ENTREVISTA
Luis Rey: «Si en Norma no hubiese entrado un socio no se habría llegado a marzo»
Confía en los nuevos inversores. La inversión pública se recuperará si el Ebitda supera los 4,5 millones de promedio durante dos años.
El responsable institucional tiene marcada en su agenda de trabajo proyectos como la creación de un consorcio de bomberos o el acuerdo de un Plan de Dinamización de Soria, pero los problemas en el seno de Norma Doors, de la que la Diputación es accionista, han mantenido en vilo al presidente de la Diputación en los últimos meses en busca de una solución, junto a los otros socios, que garantizase el mantenimiento del empleo en la fábrica que es fundamental para la comarca de Pinares.
Pregunta.- ¿La Diputación está satisfecha cómo ha cerrado la operación empresarial en Norma Doors?
R.- Sí. Será el tiempo el que dé y quite razones. La propuesta y la apuesta que hemos hecho se ha realizado desde la expectativa y la esperanza de incorporar un socio industrial al accionariado, con presencia en la compañía que sea capaz de hacer las reformas para mejorar la competitividad y la calidad del producto. Tarragó es el que más garantías nos ha dado en este sentido. Ha incidido la especial vinculación que esta familia ha tenido con la provincia, después de dos intentos fallidos que no dieron el resultado que esperábamos.
P.- ¿La sociedad del grupo que entra es de capital riesgo?
R.- Es Lacus Group, pero no sé exactamente.
P.- ¿Se reserva la posibilidad de incorporar otro socio industrial?
R.- Nosotros, ahora, hemos establecido la venta de la compañía en unos años, con una obligación de hacerlo en 2025 y ellos no han rechazado la posibilidad de que entre otro accionista más en la compañía siempre que aporte valor añadido. Es una posibilidad que está aparcada, vamos a ver cómo evoluciona la compañía estos meses.
P.- ¿Estableció la Diputación alguna exigencia de mínimos para la plantilla?
R.- En el acuerdo se especificó que en el caso de que se acometiese una reestructuración de plantilla era necesaria una mayoría cualificada, en la que la Diputación debía estar de acuerdo. Tenemos un derecho de veto, independientemente de la representación en el accionariado. La reestructuración de la plantilla debe estar ligada a la facturación de la compañía y no se puede ejecutar salvo si se produjera un descenso de las ventas en un año de un millón de euros. Si realmente se diera la situación en la que la Diputación perdiese ese derecho de veto significaría que la compañía estaría próxima al cierre. Se han cerrado varios acuerdos, en el caso de la modificación de la plantilla se necesitaría el acuerdo de la Diputación y en modificaciones del plan de negocio también se tiene que tener el acuerdo de Caja Rural. Blindamos así lo que más nos preocupa, el empleo y plan de negocio.
P.- ¿En las últimas semanas temieron por el cierre de Norma?
R.- Sí. Ahora se puede decir. Si la situación no se hubiese resuelto en diciembre habríamos puesto en grave riesgo la compañía y Norma no hubiese llegado a marzo, por eso la inmediatez en la toma de decisiones fue un condicionante decisivo para elegir al nuevo socio industrial.
P.- ¿Por qué se decidió por la propuesta de la familia Tarragó frente a la otra que mostró interés?
R.- Su propuesta empresarial nos daba mayor garantía de estabilidad a futuro porque conocían Soria y nos convenció el análisis que realizó de la situación de la compañía y las medidas que aportó para mejorarla en un plazo inmediato. Caja Rural se encontraba también más cómoda con esta propuesta que con la otra. Antes de firmar ya habían puesto dinero encima de la mesa.
P.- ¿Cuánto pusieron?
R.- En un arranque pusieron 800.000 euros que lo aportaron en tres días. Con eso se hizo frente al pago, junto con los otros 2,4 millones de euros que puso la Caja. Posteriormente desembolsaron el precio de las acciones y comprometieron una línea de crédito de cinco millones de euros, parte financiado por Caja Rural, avalado por la maquinaria, ni siquiera por las naves. Al final han aportado nueve millones, tres en acciones, cinco en crédito y un millón más en una línea a corto plazo.
P.- ¿Hay posibilidad de que los otros inversores interesados en Norma se incorporen en la compañía a corto plazo?
R.- Me consta que han hablado entre ellos y han analizado la posibilidad con una representación del 51% del capital con condiciones estatutarias, pero eso hace muy complicada la operación. Hay que darse tiempo y ver las posibilidades de negocio con este nuevo socio. No va a ser para mañana.
P.- ¿La incorporación de un nuevo inversor facilitaría la salida de Norma de los socios institucionales?
