a la prostitución», se narra en su biografía.
La educación que se impartía en el Colegio Nuestra Señora de la Piedad era una educación integral, de calidad partiendo siempre de una pedagogía preventiva. Era graduada, según la edad, y se enseñaba la Lectura, Escritura, Matemáticas, Música y Canto, con práctica de órgano y arpa para las que tenían cualidades; sin dejar las labores de mano, dechados, bordados y todo lo relacionado con la casa.
Como parte de la preparación que recibían las jóvenes, se les enseñaba a valorar su trabajo, ponerle precio, gestionarlo con el exterior del colegio y administrar el 50 por ciento de su importe que la comunidad les daba. En los diez años de permanencia en el colegio, se preparaban totalmente y el colegio les entregaba una dote de 200 ducados.
En los siglos XVIII y XIX, en la provincia de Córdoba se produjo un movimiento socio-cultural a favor de la educación de la mujer y se tomaron como modelo varios colegios, entre ellos el fundado por este sacerdote soriano.
Según informa la Diócesis de Córdoba en su web, consultada por Europa Press, el Papa ha recibido recientemente en audiencia al prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Marcello Semeraro, y durante la audiencia el Pontífice ha autorizado a la Congregación para las Causas de los Santos a la publicación del Decreto por la que el Padre Cosme alcanza la condición de Venerable.