El lado ‘verde’ y social del casetón resinero
Tardelcuende pone en valor su ‘adn’ resinero a través de la recuperación de algunos de sus 13 casetones
Diseminados por el monte y tiempos con una potente actividad, los casetones resineros pertenecen en estos momentos a una categoría casi invisible de infraestructuras forestales. Hasta ahora. Comparten espacio con un amplio abanico de fauna animal, poco visible al ojo humano en cuanto el visitante se adentra en el monte. Esto es lo que hicieron recientemente miembros de la asociación cultural Gaya Nuño en una ruta para ver, precisamente, algunos de estos casetones. Los montes públicos de Tardelcuende encierran hasta 13 casillas de este tipo, en diferente estado de conservación, a los que aguarda un futuro más amable.
La asociación pondrá en valor estas casitas incluyéndolas en una guía, con el ánimo de aprovecharlos como un recurso turístico más. Y no sólo. La idea es incluirlas en una guía y de paso adecuar el entorno.
Se trata de un proyecto de la asociación con Ecoembes y la Seo BirdLife, en el marco del cual se rehabilitarán además dos casetones, según indicaron fuentes de la Gaya Nuño.
La Asociación lleva ya un tiempo trabajando en este proyecto, haciendo un inventario de todo el material. Estas construcciones servían a los resineros como lugar de descanso y pequeño almacén en el que guardar el material con que trabajaban. Su declive comienza cuando el oficio resinero pasa a mejor vida y entran en desuso. El inventario servirá para identificar situación y estado, con las coordenadas en que se encuentra, el paraje y la situación del inmueble.
Cuando se concluya, se decidirá cuáles se restauran, partiendo de que «serán algunos en los que la intervención que haya que hacer no sea muy costosa, ni requiera mucho trabajo de albañilería». Hay que tener en cuenta que en las obras que se hagan participarán los propios vecinos y también niños.
Once de los casetones son construcciones simples, con una pequeña habitación para encender lumbre y algunos bancos. Hay otras dos que además de la habitación, disponen de una segunda estancia a modo de cuadra. Eran más un refugio forestal que un casetón resinero, según fuentes de la asociación Gaya Nuño. «Es una acción de reforma pero se trata sobre todo de concienciar» a la población en clave de medio ambiente.
La excursión llevó a los participantes a conocer algunos de los 12 casetones sembrados por los pinares de Tardelcuende. En concreto, la ruta fue la siguiente: puente de los Mazos, Casilla del Vela, Casetón del Valle, Puente de Los Pradillos, Fuente y casetón del Franciscón, casetón de Valdepinar, charco Los Peces, casetón de la Mimbrera, del Pico Los Grajos, Casetón del Llanillo y Casetón del Alto de la Loma.
Sensibilización
Estos casetones son infraestructuras forestales propiedad del Ayuntamiento de Tardelcuende, en montes de utilidad pública gestionados por la Junta. Sensibilizada con la tradición resinera, la institución apoya esta iniciativa de la asociación y apoya su recuperación.