Berlanga y Bayubas, epicentro de un lodazal
Ambos municipios pedirán ser Zona catastrófica debido a las consecuencias de la tormenta y el granizo del viernes que provocan serios daños en el campo, a falta de cuantificar, y llenan de lodo calles, bajos de viviendas, garajes y las piscinas
Berlanga y Bayubas de Abajo pedirán la declaración de Zona catastrófica por los destrozos que causó la tromba de agua caída en la tarde del viernes, y también el granizo. Lluvia muy intensa y durante más de una hora de forma continuada que arrasó campos recién sembrados en ambos municipios, llenó de tierra y lodo las calles, barrió terrazas de bares arrastrando mesas y sillas e inundó de lodo la piscina de Bayubas, ya preparada y lista para abrirse en unos días. También entró en bajos, garajes y viviendas, si bien los desperfectos en los domicilios están a falta de valorar, según coincidieron el alcalde de Berlanga, Jesús Barcones, y el teniente de alcalde de Bayubas, Javier Sancho. En el caso de Berlanga, la solicitud de Zona catastrófica ya se ha formulado, indicó el dirigente municipal, y en el de Bayubas, «lo haremos el lunes, porque los destrozos han sido grandes, especialmente en la agricultura». Los ayuntamientos no se atreven a cuantificar los daños, más elevados en el campo -y en espera de valoración de las organizaciones agrarias- que los destrozos en el casco urbano, pese a lo impactante de las primeras horas.
En Berlanga cayeron 38 litros de agua por metro cúbicos, si bien esta cantidad, en forma de granizo y de agua, fue mayor en localidades cercanas como Recuerda, Morales, Hortezuela y Aguilera, también pertenecientes al municipio, según indicó el alcalde.
A última hora de la tarde del viernes, el centro de Berlanga era un lodazal de barro y también la travesía «donde confluyen muchas calles, por las que el agua bajaba a mares de los caminos. No ha hecho falta que se desbordara ningún río, es que esta zona está en hondo y recogió toda el agua y el barro de las zonas altas, los campos y los caminos», explicó Barcones, que cifró en unas diez las viviendas en que entró el agua, en bajos y cocheras. La tormenta también se cebó con las terrazas, hasta el punto de que «alguna mesa ha aparecido en el campo de fútbol», arrastrada por la fuerza del agua. Alcantarillas y bocas de agua no daban abasto para tragar los ríos de barro que bajaban por las calles.
Las carreteras afectadas por arrastres de tierra y barrio fueron cuatro, pertenecientes a la red de la Junta: la travesía de Berlanga de Duero; el tramo de esta misma carretera SO-152 que une Hortezuela al núcleo de Berlanga de Duero y que tuvo que cortarse, sobre las 19.00 horas del viernes; y dos puntos de la carretera CL-116, a la altura de Barca y entre las localidades de Morón de Almazán y Alentisque, donde se llegó a acumular, en alguna zona, hasta 20 centímetros de granizo, según fuentes de la Junta.
La delegada territorial, Yolanda de Gregorio, visitó en la mañana de ayer la zona, donde las máquinas -a través de la UTE de Conservación de Carreteras del Servicio de Fomento- estuvieron limpiando desde primera hora la travesía (SO-152), inundada de barro de los arrastres producidos por la lluvia de la tarde anterior. Le acompañaban el dirigente municipal, así como los concejales Enrique Rubio y José Manuel Yubero, y el jefe del Servicio Territorial de Fomento, José Luis Palacios.
La brigada de emergencias de Fomento actuó en todas las áreas afectadas ya el viernes, dejándolas en buen estado para la circulación, a excepción de la travesía, donde se intervino por la mañana.
Ejército de voluntarios
Mientras, en Bayubas de Abajo un ejército de voluntarios acudió a uno de los dos focos de atención del pueblo: las piscinas. El otro eran los campos, a los que en muchos casos era imposible acceder y donde el agua hizo «mucho daño». «Esto era un mar. El agua entró por la zona de los aparcamientos y por el bar restaurante a la piscina, que ya estaba llena y clorada para su apertura. No sé si llegamos al 19 para poder abrirla», indicó el teniente de alcalde, que confía en que no hayan resultado dañados los motores de la depuradora, a la entraba el agua a través de unas rejillas. Hace un año, el Ayuntamiento hizo una inversión en el recinto de 400.000 euros.
El concejal acompañado de voluntarios tapó las tres entradas a las instalaciones con una retro mientras estaba cayendo la tormenta, pero eso no impidió que el agua entrara a los vestuarios, que «posiblemente» haya que volver a pintar por completo y «también quitar las jambas», y causara destrozos en la zona ajardinada.
Una treintena de vecinos se afanaba ayer en limpiar el barro dentro y fuera de las instalaciones, achicar el agua de la piscina y sacarla con una bomba y recoger ramas y otros enseres fuera de lugar, acompañados de palas, bolsas y carretillos.
En el bar entraron «cuatro o cinco dedos de agua» pero las cámaras y congeladores se han podido salvar. «El Ayuntamiento de El Burgo nos ha ofrecido todos sus medios y el de Berlanga nos ha proporcionado una bomba para achicar el agua», manifestó el teniente de alcalde, que nunca había visto la virulencia del agua en tan poco rato. «Alguna vez ha entrado (al recinto deportivo) pero nunca así».