R.- Sí, habría que analizarlo. La desinversión nuestra ahora sería en un mal momento porque está ligada al resultado de la compañía, que ahora es muy malo. Todo se puede analizar. Si se incorporara alguien más debería aportar valor a la sociedad.
P.- ¿Cuáles son esas condiciones para la salida de la Diputación de Norma?
R.- Va ligada al resultado de explotación de la compañía. Si el Ebitda sobrepasa los 4,5 millones de euros durante dos años, la Diputación podría recuperar los 2,7 millones de euros que aportó, incluso algo más.
P.- ¿Hay posibilidades de recuperarlo?
R.- En su cuadro de explotación, en el cuarto año se recuperaría, pero en esto es ciencia ficción, habrá que esperar a la evolución de la compañía.
P.- ¿Se va a mantener el equipo directivo?
R.- Creo que corresponde resolverlo al socio mayoritario, pero ha dicho públicamente que sí.
P.- ¿Tiene libertad para cambiarlo?
R.- Nos tendrá que preguntar a la Diputación y a la Caja, porque se corresponde con una decisión de Consejo de Administración, pero en un principio no se plantea. Las deficiencias de gestión estaban relacionadas con el modelo de gestión, los sistemas de calidad, el control de beneficios, todo lo que está ligado a las mejoras en producción. La red comercial está bien posicionada y la marca tiene mucho peso.
P.- ¿Como presidente de Diputación repetiría el modelo que se ha empleado para reflotar Norma con otras empresas, más que nada porque cuando se adoptó estaba en la oposición y le vio bastantes inconvenientes?
R.- El de Norma fue un expediente extremadamente complejo. Nuestro posicionamiento en la etapa anterior era que hubiese un mayor compromiso de empleo. Exigíamos mayores garantías al socio, entonces presentaron una propuesta de 90 trabajadores a cuatro años y pensamos que con ese número de trabajadores era difícil hacer competitiva a Norma, pedíamos un mayor compromiso del socio industrial. El PSOE dijo que si se producía esta circunstancia lo apoyaríamos, de hecho nada más arrancar la empresa ya había más trabajadores, no entendimos por qué no se quiso aceptar nuestra petición, incluso he pensado que a alguien no le interesó. Se podría haber buscado un modelo de capital riesgo, de aportación de otra sociedad de la Comunidad Autónoma.
P.- Ciudadanos volvió a plantear recientemente en las Cortes Regionales que el nuevo mapa de ordenación territorial es el inicio del fin de las diputaciones.
R.- Ciudadanos está absolutamente obsesionado con la abolición de las diputaciones. Lo que tienen que presentar es otro modelo, plantear quién va a ayudar a los ayuntamientos, ¿qué pasaría con las carreteras de la provincia?, ¿la Junta las atendería si no llega a las suyas? No nos vamos a creer que se van a hacer cargo y que la financiación la van a destinar a los pueblos pequeños, donde no hay votos. Los pequeños pueblos acabarían sin infraestructuras. Yo apuesto a que las competencias se asuman desde la proximidad, si Ciudadanos quiere centralizar y que todo se decida en Madrid como cuando estaba Franco que lo digan.
P.- ¿Está de acuerdo con el mapa de ordenación para Soria?
R.- Le falta una cosa, que es la zonificación de los servicios. Es verdad que el nuevo Decreto trata de garantizar los servicios existentes, pero la zonificación de los servicios se queda para un paso posterior. Eso me da mucho miedo, si primero pintamos el mapa y luego incluimos lo que tiene que ir dentro, mal vamos. Contra la despoblación se lucha con dinero y proyectos, pero también con servicios.
P.- ¿Se va a conocer pronto el Plan de Dinamización de Soria?
R.- Vamos tarde, como no hay fecha de Presupuestos estamos menos nerviosos porque hasta entonces va a ser difícil que veamos si se ha pasado de las palabras a los hechos.
P.- ¿Cómo se encuentra el pacto con los diputados que pertenecían a Ciudadanos?
R.- Llevamos seis meses diciendo que lo vamos a renovar, pero no encontramos el momento de hacerlo. Seguramente porque el matrimonio es feliz y no necesita de papeles. Los dos diputados reman en la dirección correcta. Están en la Diputación porque quieren sacar proyectos adelante y eso facilita llegar a acuerdos con ellos cuando nuestro objetivo es también sacar proyectos.
P.- ¿El resultado del congreso provincial del PP puede afectar a la estabilidad del pacto con De Miguel y Lozano?
R.- Hay dos confluencias de ver las cosas en el PP de Soria. A esta provincia también le hace falta un PP unido. Gobierna el país y Castilla y León y necesitamos que sea exigente con los gobernantes de su partido político y se ha sido poco.