BERLANGA DE DUERO
Herrero: «El centro de San Baudelio está siendo un éxito»
Berlanga suma un nuevo atractivo a su ya amplio patrimonio
Jesús Herrero observa la abarrotada plaza Mayor en un pregón anterior. / REPORTAJE GRÁFICO: ÁLVARO MARTÍNEZ-
Berlanga estrena en estos días una nueva infraestructura que se suma al ya de por sí amplio patrimonio local. Hasta ahora el castillo, el royo de justicia o la colegiata de Nuestra Señora del Mercado eran algunos de los muchos atractivos para el turismo cultural, paisajístico y de descanso. Ahora, el flamante Centro de Interpretación de San Baudelio aporta un plus.
Los visitantes están reconociendo este esfuerzo y, según confirmó el alcalde, Jesús Herrero, «está teniendo un gran éxito de público y de opiniones. La gente está muy satisfecha con lo que ve». Gracias a sus contenidos, con los que se prepara al visitante para aprovechar al máximo la visita al templo de Casillas de Berlanga, los datos refrendan que «hemos empezado con buen pie. Está siendo un éxito», aseveró el regidor municipal.
No obstante, no es la única ‘excusa’ para visitar Berlanga. Con una amplia oferta de hostelería y restauración, el visitante puede disfrutar durante días de enclaves como el castillo. En una villa de la que se dice que su primer alcalde fue El Cid, es fácil comprender que cada piedra cuenta una historia. Así, la fortaleza recoge restos califales del siglo X, vestigios del antiguo castillo del siglo XII, una bella factura de estilo italiano del siglo XVI... En definitiva, un compendio de cultura reforzado por su sempiterna silueta.
Y, como buena villa, no falta un rollo de justicia. La picota, de estilo gótico y probablemente de finales del siglo XV, evidencia que el aire señorial que se respira en Berlanga no viene de ahora.
También lo apunta la colegiata (ahora ex colegiata, aunque muchos mantienen su ‘rango’), en el que de nuevo se combinan arte e historia, como la del restaurado lagarto que trajo uno de los más ilustres hijos de la localidad. Fray Tomás de Berlanga fue el descubridor de las Islas Galápagos y una estatua recuerda a este religioso aventurero que abrió nuevos mundos.
La propia villa habla por sí misma. La arquitectura popular, con sus porches de madera y sus casas tradicionales, con palacios y palacetes intercalados, es la viva imagen de la vieja Castilla.