Heraldo-Diario de Soria

LA QUIÑONERÍA

«La repoblación no es viable en pueblos como La Quiñonería»

Lo último que hacía falta eran las termitas, pero ahí están, en el municipio, donde se ha pedido un estudio para poner fin al problema, dice el alcalde.

Isidro Gil-V. GUISANDE

Isidro Gil-V. GUISANDE

Publicado por
P. PEREZ SOLER
Soria

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Conoce al dedillo La Quiñonería, donde vive desde que tenía tres años. Isidro Gil Martínez (Castejón del Campo, 1968) es alcalde de la Soria más rural y deprimida: nueve vecinos de los que de continuo residen seis. También ganadero y bastante pesimista con el futuro.

Pregunta.– ¿Cómo ve el presente de La Quiñonería?

Respuesta.– Mal. El presente está como está y hay dos casas abiertas. La mía y otra más. Está casi deshabitado. Estamos ocho personas durante todo el año. Hay otras dos casas de trabajadores que pueden estar hoy, pero mañana no.

P.– ¿Cómo se enfrenta usted como alcalde a eso?

R.– El Ayuntamiento prácticamente lo gestiona el secretario. Los pocos vecinos que hay están a su trabajo y yo también. Es que tampoco se puede hacer mucho más al margen de algunas obras. Arreglo de calles y poco más.

P.– Llegado a un punto, ¿no hay mucho margen para impulsar desarrollo?

R.– No lo hay. No veo que se puedan hacer cosas sobre eso. Son pueblos agrícolas y ganaderos, no son de turismo ni industriales. Son lo que han sido toda la vida, de agricultura y ganadería. Nada más.

P.– ¿En qué proyectos trabaja en estos momentos el Ayuntamiento?

R.– El tema de arreglo de caminos, que estaba pendiente. Yo querría hacer más arreglos pero no se puede por el tema económico. Las ayudas están muy limitadas y tampoco se puede tirar de ahí.

Pedimos un estudio de tratamiento para las termitas, porque tenemos el pueblo muy mal. Tenemos el pueblo que están todas las maderas carcomidas, todas están mal. La iglesia tiene el tejado de madera y muchas otros edificios. Queremos hacer un estudio o un tratamiento. El presupuesto era unos 10.000 euros. Es un problema de hace tiempo.

P.– ¿Es muy agresivo?

R.– Sí, se te come la madera de las puertas, de las ventanas, de las vigas… Y afecta a todo, también a domicilios particulares. Era una ayuda el pueblo y para edificios y pensamos que se podía hacer algo.

P.– ¿Cómo están en cuestión de servicios mínimos?

R.– Eso está todo bien. Aguas, recogida de basuras, luz… Bien. Lo único el médico. Antes venía un día por semana y ahora ha dicho que ya no viene. Ahora si quieres tienes que llamar para que venga. Eso es así desde hace un par de semanas.

Antes venía dos días por semana, luego uno y ahora ninguno. Y ya nos han avisado de que quien lo necesite, tiene que comunicarlo. En telecomunicaciones, móvil, radio, Internet… mal. Internet cero. Yo tengo satélite por mi cuenta pero sale caro. El tema de la firma electrónica… acabas firmando pero mal. Te pones a hacer cualquier cosa, el Sigpac para ver la PAC y va lentísimo. El servicio de telecomunicaciones fatal, va lentísimo. Ya lo saben las administraciones, pero qué. Nadie hace nada.

P.– Uno de los principales problemas anexos al de la despoblación son las ruinas en los pueblos.

R.– Ése es un tema también complicado. Hay que limpiar y desescombrar, vale, pero otro problema: ¿A quién comunicas tú que la casa está en ruinas y hay que desescombrar? Y desde mi punto de vista tampoco se les puede obligar a retirar lo que es el escombro… Eso cuesta dinero. El Ayuntamiento no se puede hacer cargo de desescombrar solares. Al final lo que hará la gente será tirar la casa y dejarlo todo recogido en un montón. Es un problema que se ve venir.

P.– ¿En qué estado se encuentran los edificios municipales?

