Heraldo-Diario de Soria

El maíz resurge con fuerza y se embarca en la modernización

Recupera los datos de cosecha anteriores a la sequía y continúa el incremento de rendimientos, con León a la cabeza como provincia con mayor superficie de cultivo y más riego a presión

Dos operarios cosechan maíz en un cultivo de la localidad palentina de Monzón de Campos.-- Brágimo

Dos operarios cosechan maíz en un cultivo de la localidad palentina de Monzón de Campos.-- Brágimo

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SANTIAGO G. DEL CAMPO
Soria

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Buena cosecha de maíz la que se espera en esta campaña, aunque los productores no quieren lanzar las campanas al vuelo. Por ahora aseguran que será «media alta», con rendimientos de entre 12 y 15 toneladas por hectárea en función, sobre todo, del tipo de riego. Por eso, la modernización de infraestructuras de regadío es el mayor reto que afronta el cultivo.

La estimación para todo el territorio supera el millón de toneladas, más exactamente 1.089.155, según Cooperativas Agro-alimentarias de España. La misma entidad (antes denominada Confederación de Cooperativas Agrarias de España), atribuye a Castilla y León una superficie cultivada de 103.729 hectáreas en la presente campaña, y un rendimiento por hectárea algo inferior de lo que apuntan las Organizaciones Agraria de Castilla y León, de en torno a 10,5 toneladas de media, según su última valoración de octubre. Responsables de las OPAs de la Comunidad suben ese rendimiento y también la cosecha total, que estiman en 1,3 millones de toneladas.

En cualquier caso, son cifras bastante mejores que las registradas en la anterior campaña, cuando se produjeron 885.186 toneladas en Castilla y León, casi 204.000 menos. Así, el incremento alcanzará un 23% respecto a la estimación ‘poco optimista’ de Cooperativas. Aparte de la sequía que sufrieron los campos en 2017 –que hizo descender el rendimiento por hectárea hasta las nueve toneladas–, hay que tener en cuenta que la superficie cultivada también fue menor, con un total de 98.354 hectáreas.

La Comunidad se sitúa a la cabeza de la producción de Maíz en España. Produjo el 25,65% de este cereal en 2017, la mayor cuota del territorio nacional, que sumó un total de 3,45 millones de toneladas. Le siguió Aragón, con el 22,23%, y ya en tercer lugar, a distancia, Extremadura, con el 16,64%, según la misma fuente.

El reparto de la producción incrementará el liderazgo de la Comunidad en esta campaña, que podría prolongarse hasta febrero, según las estimaciones. Castilla y León recogerá el 29,46% del total de la cosecha en España –que subiría un 7,15% respecto a 2017, con 3.697.605 toneladas–, y se distanciará del segundo de la lista, Aragón, que también incrementará su cuota hasta el 24,4%. Extremadura se quedará esta vez en el 14,26%.

En sintonía con los datos, se muestran contenidamente optimistas los agricultores. Así lo señalan las Organizaciones Profesionales Agrarias consultadas por este periódico. El presidente de Asaja en Castilla y León, Donaciano Dujo, cifra en 103.686 las hectáreas de maíz sembradas en la Comunidad, de las cuales 60.600 se sitúan en la provincia de León, que acapara prácticamente el 60% de la superficie regional cultivada. «No se entendería el maíz en la Comunidad sin León», señaló en respuesta a este suplemento. «Los regadíos que se están instalando en León van mayoritariamente a maíz». El resto de las provincias también tienen su porcentaje de maíz, pero a mucha distancia.

«Se trata de un cultivo que en la mayoría de los casos es beneficioso para el propio terreno, porque muchas veces el maíz va sobre maíz, y cuanto más se siembra mayor producción tiene», explicó. «Aunque por una parte, necesita abundante agua, no sólo podemos considerarlo como grano, sino también se le pica como forraje, muy importante para el ganado vacuno». El cereal es muy valioso en la composición de los piensos compuestos. «La cantidad de kilos que da una hectárea de maíz para forraje varía entre 60.000 y 80.000 kilos, un rendimiento muy destacable, y de 15 a 17 toneladas por hectárea las buenas cosechas de maíz», concluyó.

El presidente de Asaja en León y de la Lonja leonesa, Arsenio García, explicó que el resultado de la campaña estará condicionado por el comienzo del año, con una siembra «muy cargada de lluvias, un poco retrasada». Luego la climatología se tornó favorable para este cultivo, que, a grandes rasgos, «lo que necesita son tres cosas: agua, calor y abono». «Ese retraso de la siembra se fue recomponiendo con el verano, que fue cálido y seco, y se benefició de riegos abundantes con los embalses llenos». Por eso es un año en el que la cosecha «podemos decir que será media alta», aseguró.

DOS ZONAS

Eso sí, en cuanto al rendimiento habrá que distinguir dos zonas, «las de riego modernizado y las de riego por inundación, o a pie». En las primeras la productividad oscilará entre las 14 y 15 toneladas por hectárea, mientras que las zonas de riego tradicional el rendimiento se quedará entre 11.000 y 12.000 kilos. «Hoy más o menos está en un 50%», explicó García. Y es que «el futuro son los regadíos modernizados», aseveró. «Hace diez o quince años prácticamente todo se regaba por gravedad, pero hoy prácticamente la mitad de las 100.000 hectáreas de la Comunidad están modernizadas».

