Heraldo-Diario de Soria

Historia

Un siglo desde que se compró el coto redondo de Fuentearmegil

Integrado por Fuentearmegil, Fuencaliente, Santervás y Zayuelas perteneció al conde de Adanero y marqués de Castroserna

Fuencaliente del Burgo pertenece al término de Fuentearmegil.

Fuencaliente del Burgo pertenece al término de Fuentearmegil.HDS

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José V. de Frías Balsa
Soria

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Con motivo de esta celebración centenaria ofrecemos algunas de las no pocas referencias históricas relativas al mencionado coto. Empezaremos haciendo alusión a la concesión de los títulos de Adanero y Castroserna que fueron antecesores de los vendedores del coto a los colonos de Fuentearmegil, Fuencaliente del Burgo, Santervás y Zayuelas.

El título más antiguo es el de Adanero concedido, el 17 de septiembre de 1691, a Pedro Núñez de Prado y Fernández-Polanco Quevedo y Nieto, alguacil mayor de la Real Chancillería de Valladolid, presidente de los Consejos de Hacienda (1692-1696) e Indias (1696-1699), señor de Adanero (Ávila) y caballero de Santiago. El marquesado de Castro Serna, se otorgó, el 21 de julio de 1698, a Martín Basurto y Sepúlveda Jofré del Hierro y Peñaranda, regidor perpetuo de Sepúlveda y también, como el anterior, caballero de la Orden de Santiago, en la que ingresó el 13 de julio de 1695.

El 7 de abril de 1756 figura como titular José Javier Queipo de Llano Basurto Núñez de Prado Durango Galarza, conde de Adanero y marqués de Castro Serna, alguacil de la Chancillería de Valladolid, veinticuatro de Granada, teniente de caballería, residente en Sepúlveda. En esa fecha toma posesión del mayorazgo de Fuentearmegil, con sus lugares de Zayuelas, Santervás y Fuencaliente, que había fundado, el 19 de diciembre de 1564, Gaspar Durango, consejero que fue del de Castilla. De poco antes -28 de noviembre de 1755- es la carta de la Chancillería de Valladolid, escrita en 1.007 folios útiles, condenando al conde de Oñate a devolver el Estado de Fuentearmegil al de Adanero con sus frutos y rentas.

María de la Asunción Queipo de Llano Galarza Valdés Basurto Núñez de Prado Fernández Durango de Córdoba y Porres, esposa de Álvaro María de Ulloa Cáceres Lugo Carvajal y Paredes, también ostentó los títulos. Ambos, el 30 de diciembre de 1800, apoderaron a Manuel Agustín Cendones, escribano de Alcubilla de Avellaneda para que, en su nombre, tomara posesión del Estado de Fuentearmegil y de los mayorazgos fundados por Martín Basurto y Gaspar y Melchor Durango, así como de las agregaciones que se habían hecho a ellos.

En virtud de la delegación en Fuentearmegil y en Fuencaliente, los días 9 y 21 de febrero de 1801, el citado se posesionó de los derechos de nombrar alcalde mayor, tenientes de alcaldes, escribano, alguacil mayor, alcaldes ordinarios; de los derechos de sangre y yantares y cabritos… También del monte carrascal, bosque de la Lagunosa, prado de Caballos y de la Guadaña, molinos harineros, casa que llaman Palacio, granero, huerta y casa contigua, patronato de la capilla de Nuestra Señora de la Nave –que se había hecho nueva–, edificio de la fábrica del convento de monjas bernardas «donde solo existen hoy los paredones»… Le pagarían anualmente, además, 545 fanegas y 6 celemines de trigo y centeno, por mitad, según acuerdo que se había protocolizado el 2 de abril de 1732.

Gonzalo María de Ulloa y Queipo de Llano, senador por la provincia de Cáceres, el 9 de octubre de 1829, representado por Pablo de Rozas, vecino de Aranda de Duero, por no poder acudir el conde en persona, se posesionó de los mayorazgos, vínculos y patronatos que pertenecían a su madre: los fundados por Martín de Basurto y por Gaspar y Melchor Durango en Fuentearmegil y su concejo. Además de lo que se ha dicho la vez anterior lo hizo de «dos cadenas de hierro, tres candados… y del rollo que también corresponde a los insinuados mayorazgos…» En Fuencaliente: de las paredes de la capilla de Nuestra Señora de las Navas «que antes existía y en el día no hay más que las insinuadas paredes y bóveda de la capilla; palacio, que está inmediato a los paredones antiguos de un convento que hubo de religiosas de la Orden de Nuestro Padre San Bernardo»; granero contiguo a los paredones del convento y sitio de éste del que sólo existen algunos paredones y arcos de piedra… Molino de Zayuelas, etc.

