Heraldo-Diario de Soria

Gerónimo Basilio Camargo funda en Ágreda la memoria de la Invención de la Santa Cruz

Cuando Sor María de Jesús ocupaba la abadía del convento de la Concepción Francisca de Ágreda se protocolizó la escritura de fundación

Convento en Ágreda.-HDS

Convento en Ágreda.-HDS

Publicado por
JOSÉ VICENTE FRÍAS BALSA
Soria

Creado:

Actualizado:

El 23 de noviembre de 1650, cuando Sor María de Jesús ocupaba la abadía del convento de la Concepción Francisca de Ágreda, se protocolizó, ante Diego Pérez Planillo, escribano de la villa, la escritura de fundación de la memoria perpetua de la Invención de la Santa Cruz, cuya fiesta celebró la iglesia católica el día de ayer. Fundación, en ese convento, efectuada por Antonio Basilio de Camargo y Fuenmayor «correspondiendo a la antigua devoción de su casa y a la que su madre, en su vida, han mostrado».  

Las concepcionistas, previa licencia y patente de fray Miguel Gutiérrez, lector jubilado, calificador del Santo Oficio y ministro provincial de la provincia franciscana de Burgos, se obligaron a «decir y cantar en el dicho convento perpetuamente, para siempre jamás, a los días de la Invención de la Santa Cruz, que es en tres de mayo de cada un año, una misa cantada con su diácono y subdiácono haciendo la fiesta de aquel día y teniendo descubierto el Santísimo Sacramento desde misa hasta vísperas por la intención del dicho Sr. don Basilio y después de sus días por su alma y las de sus padres y demás de su obligación». La dotación de la memoria quedó establecida en diez ducados anuales. Manos piadosas han recortado para reliquia la firma de la abadesa, al igual que se hace, al menos, otras nueve veces.   

¿Quién era Antonio Basilio Camargo y Fuenmayor (1610-1676) [Camargo de Castejón]? Hijo de Jerónimo Camargo y de Francisca de Castejón, nació en Ágreda, diócesis de Tarazona, y se le bautizó, en la parroquia de San Juan, el 19 de junio de 1610. Bachiller en Cánones por Zaragoza el 29 de mayo de 1627; licenciado y doctor, los días 29 y 30 de mayo de 1630, y bachiller en Leyes el 21 de diciembre por la Universidad de Osma.  

Entró en el Colegio de Santa Cruz, el 15 de mayo de 1631, con una beca de Leyes. Catedrático de Instituta antigua (1635) y Sexto (1638) en la Universidad de Valladolid; juez mayor de Vizcaya (1638); ocupó plaza de alcalde de hijosdalgo, rama de Rojas, en la Chancillería Vallisoletana desde el 7 de enero de 1639 hasta el 17 de septiembre de 1644 en que fue nombrado oidor de la Chancillería de Granada sin que tomara posesión. Ingresó en la Compañía de Jesús, hacia el mes de octubre de 1646, que luego abandonó por justas causas que para ello tuvo, y se fue a vivir a su tierra. Desde 1647 disfrutó de la renta real de 200 ducados anuales por haberse retirado de mi servicio sin tomar posesión de la plaza de oidor de Granada. Después, por otra merced real de 3 de marzo de 1652, gozó de otros 400 ducados de renta en cada año que cesó de cobrar cuando fue nombrado deán de Tudela, en el mes de enero de 1657, y abad de San Isidoro de León, en septiembre del mismo. 

Martín Carrillo Alderete, obispo de Osma (1635-1641), el 28 de septiembre de 1636, le había apoderado, con el Lic. Antonio Camporredondo y Río, del hábito de Santiago, ambos colegiales en el mayor de Santa Cruz, «para que por nos y en nuestro nombre y de la dicha nuestra dignidad episcopal..., puedan... asistir y asistan, en el Tribunal de la Santa Inquisición de la ciudad de Valladolid,... con los señores inquisidores de la dicha Santa Inquisición a la vista y determinación de todas las causas de fe que en ella se ofrecieren de las personas nuestros súbditos, naturales vecinos estantes en los lugares de este nuestro obispado y en ellas hacer y hagan todo lo que nos haríamos y hacer podríamos presente siendo, aunque las cosas y casos sean tales y de tal calidad que, según Derecho, deban haber y tener personas de especial poder y presencia personal». 

