REPORTAJE
Portelrubio:Cuenta atrás para limpiar las ruinas del pueblo
La maleza asoma por una de las ventanas; otra permanece cerrada, tabicada acaso a cualquier atisbo de presente que hoy es ya pasado. La puerta está entornada... En la calle de arriba la estampa es similar sólo que aquí puerta y ventanas no existen, sólo los huecos pero ni siquiera los gatos osan entrar. Menos aún el paisano que una tarde decida perderse por esa Soria que llaman despoblada. No es sólo el físico lo que puede jugarse, que también, sino las imágenes que le acecharán. Las mismas imágenes ante idénticas fotografías que se repiten en todo el mapa provincial. Inmuebles semiderruidos, muros en pie de viviendas que lo fueron, maleza en corrales... que conviven con alguna casa abierta.
Las que ilustran este reportaje están a una quincena de kilómetros de la capital, pero son frecuentes tanto en pueblos en los que aún quedan vecinos, como en núcleos cerrados ya a cal y canto. Visión triste por el presente deshabitado; y hasta perversa por lo que tiene de dejadez y desidia ante un patrimonio que tanto costó levantar a las generaciones anteriores.
El efluvio a despoblación que destilan estas líneas no es noticia. Sí lo es la apuesta por ver pueblos sanos donde ahora sólo hay «abandono y ruinas», en una decisión sin precedentes. El Ayuntamiento de Fuentelsaz está decidido a limpiar todos los solares con inmuebles semiderruidos que hay en el municipio «no ya por la imagen que dan sino por la inseguridad que suponen», indica el alcalde, Raúl González. Las casas se encuentran en Portelrubio y son en la mayoría de los casos ruinas, que llevan tiempo consumiéndose.
El Consistorio ha comunicado a los propietarios la decisión, dándoles un plazo de tiempo para que limpien la finca de su propiedad o en caso contrario lo hará el Ayuntamiento pasando luego el cargo. A simple vista, los inmuebles presentan tal estado que ni siquiera es posible apuntalarlos o acometer alguna intervención. «Hay casas que están muy muy mal», enfatiza el responsable municipal, que lo es además de otras dos pedanías, Aylloncillo y Pedraza.
En total hay 14 inmuebles, dos de los cuales precisan derribo y en el caso de los otros 12 se trataría de un desescombro, indica el alcalde. La medida fue aprobada en su día por el pleno de la corporación, que integran tres concejales, entre ellos el alcalde de Portelrubio como entidad local menor, a quien en alguna ocasión le ha tocado retirar piedras caídas a la calle. El Ayuntamiento ha documentado todos y cada uno de los inmuebles, informes de expertos a los que se consultó en su día para ver las posibilidades de actuar ante la situación.
«Con la información que teníamos nos pusimos manos a la obra», relata Raúl González, en la que es su tercera legislatura como alcalde de Fuentelsaz. La decisión, según sus palabras, «no ha sido fácil» pero «era necesaria», añade. «No es ya cuestión de ornato y de estética –argumenta el alcalde- sino de seguridad», sostiene.
Si llevar adelante esta empresa fue cuestión delicada, tampoco resultó fácil dar con los propietarios de los inmuebles, o habría que decir mejor ruinas, que el Ayuntamiento cree necesario tirar. Al menos en algunos casos. La notificación debía hacerse a los actuales propietarios, a los que se ha localizado a partir de recibos del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y documentación variada en el archivo del Ayuntamiento. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los antiguos dueños ya no viven y «encontrar a los herederos ha requerido su tiempo».
Algunos de ellos residen en la provincia pero no todos, también se han enviado comunicaciones a distintos puntos de la geografía nacional y al extranjero. El paso del tiempo se aprecia en cada fotograma de este corto paseo y solo el viento que suele soplar por el cerro de san Juan se acerca a estas viviendas, aparentemente sin dueño. En algún caso sólo un propietario, pero «hay inmuebles de hasta ocho y diez personas».
Raúl González llama la atención asimismo sobre el empaque que en su día debieron tener algunas casas. Abunda la construcción en piedra y sobresale una de ellas: la puerta de esta vivienda tiene una gran mole rectangular de color claro en la parte superior donde puede leerse la inscripción de un año: 1740. Puede que se reutilizara en la construcción del edificio o bien que la vivienda date de entonces. De lo que no hay duda es de lo mucho que ha llovido sobre la piedra.
En su escrito, el Ayuntamiento da un plazo de 20 días a los propietarios para que procedan al desescombro o a la demolición -dependiendo del estado en que se encuentra-, según establece la normativa. En caso de no acometer esa intervención, el Ayuntamiento tiene la facultad de poder hacerlo con sus medios y en primera instancia pasar el coste a los propietarios. Si tampoco se asume el pago, se emprenderían acciones legales para tratar de embargar el inmueble, según explicó el alcalde. «No son cantidades grandes lo que cuesta; lo que se busca es que procedan al desescombro y dejen todo limpio», alienta.
Portelrubio es la única pedanía de Fuentelsaz en esta situación. En ella sólo reside un vecino, pero hay unas cinco casas que se habitan en los días de rigor, en los que en el pueblo se oye algo más que al viento: algunos fines de semana, puentes y vacaciones. La decisión municipal adoptada ahora supone tirar casi el 80% de las casas.
El alcalde de Fuentelsaz es consciente de lo impopular que puede ser una medida como ésta que, a su juicio, deberían adoptar otros ayuntamientos en situación similar. «Es preferible un pueblo con dos casas en pie, aunque no nuevas, que no uno con 18 ó 20 en ruina que dan una sensación permanente de pueblo abandonado», concluye el alcalde reiterando el argumento de la estética y de la seguridad. Las últimas piedras en caer a la vía pública lo hicieron hace unos días, posiblemente por la lluvia. No serán las últimas.