Heraldo-Diario de Soria

ANIMALADAS

La pardilla, una perdiz fuera de lo común

La perdiz pardilla habita en la provincia aunque su población no es abundante. Su aspecto es bastante diferente al de la perdiz común e infinitamente más difícil de ver.

Perdiz pardilla-V. GUISANDE

Perdiz pardilla-V. GUISANDE

Publicado por
P. P. S.
Soria

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No resulta fácil verla en la provincia, donde habita si bien son escasas ya que apenas hay diez bandadas. Hablamos de la perdiz pardilla, un ave bastante diferente a la perdiz común, cuya población es mucho más extensa y bastante más conocida.

La protagonista de esta animalada está muy bien adaptada al frío de la montaña, otra cuestión que la diferencia de la anterior. Así, reside en el norte de la provincia, por la zona de Urbión, Cebollera y Cameros, y también en las faldas del Moncayo.

Estamos ante un ave rechoncha de mediano tamaño y coloración dominante grisácea, en la que destacan el dorso pardo, blanco y negro; la herradura ocre del vientre y la carilla, que es anaranjada. La cola es similar a la de otras perdices. Los ejemplares jóvenes de perdiz pardilla son moteados de marrón pálido y parecidos a una codorniz.

Se trata de una especie gregaria, terrestre y muy andadora, «tiene un vuelo explosivo y ligero en el que alterna rápidos aleteos con cortos planeos a baja altura», tal y como son descritos por la organización Seo BirdLife. Resulta bastante difícil verla y para muestra un botón: todos los animales que aparecen en el libro Encuentros con la fauna, del fotógrafo naturalista Valentín Guisande, fueron retratados en libertad, a excepción de la perdiz pardilla, tal y como reconoce Guisande –fotógrafo en este periódico–. Según la citada publicación, unos censos realizados en 2009 cifrarían la población de este animal en Soria en unos 15 ó 20 grupos familiares en el norte de la provincia, cuenta el fotógrafo que cita a Juan Carlos Ceña, entre otros, como autores del citado censo.

Se da la circunstancia de que en Europa es un ave típica de llanura, a diferencia de lo que ocurre en la geografía nacional, donde es de montaña y aparece restringida a los macizos montañosos del norte de la península.

Su comida es a base de hojas, frutas, brotes y raíces de un amplio abanico de plantas, aunque de forma puntual también consume insectos, especialmente durante la alimentación de los pollos en las primeras semanas de vida. Por lo que respecta a su reproducción, el apareamiento tiene lugar entre febrero y marzo; y la puesta se sitúa en torno a los meses de abril y mayo. La hembra construirá un nido en el suelo forrado por hojas y ramas, protegido por arbustos, en el que pone entre 7 y 20 huevos (marrones y a veces blancos, pero raramente) que incubará durante 23-25 días.

Desde hace más de una década se encuentra incluida en el Libro Rojo de las Aves de España como especie «vulnerable». Sus principales amenazas son la actividad cinegética, así como la alteración de su hábitat.

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