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EL MUNDO... RURAL

Una mujer adelantada a su tiempo

Pascuala-ANA HERNANDO

Pascuala-ANA HERNANDO

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ANA HERNANDO
Soria

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Pascuala Palomar Hernando tenía que haber nacido en los años 80, porque su vitalidad, su energía y su visión empresarial y cultural le llevan a ser una mujer adelantada a su tiempo. Esta mujer, natural de Morcuera, pedanía de San Esteban de Gormaz, de la que fue la primera alcaldesa durante cuatro legislaturas, también fue la responsable de la asamblea local de Cruz Roja en la villa ribereña, como presidenta de la ONG durante ocho años, logrando comprar una nueva ambulancia para el puesto sanestebeño. Ahora, también está al frente de la asociación de pensionistas San Miguel, pero además tu trayectoria profesional, antes de su merecida jubilación, también la llevó a regentar un negocio de venta ambulante, que permitió ofrecer servicios y alimentos a muchos pueblos de la comarca.

«¿Sabéis lo que era hace 55 años sacarse un carnet de conducir?, se pregunta Pascuala Palomar, quien reconoce que era difícil aunque nadie le puso freno, quizás también porque «fui una mujer adelantada a mi época».

Palomar comenzó a realizar sus ventas con un carro, un macho y una romana, «pero vendían otros tenderos detrás de mí y eran más rápidos porque tenían coche», recuerda y por eso le dijo a su marido, Juan José, «esto no puede ser, hay que comprarse un coche». Y aunque no sabían de dónde sacar el dinero, Pascuala estaba convencida de que lo podría pagar con las ventas que hiciera, y por eso pidió un préstamo en la Caja, contando con dos fiadores, de sus primeras 100.000 pesetas. Y así comenzó su negocio y su proyección empresarial, de una emprendedora rural pionera.

Pascuala finalizó sus estudios en su escuela a los once años, ahora ha vuelto a las aulas como alumna del CEA Doña Jimena. Durante su etapa como vendedora recorrió ocho pueblos, ofreciendo los servicios de venta de ultramarinos, pero también de correos, farmacia «a estos pueblos los atendía yo con una Citroen que me compre, pero se me quedaba pequeña», recuerda y por eso seguía convenciendo a su marido de comprar otra furgoneta más grande, «pero no tenía suficiente». Un día visitó una feria y vio unos vehículos que permitían tener agua corriente en el vehículo, mostrador de acero inoxidable, «llegaba a casa, lo enchufaba a la red y no tenía que descargar», reconoce como mejora de su negocio. «Yo llegaba a los pueblos abría las puertas y a vender», rememora como única mujer al frente de un sector lleno de hombres. «Yo era la única mujer frente a 14 hombres y nunca me han dicho nada, al revés, Pascuala que valiente eres».

En aquella época también era la encargada de cobrar los subsidios de los más mayores y de acudir a la farmacia para que Doña Carmina (farmacéutica) le preparara los pedidos, cada día unas 20 o 30. Incluso alguna vez le tocó trabajar casi como enfermera cuando la ola de fiebres maltas «yo les ponía las inyecciones», explica cuando finalizaba su trabajo y regresaba a casa.

«He sido como una ONG», bromea, y después de 42 años de autónoma bromea con la escasa pensión tras años de trabajo duro.

Pero no ha sido la única faceta de esta mujer, que también se dedicó al teatro, incluso representando al Cid Campeador, precisamente interpretando esta papel fue descubierta para la política por el entonces alcalde sanestebeño, Alcalá Carralcázar, quien la «fichó» como alcaldesa de Morcuera. «Y yo encantadísima, no me preocupé porque fuera mujer», aunque afirma que «me viene de tradición», ya que fueron sus abuelos y su padre lo fueron en 1907 y 1940, así como en los años 60, respectivamente algo que ella fue en 1999, lo que le permitió «recorrer mucho y trabajar», con ejemplos como las hacenderas «y la Pascuala era la primera que llevaba la carretilla, el cemento, lo que hiciera falta, y no me ha importado».

Durante una docena de años ha pertenecido a la Junta directiva de AMFAR, así como otros 12 años en la junta de la asociación Tierras Sorianas del Cid, donde pidió un préstamo para restaurar tres lagares de su pueblo, a lo que se suma la coral, el consejo escolar, además de madre y apuesta por educar para construir «un mundo mejor».

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