ANIMALADA
Llegó de Oriente Medio para quedarse
En tres décadas ha pasado de ser casi una desconocida a ser habitual en entornos rurales y urbanos. Es la tórtola turca, un ave en completa expansión
Se la puede ver en alguna explotación agrícola donde haya pienso, junto a otras palomas. Pero no hace falta irse hasta allí. Un paseo por Mariano Vicén o por la Dehesa y la tienen localizada. Hablamos de la tórtola, pero no de cualquiera, sino de la tórtola turca. Vino a la península de Oriente Medio y se quedó. Es originaria de esta zona y de China y su expansión en la Península Ibérica comienza se extendió por toda la Península Ibérica es a partir de 1974, según fuentes de la organización Seo-BirdLife, «avanzando desde el norte hacia el sur» para en los años 90 colonizar también Baleares y Canarias.
Su población en España se calcula en más de 35.000 parejas, según la citada fuente, pero posiblemente se quede corta ya que va en aumento en las últimas décadas. En la capital está en expansión y, además de en el parque de la Dehesa, se la puede ver y escuchar en pequeñas zonas verdes con árboles, como en la Arboleda o la plaza de la Picota. En tres décadas ha pasado de ser un ave casi desconocida a ser habitual en ambientes urbanos y rurales, donde es fácilmente reconocible por su canto. «Un arrullo alto y penetrante (cu-cuu-cu), repetido insistentemente».
La tórtola turca es fácilmente distinguible, por su plumaje pálido y la mancha negra ribeteada de blanco en el cuello. Nada que ver con la tórtola común ni con cualquier tipo de paloma, ya que presenta un aspecto mucho más esbelto. De tamaño es similar a la tórtola europea, pero algo mayor.
Especie granívora, entre su alimento preferido se encuentran los granos de cereal, las semillas de herbáceas y, menos, partes verdes de algunas plantas.
Teniendo en cuenta sus características no es extraña su rápida expansión. Estamos ante un ave que puede realizar varias puestas al año y cuyo periodo reproductor se extiende de febrero a octubre.
Pondrá uno o dos huevecillos blancos, de los que se ocuparán tanto el macho como la hembra durante una quincena, entre 14 y 18 días. Cuando nazcan los polluelos no pasará un mes antes de que inicien los primeros vuelos.
Elegirán árboles y arbustos para hacer un nido rígido tipo plataforma con ramas y hojas. Es un ave sin amenazas para su supervivencia, salvo los improperios que puedan dedicarle cualquier ciudadano que haya dejado su coche junto a un árbol en el que anide. Mal menor.