CALTOJAR
Ángel Molina: «A los pueblos no llega el dinero que se anuncia para despoblación»
A sus 26 años rige el Ayuntamiento de su municipio cuyo futuro, dice, está en la implantación de empresas que generen puestos de trabajo. Mientras, jóvenes y quienes no lo son tanto subsisten gracias a la agricultura y la ganadería, las únicas opciones existentes en la actualidad.
virginia fernández SORIA
Pregunta.– Los principales sectores económicos de la localidad son la agricultura y la ganadería. ¿Hay relevo generacional para este tipo de profesiones? ¿Tienen futuro en la zona?
Respuesta.– Yo creo que sí tienen futuro porque tampoco hay otra cosa, así que quienes vivimos allí no tenemos mucho que pensar. Hay unos cuantos agricultores jóvenes. Los ganaderos se van haciendo mayores pero allí con 45 o 50 años todavía son jóvenes porque lo que queda después es de 80 para arriba. Sí que creo que hay relevo generacional.
P.– ¿Echáis de menos un poco más de ayuda por parte de las administraciones a estos sectores en este tipo de municipios?
R.– Sí, sobre todo ya no que haya ayudas sino que no haya tantas trabas. Cada vez te van poniendo más trabas, limitando más las cosas y es difícil.
P.– La despoblación es uno de los temas que más os preocupa a los alcaldes sorianos. ¿Consideras que se está trabajando en el buen camino o, por el contrario, cree que se pueden hacer más cosas?
R.– Yo siento impotencia cuando veo que salen en la tele todos estos foros en los que se habla de despoblación y que se invierte todo ese dinero y a los pueblos no llega absolutamente nada. Hablan de exenciones fiscales pero ¿para quién? ¡Si no hay nadie en los pueblos! Lo que hay que hacer es generar empleo, puestos de trabajo, que es lo único que asienta población. Todas estas mejoras que se ofrece para quién van dirigidas, si ya no queda nadie en los pueblos. Yo creo que hay que generar empleo, implantar empresas, fábricas… Es lo único que se puede hacer. Anunciar dinero en los presupuestos para combatir la despoblación… si luego no llega nada.
P.– ¿Y crees que al menos ese tipo de foros o encuentros, como la feria Presura, dan a conocer la realidad que se vive en la provincia de Soria? ¿O consideras que el dinero que se invierte en la organización de ese tipo de eventos podría destinarse directamente a paliar la situación fomentando el empleo?
R.– Insisto en que, en mi opinión, la única solución es crear empleo. Este tipo de eventos sí sirven para dar a conocer el problema pero al día siguiente ya nos hemos olvidado todos. Menos el que vive en un pueblo, que es el que lo ve. De cara a dar a conocer el problema y la provincia al turismo sí que puede venir bien, pero para combatir la despoblación hay que generar puestos de trabajo.
P.– En los últimos años ha aumentado el número de robos en segundas residencias y, tal y como hemos visto recientemente, los expolios en templos. ¿Vosotros también los habéis sufrido?
R.– Sí, en templos nos tocó hace muchos años, unos 15 o 20, en la ermita que tenemos a la salida del pueblo. Y últimamente nos han robado en algún bar y en viviendas.
P.– Imposible luchar contra eso ¿no?
R.– Sí, es muy difícil porque en los pueblos no hay gente y a las 3.00 o a las 4.00 de la madrugada… No ves gente durante el día, así que imagínate a esas horas, que suele ser cuando se producen estos robos… Y la Guardia Civil no puede hacer más. No sé cuántos efectivos tendrá el cuartel de Berlanga de Duero, que es el que está más cerca, y tiene que atender una comarca enorme.
P.– La localidad es muy rica en patrimonio. Contáis con la ermita de San Baudelio, que es una joya… ¿Estáis satisfechos con la manera en la que se promociona?
R.– Yo creo que se podrían hacer más cosas en San Baudelio. Hay una cosa que está parada. En su día había un proyecto, para el que el Ayuntamiento cedió unos terrenos al Ministerio de Cultura para hacer un centro de interpretación y más aparcamientos y al final la inversión se va a Berlanga. La gente lo que quiere es ir a ver San Baudelio, no un centro de interpretación ubicado en Berlanga en el que haya fotografías o una réplica de San Baudelio cuando tiene la ermita a ocho kilómetros. Siempre tiran más hacia los núcleos más grandes cuando a lo mejor también viven de la comarca. Yo creo que tienen que dinamizar un poco más todo para que sea más atractivo para el turista; que no todo el dinero vaya al mismo sitio. Cuando la inversión que tendría que ir a ese proyecto se va a otra localidad es muy difícil que vuelva.
P.– Además contáis con la iglesia de San Miguel, con atalayas… ¿Crees que los turistas se centran en San Baudelio y no conocen el resto de monumentos que ofrece el municipio?
R.– Sí, sobre todo la gente va buscando San Baudelio, aunque es cierto que últimamente la gente sí visita bastante la iglesia de San Miguel, que ha mejorado mucho y se ha promocionado bastante. Las atalayas islámicas también se han restaurado y se puede subir arriba. Va bastante gente pero no es comparable a la que se acerca a San Baudelio.
P.– También contáis con una amplia representación de cuadros de Picasso, una original propuesta. ¿Cómo surgió la idea?
R.– En el centenario del nacimiento de Pablo Picasso, cuando estaban aún abiertas las escuelas de Caltojar, decidieron hacerle un homenaje pintando muchas paredes del pueblo con sus cuadros. Son unos 50 o 60 cuadros. Ahora estaban muy envejecidos, casi ni se veían, y estos últimos años, en verano, los hemos ido restaurando. La verdad es que está bonito y es una cosa curiosa. Viene gente de fuera porque ha salido en prensa de Francia y de Japón, por ejemplo. Muchas están a lo largo del pueblo, en la carretera, y la gente que no lo sabe para sorprendida.
P.– Llama la atención que parece que en ocasiones se pone más en valor este tipo de acciones fuera del territorio…
R.– Siempre te vas por ahí a ver cosas, a visitar y a hacer turismo y muchas veces no conoces lo que hay en tu propia ciudad o en tu provincia.