SUCESOS
El tramo de la N-122 entre Alcubilla y Alcozar registra 32 accidentes al año
La N-122, principal vía de comunicación entre Zaragoza y Valladolid y que cruza Soria de este a oeste, tiene en la Ribera del Duero uno de sus tramos más peligrosos. En un espacio de 20 kilómetros, comprendidos entre el cruce de Alcozar (término de Langa) y el final de la variante de El Burgo, se producen una media de 32 accidentes al año, según los datos aportados por la Subdelegación del Gobierno.
Esta media, que tiene como referencia las estadísticas de 2007 a 2010, supone que cada 12 días se produce algún accidente en este tramo de la N-122, o un siniestro cada 660 metros. Sin embargo, el número de víctimas no es tan alarmante como el de incidentes, acumulando un total 15 heridos graves y 24 leves. Los únicos fallecidos en este tramo de carretera se produjeron el pasado 19 de julio, cuando perdieron la vida una mujer y su hija en un choque frontal y posterior vuelco contra un camión en las proximidades del cruce de Rejas de San Esteban.
Según los datos aportados por la Subdelegación, 2007 fue el año más accidentado de los últimos tres años con un total de 44 siniestros, que dejaron tras de sí seis heridos graves y ocho leves. Mientras, en 2008 se produjeron 23 accidentes con un balance de dos heridos graves y seis leves. El pasado año fueron 30 sucesos con un herido grave y seis leves. En este 2010 se alcanzaron, hasta el mes de julio, un total de 14 accidentes, esto supone que se ha producido algún tipo de percance cada 15 días, por lo que la previsión apunta a que el número final será menor que el del pasado año.
Son 20 kilómetros plagados de curvas, cambios de rasante y en los que se concentra una importante cantidad de tráfico, con un alto porcentaje de camiones y transportes especiales. Los accidentes que se ha producido en los últimos tres años afectan esencialmente a turismos y consisten, en la gran mayoría de las veces en salidas de la vía provocadas por el exceso de velocidad. Esta es la causa principal de la gran mayoría de los siniestros que se proceden, al combinarse una sensación de confianza por parte del conductor con una serie de curvas que ‘engañan’ a primera vista.
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