Esa es la tónica, seguir aumentando la superficie. «Dentro de poco tendremos entre el 80 y 90%, en cuanto las administraciones acometan las obras pendientes», avanzó el responsable de Asaja en León, un convencido de que los agricultores de maíz, sobre todo los de Castilla y León, tienen que «intentar trasladar el valor del maíz que cultivan al precio, ya que es un maíz que no está modificado genéticamente, como sí lo están los de importación».

García pone de manifiesto la diferencia entre el maíz autóctono y el importado. «España produce unos 3,5 millones de toneladas, y consume 12. Así que esa diferencia, tiene que importarla», explicó. «Pero todo lo que nos entra es transgénico. Es la lucha que tenemos permanentemente, ya que en Europa no podemos producir ningún transgénico, pero sí importarlo. Es un hecho diferenciador que debería verse reflejado en el precio». Él propone hacer como en Francia: «Cuando una ganadería, una industria, consume ese maíz no transgénico, lo publicita, lo hace saber al consumidor».

Otra reivindicación del sector, según García, es precisamente que las administraciones terminen pronto las infraestructuras agrarias. «Como en todos los cultivos, tenemos que competir en un mercado globalizado, aunque hay que señalar que somos punteros, con los rendimientos más altos del mundo», aseguró. «Podemos competir en iguales circunstancias que otros países».

PRECIOS

En cuanto a los precios de la campaña, permanecen «en un término medio si se les compara con los últimos cinco años». Se han visto empujados este año «por la subida del resto de cereales como la cebada, el trigo, que tienen precios aceptables y han tirado del maíz», precisó el presidente de la Lonja de León. Eso sí, un inconveniente es que «dependemos mucho del mercado exterior», lamentó. «Sobre todo de Estados Unidos, que produce el 50% del maíz del mundo».

En números contantes y sonantes, García señala que el maíz de origen, antes de secadero, en la Lonja leonesa está a 182 euros por tonelada, cuando el año pasado estaba a 177. El otro tipo de maíz, ya secado, aún no tiene un precio establecido, porque comienza a comercializarse a partir de febrero. Eso sí, «como todas las producciones agrarias, los márgenes están muy ajustados», señaló.

Y es que los gastos fijos se sitúan en torno a los 10.000 primeros kilos la hectárea. «A partir de esa producción es lo que el cultivo puede darle de beneficio al agricultor». Es decir, una finca regada ‘a pie’ ofrece unos beneficios de unos 2.000 kilos por hectárea, y al menos de 4.000 una hectárea con riego modernizado.

Por su parte el representante de Upa-Coag en León, Matías Llorente, lamentó que las últimas lluvias hayan parado la recogida de maíz. «Estábamos recogiendo a buen ritmo, teníamos recogidos un 25 ó 30% en la provincia de León por la buena humedad, pero habrá que esperar a que seque». Llorente destaca el buen estado sanitario del maíz, pese a que una zona de unas 600 hectáreas sufrió el pedrisco en septiembre.

Llorente señaló, sin embargo, algunos problemas añadidos como los destrozos producidos por los jabalíes. «Están causando muchísimos daños en las parcelas, porque por donde pasan, cae el maíz cae al suelo. Por una parte, se pierde, y por otra, rebrota a la campaña siguiente, perjudicando otros cultivos que se puedan haber sembrado, como la remolacha. Otro problema serio es el viento fuerte, además del pedrisco».

UN MES

El responsable de Upa-Coag desea que el tiempo acompañe. «Si nos dejara un poco el tiempo, lo tendríamos todo liquidado en un mes», señaló. «Si no llueve, a partir del viernes se reanudaría, y la semana que viene funcionaríamos normal».

En su opinión, el problema del maíz sigue siendo el precio, que él señala muy por debajo de lo que apunta García. «Los precios no los marcan las lonjas provinciales, sino los puertos, y ahora está a 172 y 176 euros la tonelada, cuando el año pasado estaba entre 170 y 172», dice.

Pese a ese escaso precio, el cultivo está creciendo. «La remolacha tiene cada vez menos superficie a costa del maíz, y también la superficie de trigo, y alubias, está creciendo. León se mantendrá y llegará a tener 65.000 hectáreas con riego automatizado», avanza.

La visión menos optimista la tiene el presidente de UCCL en Valladolid, Ignacio Arias. «El problema que tenemos con el maíz desde hace tres o cuatro años es el precio», apuntó. «El precio es muy bajo y cada vez menos rentable, aunque es cierto que este año está mejor que el anterior, sobre todo, porque ha habido agua para regarlo».

La campaña va «bastante avanzada» y hay cosechado «más de la mitad», señaló Arias, que advierte que la provincia de Valladolid es distinta a la de León en el cultivo de maíz. «Allí hay más rendimiento, pero aquí los riegos no están modernizados y es raro más de 12 toneladas por hectárea». Por eso, reclamó que se acometan«lo antes posible» infraestructuras pendientes, como la modernización del Canal de Pollos –cuyo convenio se firmó la pasada semana entre los regantes y Seiasa–, y la zona de Castronuño.

«El cultivo es muy poco rentable por los precios de venta. Por eso se abandona por trigo, pues hay que regarlo bastante menos y el rendimiento es parecido», concluyó.

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