R.– Tenemos un consultorio habilitado en el mismo edificio del Ayuntamiento. Hay un salón y junto a él está el consultorio. No es grande pero está bien y hace su servicio. Lo que ocurre es que como en el pueblo somos pocos, el médico iba a las casas directamente. En el verano ya la cosa cambiaba.

P.– ¿Disponen de viviendas municipales que alquilar en el caso de que quisiera asentarse alguna familia?

R.– No, no, ninguna.

P.– ¿Cambia el aspecto de La Quiñonería en verano?

R.– Bueno, hay más gente. Pero eso, vienen 15 ó 20 días y se mantienen las casas abiertas.

P.– Pertenecen a la comarca de Campos de Gómara y están apenas a 50 kilometros de Soria. ¿Cómo explica que no tenga más tirón a la hora de asentarse la gente allí?

R.– Eso es fácil. Si viene asentarse una familia lo tiene mal. ¿En qué se va a trabajar? Si no hay trabajo. ¿Dónde van a ir los chicos a estudiar, a comprar la comida? Para el colegio tendrían que venir a Soria. El transporte escolar sí puede venir y trasladarles a Soria o a Almazán. ¿Pero de qué van a vivir? Tierra no hay. ¿Echar animales, alguna granja? Sería la única posibilidad, la ganadería, desde mi punto de vista. Tendrían que pedir terreno. No sé… Según está todo, es complicado. Granjas de cerdos hay muchas y el ovino va a menos. Los que estamos tenemos problemas, así que la gente nueva, más todavía.

P.– ¿Usted cree que una población con apenas una decena de vecinos puede ser municipio?

R.– Desde mi punto de vista, siempre que se pueda autogestionar, que siga así. El día que ya no se pueda, que se junte con quien quiera. Pero aunque un Ayuntamiento sean pocos, es mejor que sea un Ayuntamiento propio. Hay ayuntamientos que se han juntado y no sé hasta qué punto será bueno o malo. El mayor beneficio será para el beneficio grande. No sé, igual me equivoco.

P.– En clave de medio ambiente, posee el municipio un LIC, Lugar de Interés Comunitario, los Encinares de la Sierra del Costanazo.

R.– Nada, no repercute en nada. Solo problemas para el pueblo. Todo que tenga declaración de interés son problemas para muchas cosas. A muchas cosas afecta de forma negativa.

P.– ¿Qué les urge en el pueblo?

R.– De urgente nada. Eso va sobre la marcha.

P.– ¿Ni repoblar si quiera, animando a gente de fuera a establecerse en su pueblo?

R.– La repoblación no la veo viable en pueblos como éste. Trabajo, trabajo… Nosotros tenemos ganadería, mi hermano y yo, con un trabajador cada uno, pero por temporadas. A veces hemos tenido a familias con hijos y nos hemos tenido que encargar de llevar a los niños al colegio. Si sus padres estaban en el trabajo, no podían ir a recogerlos. Repoblar sí, pero de qué van a vivir. Yo vivo todo el año allí, pero si no tuviera ganadería no sería así. De continuo no, seguro.

«No sé por qué no dejan usar la zahorra para los caminos»

P.– ¿Qué problema tienen con los caminos?

R.– Arreglar los caminos es un problema en los pueblos. Podríamos hacerlo con zahorra nuestra, pero aunque tengamos zahorra en nuestro propio pueblo, no podemos extraerla. Primero permiso de Minas para extraerlo, después para hacerlo. Si tienes que arreglar un camino, te dan una subvención y tienes que comprar la zahorra, ¿a qué precio se te pone teniendo tú en el pueblo? Es una de las cosas que yo no entiendo.

En existe este tema de los caminos. Ya sabemos que cada pueblo tiene su finquita mala, mala para cereal pero resulta buena para sacar zahorra y grava para arreglar caminos. Pues no te dejan hacerlo.

P.– ¿En qué presupuesto se mueven?

R.– En unos 30.000 euros, es un presupuesto modesto. Nuestras cuentas se compensan en ingresos y gastos.

P.– ¿Qué recursos propios tienen en el municipio?

R.– El Ayuntamiento tiene fincas de labor y fincas cedidas por la Junta, cedidas al municipio. Las tierras del Ayuntamiento se sacan en arriendo y generalmente se reparten entre los agricultores que son del pueblo, a sorteo y a rotación. También tenemos dos cotos de caza, uno en el pueblo y el de Peñalcázar. Eso también repercute. Antes estaban separados y hemos seguido así.

