QUINTA ESQUINA
Joaquina Gutiérrez Peña: «Hoy el arte es tan diverso como la sociedad»
La llamamos experta en el patrón, en su iconografía, y cita a quien más sabe (Javier Herrero, dice). ‘Jacky’ no se cuelga medallas pero sabe un rato de Historia del Arte. Y su mirada, amplia... sobre la belleza, es envidable.
Pregunta.– ¿Qué aporta la historia del arte a la comprensión del mundo? Con simplicidad.
Respuesta.– El arte forma parte de un momento, una época... Lo que hace es transmitir una ideología, un pensamiento, unas costumbres, un momento determinado.
P.– ¡Con la diversidad ideológica de hoy!
R.– Ahora las hay y siempre las ha habido. Por eso lo que cuenta el arte es un momento determinado.
P.– Este momento de caos, del hombre consigo mismo, de la sociedad con el hombre, del ciudadano con el político... ¿qué arte es éste?
R.– Es un arte diverso como la sociedad, no tan monolítica como antaño. Antes era una una estructura social muy muy determinada... la plebe, un estado superior, el eclesiástico... Ahora no. Hay mucha diversidad de pensamiento. Cualquier persona de un sector bajo puede tener grandes conocimientos, puede opinar, puede decir... Antes no.
P.– ¿A usted el arte le da paz o se la quita?
R.– A ver... Todo compromiso engendra una inquietud. La persona que no se compromete, que no tiene inquietudes vive muy tranquila.... ¿Pero esta tranquilidad satisface? El compromiso crea dudas, inquietudes, esfuerzo, incertidumbre. También da regocijo y paz en algún sentido. Porque el ser humano ha de tener más, otro sentimiento... Eso es en todo.
P.– ¿Tiene algo de trascendente, pues?
R.– Tiene trascendencia porque es visual, transmite a partir de las imágenes, transmite mensaje, independientemente de la belleza. Porque hay arte que no es bello en sí, no tiene por qué serlo. El artista plasma en distintas superficies, una idea, un pensamiento, un hecho, una historia, algo que pueda trascender. Murillo cuando pintaba sus ángeles quería trascender en el futuro.
P.– ¿A qué se parece la pincelada de Zapata?
R.– Zapata es un pintor de su tiempo. Con su pincelada transmite lo que sabe y lo que quiere plasmar. Por ejemplo en San Saturio lo que quiere es fijar una iconografía.
P.– Por cierto, vaya frío que tienen los frescos de la ermita.
R.– (Ríe). Tienen mucho frío, sí. Y aun así, aunque bastante deteriorados, se mantienen, quieren resistir... ‘A ver si nos ayudan’, dicen. Muchas veces no cuidamos lo que tenemos.
P.– ¿Se imagina un San Saturio como el Cristo de Borja?
R.– Eso no es posible. Nadie puede actuar en las pinturas de San Saturio sin ser experto.
P.– ¿Cuándo todo es arte nada lo es?
R.– La vida es arte. La propia existencia. El problema es que hay uno que está ahí y otro más volátil.
P.– Ya, pero hoy... paredes, murales, lienzos en blanco, hierros retorcidos... Yo prefiero La Piedad o El Grito.
R.– Eso es otro prejuicio y no debemos tenerlos desde el punto de vista estético. Hay un arte magnífico, tanto que conmueve... y otro arte que no es tan conmovedor, pero también ahí debemos tener precaución: si no fuese por los artistas locales, de menor importancia, el arte no contaría nada a las personas.
P.– ¿Qué quedará en el siglo XXIII?
R.– Habrá una criba. La historia, los años... hacen criba de lo que no se va.
P.– Antes se decía que dabas patada a una piedra y salía un periodista; hoy, un artista...
R.– El hecho de que haya tantas tendencias obedece a que haya tantos artistas. A mí me parece bien que los haya, da igual como se manifiesten. Esos murales en Almarail, por ejemplo, posiblemente no tendrá la permanencia en el tiempo porque se deteriorarán pero forman parte de nuestro tiempo.
P.– ¿Qué manifestación artística refleja mejor al hombre de nuestros días?
R.– Es difícil saberlo porque realmente lo que más llega es lo efímero. No efímero porque todo queda registrado a través de Internet, pero lo que más influye en la sociedad, más que la pintura, la escultura... las grandes artes entre comillas, es la imagen digital. En el fondo, fondo, fondo, el arte grande solo llega a una parte pequeña de la sociedad.
P.– Las redes ¿democratizan el arte, expanden su conocimiento o abundan en la insustancia o la mediocridad?
R.– Las tres cosas a la vez. Es una herramienta, depende de quien recibe la información y cómo la procesa. Es el problema de las redes. Hay que cribar.
P.– ¿Puede vivir sin belleza?
R.– (Silencio). Creo que no. Pero qué es vivir. Se puede de muchas formas. Pero la vivencia del ser humano no la concibo sin belleza.
P.– De vivir en el siglo XXI, ¿qué aspecto tendría hoy San Saturio, qué estilo?
R.– Es que un personaje como San Saturio no tiene cabida en el siglo XXI.