ANIMALADAS
Pequeña, matona y capaz de saltar 200 veces su tamaño
Se alimenta de sangre y otras cosas no aptas para ojos delicados. Es un molesto insecto que no pasa de los 3,3 milímetros y que es mejor mantener a distancia
A perro flaco todo se le vuelven pulgas; mientras menos perros, menos pulgas; pican más los celos que las pulgas… El refranero español es tan rico en dichos sobre este minúsculo animal, como fácil resulta cogerlas si uno está expuesto a un foco de pulgas. Está claro que es mejor prevenir que intentar acabar con ellas, pero muchas veces no hay más remedio que enfrentarse a lo último. Para ello, nada mejor que conocerlas, lo que la mayoría de la población sabe hacer, al menos de vista.
La pulga pasa por cuatro etapas en su vida: huevo, larva, crisálida y adulto, que es el que pica.
Lo más común es que pulga entre en un domicilio a través de una mascota o después de que algún miembro de la familia haya visitado un lugar concreto o haya estado cerca de un foco de infestación. No pasan de los 3,3 milímetros de largo y no tienen alas pero son capaces de saltar hasta 200 veces su longitud, lo que la convierte en uno de los mejores saltadores animales en relación a su tamaño. Ello es posible por sus largas patas, especialmente por las traseras que están adaptadas para el salto, que puede ser de hasta 18 centímetros en dirección vertical y 33 centímetros en dirección horizontal. En sus articulaciones poseen resortes de la proteína más elástica conocida, la resilina, al igual que otros insectos como las langostas y los saltamontes.
La pulga cuenta con un mecanismo bucal de tubos adaptado para poder alimentarse de la sangre de sus huéspedes. Su cuerpo está comprimido lateralmente, lo cual les posibilita desplazarse con facilidad entre pelos y plumas. Bien lo saben gatos, perros, gallinas y hasta ovejas.
Nada más erróneo que pensarle como un ser frágil por su tamaño: el cuerpo de la pulga es duro, pulido y cubierto con pelos y espinas cortas dirigidas hacia atrás lo que le facilita el tránsito por su huésped. Es precisamente la dureza de su cuerpo lo que le permite soportar grandes presiones «incluso la ejercida por los dedos humanos», según las fuentes consultadas por este periódico.
Existen unas 1.900 especies de pulgas, algunas de las cuales pueden transmitir enfermedades muy peligrosas como el tifus, la peste negra o bubónica.
La picadura de la pulga da como resultado una zona inflamada que pica, ligeramente abultada y con un solo punto de picadura. Hay ocasiones en que no pasa de la molestia pero generalmente no hay un único picotazo, con lo que el malestar puede ser considerable. Algunas personas y animales pueden sufrir una reacción alérgica, que convierte la picadura en auténticas erupciones. En lo que atañe a los animales domésticos, collares, vacunas y repelentes contribuyen a mantenerlas lejos si se acercan a algún foco pero nadie está completamente a salvo...