Historia
¿Por qué el puente sobre el Rituerto en Hinojosa del Campo es 'el de la reina'?
Se apoderó a Francisco del Campo, maestro de obras, para realizar las gestiones conducentes a la intervención en la infraestructura
Juntos el concejo y vecinos de Hinojosa del Campo, el 9 de septiembre de 1621, dieron carta de poder, por testimonio de Simón Navarro, a favor de Francisco del Campo, maestro de obras estante en la ciudad de Soria. Los otorgantes, por ellos y por los que no habían podido asistir, le apoderaron a fin de que pudiese parecer ante el rey, señores de su real consejo y ante otros cualesquier justicias y jueces que fuera conveniente y necesario; pero, ¿para qué?
Pues para pedir se despachara carta y provisión real para hacer y levantar un puente, que está en el término de dicho lugar sobre el río Rituerto, «que llaman la puente que dicen de la rreyna ques la que se va desde este lugar del dicho al lugar de Tajafuerte, ques camino rreal para muchos lugares y el que se va desde Pamplona a la villa de Madrid, y no se puede pasar por el dicho rrío de Rutuerto sin la dicha puente por el riesgo que ay y ser el rrío tan malo que ni a pie ni a caballo en mucha parte del año no se puede pasar por él». Eran otros tiempos y llovía más que en nuestros días.
Si se solicitaba licencia para intervenir en su fábrica era debido a su gran utilidad y bien común «por el dicho peligro que ay de no aberla [y] de poder peligrar mucha xente». Mas como para hacerlo era necesario dinero, también era necesario pedir provisión de su majestad «para que lo que costare se rreparta en la forma que se acostumbra».
Informa el documento, datado en Hinojosa del Campo el 9 de septiembre de 1621 cuando eran alcaldes Pedro Hortiz y Francisco de Arriba, que el puente era conocido, entonces, como el de la reina. Pensamos, y Juan Carlos está de acuerdo, que el nombre muy bien pudo estar motivado por un famoso y multitudinario viaje que hizo a Francia la reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II, a ver a su madre, ésta ya viuda. Ocasión en la que la francesa hubo de pasar, sin ningún género de duda, por la localidad soriana siguiendo el conocido como camino francés.
Referente al viaje de la soberana, el ilustrado clérigo que entonces gobernaba la parroquia de Gómara, dejó constancia, en uno de los libros sacramentales de su iglesia, de la estancia de la regia comitiva en esa villa. Escribe:
«A veintinueve días del mes de Mayo de 1565, martes, a las siete y media de la noche, entró en esta Villa de Gómara la Reina Nuestra Señora Isabel, mujer del invictísimo Rey D. Felipe, Nuestro Señor, hija del Señor Rey de Francia , difunto en este tiempo, entró en esta Villa con muy gran caballería, venían con ella muchos grandes; entre los que venía el Duque de Osuna; del Prior de Santiago; D. Hernanz; D. Fadrique de Portugal, Mayordomo Mayor de Su Magestad; el Marqués de los Vélez, yerno de la Condesa de Cerviña, la Marquesa de […] y otros mucho Señores ilustres. Decían los que venían con Su Magestad que venían cabo seis mil personas, la causa por que vino por esta Villa [] que ella iba por Burgos y morían de peste; y a causa de esto, volvió por Soria a esta Villa; partiose de esta Villa Su Magestad miércoles a las once horas, vigilia de la Ascensión, y oyó misa en esta iglesia. Traía consigo ocho damas las siete francesas y la otra castellana, hija de la Condesa de Cerviña, Camarera de Su Magestad, y madre de dicho Duque de Osuna; muchas cosas había que escribir, porque tantas cosas del hubo que era admiración: Su Magestad iba a Francia a ver a su Madre».
Ya en el siglo XVIII pernoctaría en Hinojosa el famoso Gaspar Melchor Jovellanos y Ramírez (1744-1811) que acusó a la Universidad de Osma, en la que él se graduó, de fraudulenta y falsificadora de cédulas de grados y testimonios de cursos cuando escribió, si bien más tarde cambió de opinión:
Antes que bachiller hazte abogado;
mas sin tocar al Tormes y al Pisuerga,
do se corona sólo al que ha luchado,
que no es para letrados la monserga
que suena allí, ni el bárbaro ergoteo,
tanto distante de su culta jerga.
Haz lo que otros: escribe tu deseo
a algún sopista de Osma y tendrás una
panza de oveja a vuelta de correo;
pues hay mil alquilones de la tuna
que, prestando su ciencia a cualquier nombre,
saben bachillerear aun en la cuna.
Y ¿qué decir del maestro de obras, cántabro de nacimiento? Que trabajó, cuando menos, en los puentes de Sauquillo, Aliud, Zarranzano, La Verguilla y sobre el río Ebros, todos ellos en la jurisdicción de la ciudad de Soria. También en el de Garray. En alguna ocasión fue compañero de labores de Gabriel de Pinedo.