En 1864 se documenta como titular a José María de Ulloa y Ortega Montañés (1839-1905), senador por la provincia de Cáceres, esposo de María de la Concepción Calderón y Barco. Es este matrimonio, que aunque marqueses de Castro Serna aún no habían heredado el condado de Adanero, el que hizo, en 1885, la información posesoria, en el Registro de la Propiedad de El Burgo de Osma, del coto redondo –antiguo señorío de los condes de Oñate– y sus agregados, según consta en el opúsculo escrito por el pintoresco sacerdote burgense Juan José de Pablo Romero (1880-1952). Le sucede su hijo, Gonzalo María Ulloa y Calderón, que fue senador del Reino y vecino de Madrid.

Aunque la información posesoria del coto fue llevada a cabo en 1885, la venta a los vecinos no se efectuó hasta el 2 de abril de 1924, siendo señor de los dos títulos, Álvaro María de Ulloa y Fernández Durán, casado con María Cristina Ramírez de Haro y Chacón, con domicilio en Madrid y diputado por el distrito de Santa María de Nieva en 1919. Era este conde de Adanero y marqués de Castro Serna, además de propietario del coto referido, beneficiario de un censo de 3.000 pts. de capital y 90 de réditos anuales en Aranda de Duero, sobre la mitad de una casa en la calle Empechada nº 11. En Arandilla poseía un censo perpetuo de 4.830 pts. de capital y réditos anuales de 35 fanegas de pan por mitad de trigo y cebada, constituido por el concejo y vecinos de Arandilla que gravitaba sobre tierras de 48 fanegas de sembradura.

Según el librito al que nos hemos referido, los habitantes de la zona de la que el noble era propietario, no guardaban de él buen recuerdo. Ya en 1885, cuando se declaró propietario, Juan José de Pablo Romero protestaba de que también hubiera inscrito a su favor iglesias, casas y huertos parroquiales. Años antes, el 21 de febrero de 1852, Florencio Romero, alcalde constitucional del distrito de Fuentearmegil; Lorenzo Ortiz, teniente de alcalde; Antonio Romero, regidor y Pedro Rejas, pedáneo de Fuencaliente, informaban que Gumersindo Vicente Ramo, en nombre del conde de Adanero, había presentado, en el Juzgado de El Burgo de Osma, expediente de desahucio de cierto terreno que dice pertenecerle en los términos de Fuentearmegil y sus aldeas.

Por otro lado los contratos, que se firmaban con los condes cada seis años, merecieron también la reprobación de los vecinos. Durante la 2ª mitad del siglo XIX el titular endureció las condiciones de cesión a los vecinos en los arrendamientos. Así, la renta pasó de 800 fanegas de trigo y centeno, en los años centrales del siglo, a 2.050 fanegas en su tramo final, «más el pago de la contribución, que nunca pagaba el conde, y ascendía a más de 1.000 duros anuales»

Fue el precitado sacerdote quien, siguiendo la doctrina social de la encíclica «Rerum novarum», del Papa León XIII (1878-1903), promulgada el 15 de mayo de 1891, asoció a los vecinos en un Sindicado Católico Agrícola para la adquisición del coto. Un total de 21.107 fincas rústicas y 553 urbanas fueron parceladas y distribuidas entre no menos de 167 socios, convertidos, por este procedimiento, en propietarios. La mayor parte de ellos desembolsó entre 1.000 y 1.300 rs., aunque hubo un pequeño grupo que pagaron cantidades por encima y debajo de las señaladas. El precio de las propiedades se estipuló en 575.000 pesetas, libres de gastos para el titular. El 2 de abril de 1924, como se ha dicho, se otorgó e hizo pública la escritura en presencia del notario de El Burgo de Osma, Juan de Prada y Garrote.

Para gestionar la adquisición se había formado una junta directiva, de la que era presidente Jacinto Romero; fundador y presidente honorario, Juan José de Pablo Romero; vicepresidente, Antonio Hernando; tesorero, Fermín Lagunas; secretario Santiago Cabrerizo y vocales, Luis Lucas, Filemón Lacal y Lucio Romero.

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