COMERCIO RURAL
Alcalde de Yanguas: "La última tienda cerró hace 40 años"
José Rico está dispuesto a subvencionar un establecimiento en el pueblo porque considera que es un "servicio social"
«La última tienda se cerró hace unos 40 años», lamenta el alcalde de Yanguas, José Rico, uno de los 80 pueblos que aparece en el informe de comercio rural de la Junta de Castilla y León con problemas para el abastecimiento de productos cotidianos. En Yanguas, como en los otros 79 pueblos del estudio, sus vecinos tienen que salir a comprar a localidades próximas los productos de alimentación y limpieza porque no hay establecimientos en la localidad en la que residen. En Yanguas en verano acude el panadero ambulante porque se incrementa la población, pero en invierno el medio centenar de vecinos se arregla gracias al pan que elaboran las casas rurales para ellos.
Las pequeñas tiendas en los pueblos no son solo eso, son además «un servicio social» para estos pueblos, como así lo atestigua el alcalde de Yanguas, quien considera que este tipo de comercio rural debería contar con ayudas de la Administración regional «porque mantener un negocio en un pueblo es muy duro». No obstante, en Yanguas la situación puede cambiar a corto plazo. Una pareja se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento para abrir una pequeña tienda. «A ver si es verdad y el proyecto sale adelante», explica el alcalde porque ahora a sus vecinos no les queda de otra que ir a Arnedo, San Pedro o Soria a comprar. «Es verdad que una tienda nos hace falta», puntualiza Rico, quien está dispuesto a ofrecer una subvención municipal y ayudar a pagar gastos a esta pareja que ha pensado en la tienda para Yanguas.
La situación se complica si el pueblo además se encuentra alejado de municipios con actividad comercial y con comunicaciones no muy buenas. En esta situación se encuentra Fuentelmonge. Sin una tienda desde hace más de 20 años y ubicada a más de 60 kilómetros de la capital soriana. Este es uno de los pueblos que se encuentra en la ruta de La Exclusiva, empresa de logística social que desde hace unos años se dedica a llevar los productos cotidianos a los residentes en el medio rural bajo pedido.
El abastecimiento en Fuentelmonge depende de ellos, del panadero que acude desde Ariza cada dos días y de un frutero ambulante semanal. «Estamos abandonados», manifestó el teniente alcalde, José Luis Alejandre, en referencia al acceso a los productos de alimentación, limpieza y droguería que se necesitan a diario. Alejandre consideró que habría que hacer un esfuerzo por mantener el servicio porque quedan pocos vecinos en el pueblo y no tenemos medios». Además, el responsable municipal precisó que en pueblos como Fuentelmonge, con una ubicación alejada, eso encarece los productos, «si no hay apoyos al final desaparece todo en los pueblos», concluye Alejandre.
El alcalde de Valdeavellano de Tera, Amancio Martínez, narra su situación con más optimismo. El pueblo cuenta con un supermercado, panadería y farmacia, además de bares y restaurantes. «Creo que la situación está cubierta para las necesidades de los vecinos», dice el alcalde de otro de los municipios que se incluye en el reciente estudio de la Junta de Castilla y León. No obstante, Martínez expuso que «la población que hay en los pueblos es la que hay y mantener un negocio es arriesgarse».
Tampoco tiene sensación de desabastecimiento el alcalde de Langa de Duero, Constantino de Pablo, otro de los pueblos que aparece en el informe y que cuenta con un pequeño supermercado y con una tienda normal además de carnicerías. Eso en la cabecera del municipio, pero De Pablo reconoce que la situación se complica para los habitantes de las pedanías, por ese motivo el Ayuntamiento ha puesto a disposición de esta población un autobús para trasladarlos a Langa y los martes al mercadillo de San Esteban. «No detecto que exista un déficit comercial, la relación entre el número de habitantes y oferta es suficiente para el pueblo», asegura De Pablo.
Por último, el alcalde de Almazán, José Antonio de Miguel, indica que Almazán precisamente es un núcleo comercial para toda la comarca. La localidad tiene varios supermercados, así como tiendas de todo tipo, «creo que no hay un producto que se necesite que no se pueda comprar en Almazán». Añade que además cuenta con un mercadillo semanal y precisamente su cercanía con la capital, a través de auto vía, «quizá perjudica al comercio local porque los habitantes se desplazan a la ciudad.
No obstante De Miguel reconoce que todos los pueblos de menos de cien habitantes se enfrentan al problema de abastecimiento porque apenas hay población.