Molinos no tenemos, pero hubo un estudio y finalmente no se pusieron. En la sierra del Costanazo, y se ha quedado todo parado. Ahora están con las energías renovables y la no contaminación, y ahí se podría hacer un parque tremendo. Pero al parecer hay no se qué pájaro, y que no, que no se pone. No sé… El estudio está hecho y es algo que podría haber repercutido en el pueblo.

P.– ¿Por qué es alcalde de su pueblo?

R.– Porque vivo todo el año allí. Tiene que ser alguien que viva allí y sepa lo que hay que hacer y lo que no. Yo ya digo a la gente que me propongan cosas, pero una cosa es que te propongan y otra que te exijan. Un pueblo agrícola y ganadero no es una ciudad, no es un sitio de recreo. Las circunstancias son las circunstancias.

«De Peñalcázar sólo queda la torre de la iglesia y con el tiempo se caerá»

P.– Peñalcázar, su torre, la fortificación sigue siendo un reclamo para el turismo… ¿o no?

R.– Yo no sabía que desde el año 40 estaba declarado Monumento Histórico. En tantísimos años nadie se ha acordado de La Peña (así llaman en la zona a Peñalcázar), ni por parte de los que vivían en ella. Gente sube muchísimo, toda la vida, igual en invierno que en verano. Como hay que subir andando, se ve. Pero qué vas a hacer ahí? El Ayuntamiento no puede invertir porque no hay fondos. ¿Hacer una casa rural o algo así? Tampoco lo veo viable porque no tienen servicios mínimos arriba. No hay luz ni agua. Agua no hubo nunca. Cómo vas a hacer algo turístico, si es que dentro de poco no existirá prácticamente nada.

P.– ¿Cree usted que se podría haber hecho algo en clave turística?

R.– Antes sí se podría haber hecho algo y mantenido alguna casa, sobre todo el aljibe que está bastante mal ahora. Yo lo he conocido prácticamente entero. Ahora solo queda en pie la torre de la iglesia y un trozo de bóveda que, claro es del Obispado, y si nadie hace nada se caerá solo con el tiempo.

A mí no me importaría pedirle al Obispado que lo cediera para mantener por lo menos lo que es la torre. Sería cuestión de probar. Yo lo he pensado pero no lo he comentado con la gente.

P.– ¿En qué estado se encuentra la ermita de la Virgen de la Blanca?

R.– Muy mal. Tiene goteras. He pensado en hablar con la gente y cambiar toda la cubierta del tejado. Si el Ayuntamiento pudiera y, si no, con aportaciones también, con donativos del que quisiera. El tejado de la iglesia del pueblo, aunque no era nuestro, también se arregló con donativos. Además de lo que puso el Ayuntamiento, la persona que quiso aportó donativos. Y con la ermita pasaría lo mismo. Si es del pueblo, aportaría el Ayuntamiento y quien quisiera. Luego, que la gente esté de acuerdo, claro.

P.– ¿Pertenecen alguna Mancomunidad?

R.– No, ni estamos en ningún grupo de acción local

P.– La Quiñonería conserva la casa en la que nació el introductor del baloncesto en España, el padre Eusebio Millán.

R.– Hay una asociación que tiene un local, y es ahí donde dicen que nació. Pero nada más. La asociación tiene vida en verano, fuera no. En agosto, que es cuando hacen un festival.

P.– En materia viaria, ¿en qué estado se encuentran las carreteras?

R.– La carretera que baja de Soria a Calatayud está bien, la N234, y luego el desvío de Reznos que va a Deza está bien hasta la Alameda. De la Alameda a Deza creo que la tienen que terminar de arreglar este año. Será de las últimas carreteras de la provincia que se han arreglado.

P.– La Quiñonería suele ser el pueblo que antes cierra el colegio electoral en cualquier convocatoria...

R.– Si podemos sí. No vas a estar allí todo el día para cuatro votos. Si somos nueve y en el pueblo estamos seis… ¿Los otros tres dónde están? Pues a ver, se les llama y se les dice que voten por correo para que no nos hagan estar todo el día. Luego se custodia la urna y ya está.

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