Caracena: donde las piedras resisten el embate del tiempo, pero no la desidia
El tercer castillo más grande de Soria, Bien de Interés Cultural, languidece como consecuencia de la dejadez y su deterioro es cada vez más evidente
Al paso que lleva, de su torre del homenaje no quedará ni el homenaje. Escenario de enfrentamientos entre los Reyes Católicos y el entonces señor de la villa, Juan de Tovar, el Castillo de Caracena no tiene quien lo quiera. Al menos de facto: su situación es la misma que hace una década, pero agravada por la dejadez y abandono.
Más de 8.000 firmas reclamaron hace ya años alguna actuación de urgencia sobre el Castillo, Bien de Interés Cultural, lo que también han hecho escritos de particulares a las Administraciones, con idéntico resultado. El último ha sido remitido a la Junta hace unos días por Miguel Andrés Gómez, impulsor en su día de la recogida de firmas en change.org, cuando se produjeron derrumbes en la fortaleza.
«Cuando vas a verlo se te cae el alma a los pies. Soria no se puede permitir el lujo de perder un bien patrimonial de ese calibre», cuenta este soriano, sensibilizado con el deterioro del patrimonio en la provincia.
Tras el Castillo de Gormaz y el de Berlanga, el Castillo de Caracena es el tercero más grande de la provincia de Soria y su desaparición no es inmediata, pero su deterioro es palpable y mayor cada día.
De propiedad privada, los requerimientos a los dueños para frenar la situación tampoco han dado resultados. «Las administraciones requirieron a los propietarios que hicieran algo y también informaron de las ayudas, pero nada», comenta Miguel Andrés Gómez, para quien la Administración, en casos así, «también podría hacerse cargo porque es la Junta, como subsidiaria, la que puede intervenir, más que nada cuando hay riesgo de desprendimiento».
Data de la Edad Media
El Castillo de Caracena es patrimonio militar y su conjunto arquitectónico fortificado data de la Edad Media. Es de la época entre el X y el XI y fue reconstruido en el XVI-XVII.
Esta fortificación soriana está en la Lista Roja del Patrimonio desde hace 15 años. Esta organización de defensa del patrimonio justifica la inclusión del Castillo en la Lista Roja de la siguiente forma: «El paso de una vía rural entre Valderromán y Caracena por encima de parte de la muralla, el acceso al recinto de animales, el uso del mismo como corral, el robo de sillares y la abundante vegetación son motivos de deterioro constante. La torre del homenaje tiene grandes grietas y se ha desprendido parte del lienzo interior de muralla».
Tal y como recoge Hispania Nostra, el edificio original es de origen árabe, construido probablemente entre los siglos X y XI como parte de una campaña de refuerzo de las defensas omeyas. «La primera constancia que se tiene de él data de 1136 y se trata de una sentencia dictada por el cardenal Guido de Bolonia que pone fin al pleito entablado por las diócesis de Osma y Sigüenza por la pertenencia de las tierras de Caracena».
En el siglo XV, el castillo primitivo protagonizó enfrentamientos mantenidos entre los Reyes Católicos y el señor de la villa, Juan de Tovar. «En nombre de aquellos, Pedro de Acuña, conde de Buendía, rendirá la fortaleza y la confiscará, obligando a su antiguo propietario a demolerla. En 1491 Alfonso Carrillo de Acuña, sobrino del arzobispo de Toledo, obtiene el señorío de Caracena y procede a la reedificación del castillo siguiendo las pautas constructivas de una época en la que se había generalizado el uso de la artillería».
Según la descripción que hace Hispania Nostra, la fortificación está levantada en mampostería y se aprecian claramente los restos de la construcción original. Una muralla recorre el alto entre los barrancos y sirve a su vez de base para la posterior torre del homenaje y el muro norte del recinto interior, ambos del siglo XV. Cuenta con un doble recinto con foso artificial y un acceso en zigzag muy bien protegido.