El 28 de febrero de 1639, el rector y colegiales del de Osma, ante los problemas que tenían con el concejo de la Villa Mitrada, motivado por haber cerrado éste la cellejuela de La Canal, por la que transcurría un cauce del que se abastecía de agua al Colegio para su limpieza, le apoderaron con Gerónimo de Mansilla, para presentar «en apelación o por demanda o querella como más bien pareciere el dicho despojo y pedir se reciba información».

Muy estimado de sor María de Jesús, su paisana, el 11 de marzo de 1662, escribió ésta al rey: «Señor mío: De motivo mío me ha parecido decir a V. M. que si se ofrece elección de Obispado, hay un sujeto santo, prudente y fiel a V. M.: es el deán de Tudela, que ha procedido muy bien en su dignidad, y porque conozca V. M. este sujeto, que es cándido y bueno, he dicho esto: llámase don Basilio de Camargo. 

Y el 3 de marzo del año siguiente, reiteraba su pretensión: El deán de Tudela don Basilio de Camargo, que está en esa Corte a negocios de su Iglesia, es a quien tengo encomendado a Vuestra Majestad; y aunque él no pretende ni a mí me ha dicho nada, por el servicio de Dios y el de Vuestra Majestad le represento a esta persona por idónea para gobernar grandes puestos, porque es prudente, tiene letras y vive perfectamente». Murió en enero de 1676 y se mandó enterrar en el cementerio de abades de San Isidoro de León. Su «Vítor» fue descubierto en 1996 en el convento, en el que se guardan algunos regalos suyos.

Mas volvamos al monasterio. Las hijas de Santa Beatriz de Silva y Meneses (1425-1491), fundadora de la Orden de la Inmaculada Concepción o de Franciscanas Concepcionistas, el 4 de mayo de 1626 manifestaron su deseo de trasladarle del sitio donde se fundó, en la calle de los Caballero, a un lugar extramuros, antes del llegar al monasterio de San Julián saliendo por la puerta nueva. 

Para ello se redactaron «las condiciones con que, mediante la voluntad de Dios Nuestro Señor, se ha de edificar el convento de la Purísima Concepción Recoleta de la villa de Ágreda», firmadas por fray Francisco Andrés de la Torre, maestro tracista. Obras que habría de llevar a cabo Pedro de Aguilera, maestro de cantería, vecino de Carriazo, en la merindad de Trasmiera, por lo que le habían de pagar 6.813 ducados.  

Obviando otras noticias que pensamos inéditas, documentadas en protocolos notariales, traemos a estas páginas, como curiosidad, que, el 12 de noviembre de 1629, Andrés de Latas y Pedro Vélez, vecinos de Somo, y Mateo Vélez y Pedro de Aguero, que lo eran de Suesa, en la merindad de Trasmiera, maestros de cantería, confesaban haber recibido de la abadesa y religiosas 3.060 rs. «por jornales de quinientos diez oficiales que han trabajado desde diez y seis de mayo próximo pasado de este año de mil y seiscientos y veinte y nueve hasta ayer once de este presente mes de noviembre del dicho año en la obra y fábrica del nuevo convento y casa que para las dichas madre abadesa y religiosas del dicho monasterio se hace y edifica fuera de la puerta de San Julián de esta dicha villa en que en el dicho hemos trabajado y han montado nuestra ocupación de todos cuatro los dichos quinientos y diez oficiales a seis rs. de jornal cada uno en cada un día lo dichos tres mil y sesenta reales…»

tracking