LA MUEDRA
La Muedra cumple 75 años de soledad
Hace 75 años que el pueblo ya no existe como tal, pero aún pervive en la mente de los sorianos. La Muedra, las dehesas y los pinares vieron partir a sus últimos habitantes en 1936 para acabar bajo las aguas del embalse de la Cuerda del Pozo. Atrás quedaron tierras y casonas, ilusiones y añoranzas.
La presa, inaugurada cinco años después, trajo oportunidades y servicios. Pero también se llevó por delante raíces centenarias y numerosas familias se vieron obligadas a cruzar el Atlántico para volver a empezar. Otros, con más suerte en las indemnizaciones o menos posibilidades de rehacer sus vidas, marcharon a otros pueblos de la provincia. Siguen siendo orgullosos modraños, hijos de una tierra que ya no pueden pisar. De hecho la localidad vecina de Vinuesa ‘adoptó’ sus fiestas, las de Santa Águeda, y aún hoy se celebran como si La Muedra viviese.
La solitaria torre de la iglesia y un cementerio sin pueblo, que se salvó de las aguas por escasos metros, son de los pocos testimonios que recuerdan hoy en día que allí hubo un animado núcleo rural que rondaba los 300 habitantes y cuyos primeros testimonios se remontaban al siglo XIV. El ganado y los oficios tradicionales eran sus fuentes de vida. Incluso Antonio Machado, cuando realizó su ruta para escribir ‘La leyenda de Alvargonzález’, pasó por la localidad y recogió los testimonios de sus vecinos. Estaba en el mapa físico, cultural e histórico de España.
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