Heraldo-Diario de Soria

En busca de la mejor variedad del girasol para la Comunidad

Investigación El Itacyl ensaya 31 tipos diferentes del cultivo en ocho campos de ensayo, tres de regadío y cinco de secano, para hacer un seguimiento de las mejoras genéticas que incrementen la producción

El girasol ocupa en la región casi 279.000 hectáreas.-HDS

El girasol ocupa en la región casi 279.000 hectáreas.-HDS

Publicado por
I. LL. Y.
Soria

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Hasta 31 variedades diferentes de girasol está estudiando el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) en sus campos de ensayo repartidos por la Comunidad, tres en regadío y cinco en secano, para evaluar no sólo su rendimiento, sino que los técnicos tratan de hacer un seguimiento de las tendencias de la mejora genética en girasol, que van más enfocadas a la introducción de rasgos genéticos como el alto oleico y la tolerancia a herbicidas a través de las variedades denominadas clearfield y express. Es el segundo año en el que está trabajando el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) en el proyecto Estrategias para el cultivo de girasol en Castilla y León: evaluación y adaptación de nuevas variedades y técnicas agronómicas, financiado por fondos Feader dentro del Plan de Desarrollo Rural de Castilla y León (2014-2020) y concluye este 2019. El objetivo último es su transferencia al sector agrícola, tanto de los conocimientos técnicos sobre las variedades actuales de girasol adaptadas a las condiciones de Castilla y León, que puedan llegar a obtener un cultivo de calidad, con alto valor añadido, «más rentable y demandado en estos momentos por el sector transformador en la Comunidad».

Y es que Castilla y León lidera el número de hectáreas a nivel nacional, con una superficie de 278.852 hectáreas en el año 2018, superando de nuevo a Andalucía, 198.103 hectáreas, que tradicionalmente había sido la de mayor superficie, lo que permite llevar a cabo ensayos orientados a satisfacer las demandas de toda la cadena de valor, tanto del sector productor de girasol y en explotaciones que lo hagan más competitivo, como transformador de aceite, en rendimientos de aceite y grasa, y llegando incluso al usuario final del mismo y su uso, dependiendo del sector industrial al que se dirija.

Se trata además de un proyecto colaborativo que une a agricultores con la empresa transformadora a través del rigor científico-técnico obtenido en la realización de ensayos dirigidos por el Itacyl, en los que participa la empresa Sovena, que es actualmente la segunda empresa de aceite más grande del mundo y en los que colaboran las cooperativas Acor y la soriana Copiso, así como el Grupo Siro. Estos ensayos se realizan en microparcelas que proporcionan una fiabilidad estadística a los datos obtenidos y ensayos en bandas que suministran información real de cara a las condiciones en que los agricultores siembran. Además, en el proyecto se plantea un seguimiento del rendimiento y estabilidad, resistencia a enfermedades, calidad del aceite, estrés de sequía y calor y tolerancia a herbicidas, los cinco grandes objetivos que la mejora genética tiene actualmente. Las variedades elegidas se separan en cuatro bloques: Linoleicas, alto oleico, clearfield y express sun.

Durante el año 2018, la segunda campaña en la que se han realizado ensayos de girasol en Castilla y León, ha continuado aumentando su superficie, al contrario que otras oleaginosas como la soja o la colza, debido no sólo a unas condiciones meteorológicas adecuadas durante su ciclo, sino también a la mejora genética de las variedades con mayor potencial productivo y a la mayor concienciación del agricultor en los beneficios de la rotación, ya que al disminuir la proliferación de malas hierbas y a reducir la incidencia de plagas y enfermedades, hacen que las siembras sigan aumentando año tras año en la Comunidad.

Pero también en 2018 se observa un incremento notable en la producción, con 401.894 toneladas, con un aumento de los rendimientos, favorecidos por las buenas condiciones climatológicas para su desarrollo, pero no olvidando que cada vez existen variedades más adaptadas a las condiciones de la región, de ahí la importancia de evaluar las variedades que se consideran de mayor interés para Castilla y León. El estudio constata que las características generales de la campaña han sido las de un año de invierno frío con precipitaciones en general por encima de la media, sobre todo a partir del mes de diciembre, con una primavera, especialmente el mes de abril, con abundantes lluvias, mantenidas durante los meses de mayo y junio, bajando las precipitaciones en el mes de julio y siendo prácticamente nulas en el mes de agosto, lo que provocó que la implantación del cultivo haya sido buena, así como todo el proceso de desarrollo de la planta, si bien la falta de lluvias en agosto afectó, de manera muy notable, a los rendimientos, que a pesar de todo han sido superiores a los de la campaña de 2017, donde las lluvias fueron más escasas. Sin embargo, en las parcelas de regadío, la influencia de las precipitaciones es mucho menor, si bien el excesivo calor, hizo disminuir los rendimientos.

En esta campaña el Itacyl realizó ensayos en secano y regadío, en ambos casos en microparcelas y en bandas, en ocho localidades. Para el regadío probó en Torrepadierne (Burgos), Villavellid (Valladolid) y Laguna de Negrillos (León), mientras que para el secano los ensayos se realizaron en Vileña (Burgos), Villatoquite (Palencia), Cuenca de Campos (Valladolid), Villaescusa (Zamora) y en la provincia de Soria en Buitrago, si bien las pruebas de los dos últimos campos fueron anulados, debido a las fuertes tormentas de junio y julio, que arrastraron plantas, impidiendo obtener resultados significativos. Cabe señalar que estos ensayos en secano se realizan siguiendo las prácticas culturales de la comarca en la que se emplazan. Indicándose en la ficha los resultados, el cultivo precedente, la fertilización, el uso de fitosanitarios y las fechas de siembra, floración y recolección.

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