Vilas pone en valor la familia como lugar para “guarecer el amor incondicional”
EL escritor participó en los Diálogos de la Lengua en El Burgo donde defendió la importancia de cuidar la cultura española
El escritor Manuel Vilas protagonizó en la noche del viernes los Diálogos de la Lengua que organizan la Diputación de Soria y el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, en el marco de los cursos de verano de la Universidad Santa Catalina de El Burgo de Osma, en colaboración con el Consistorio burgense.
El escritor y poeta aragonés deleitó a los asistentes a este encuentro literario clásico ya en el verano universitario con una serie de reflexiones donde se puso en valor la literatura, en cualquier de sus modalidades, ya que como explicó Vilas “un escritor debe alimentarse de la poesía y un poeta de la narrativa”. Por eso animó a todos a sumergirse en la literatura variando los géneros, desde novelas, poesía, prensa o ensayo.
También ofreció sugerencias para que los lectores se inicien en la poesía con ejemplos como Gil de Biedma o Antonio Machado a los que calificó de “poetas muy accesibles” y por consideró que “cualquier lector que haga el esfuerzo va a ver que la poesía no muerde y que es un género literario maravillo, lleno de emociones”, aseguró.
El autor de Barbastro (Huesca) hizo referencia a su obra, una de las más conocidas es Ordesa y aunque no quiera encasillarse, lo cierto es que el libro ha supuesto un verdadero retrato sociológico de la España de los 60 y del papel que representa la familia, donde por primera vez se refleja la importancia en igualdad de condiciones de padres y madres, algo que en la tradición literaria occidental no hay mucha presencia y que para él ha supuesto “una de las cosas que más me gusta de haber escrito Ordesa”. Alegría se convirtió en la continuación de Ordesa y ha permitido también definir la familia “como el sitio que hemos construido para guarecer el amor incondicional “, en referencia a la familia donde se generan “relaciones del corazón” y de la que aseguró que “no tenemos otro sitio que ese”, ya que según Vilas ahí es donde un escritor encuentra “un latido humano de enorme importancia, porque vemos la verdad”.
Aunque a veces ese amor incondicional solo se da en una dirección, de padres a hijos y cuando quieren disfrutarlo en dirección contraria, de hijos a padres, ya es tarde y no tienen a sus progenitores junto a ello, algo cuya relevancia no se puede disfrutar y supone “una especie de maldición y es ahí cuando el hijo se da cuenta tarde de ese amor”. Para Vilas “es una especie de misterio de la vida”.
El 1 de septiembre sale a la venta su nueva novela, Los besos, una obra basada en la pandemia donde el amor y erotismo maduro es el protagonista, después de la pandemia, el virus y el confinamiento. “El virus se merecía escribir una historia de amor”, mientras reconoce que “la superación positiva del virus es recordar que el amor, el erotismo y las relaciones de cuerpo y alma tiene que seguir presentes en la vida de la gente” y por eso reivindica la importancia del amor en la madurez.
Vilas realizó también una defensa de la cultura en español, “soy hijo de la cultura española” y citó a autores también latinoamericanos como García Márquez y Rulfo, alegando que “tenemos el desafío de tener que defender y amar la cultura en español”, frente a la fuerza que tiene la cultura anglosajona “y reivindicar el territorio frente a la cultura en lengua inglesa”, apostilló el autor.
El escritor se mostró satisfecho de su visita a El Burgo de Osma a la que calificó de “una ciudad muy bella” y a la que encontró semejanzas con la italiana Lecce, patrimonio soriano y español que también reivindicó y donde consideró que, igual que hacen los italianos que son buenos vendedores de los suyo, “hay que hacer un poco de esfuerzo de saber valorar y luego venderlo mejor”, añadió.
Manuel Vilas, que nació en Barbastro en 1962, se ha consolidado como una de las personalidades de mayor proyección de la literatura española del siglo XXI. Tras cursar Filología Hispánica, ejerció durante más de dos décadas como profesor de Educación Secundaria. Alcanzó renombre como poeta con El cielo (2000), Resurrección (2005; XV Premio Jaime Gil de Biedma), Calor (2008; VI Premio Fray Luis de León), Gran Vilas (2012; XXXIII Premio Ciudad de Melilla) y El hundimiento (2015; XVII Premio Internacional de Poesía Generación del 27). Su poesía completa fue compilada por primera vez bajo el título de Amor en 2010 y luego, en una edición ampliada, como Poesía completa (2016).
Su trayectoria como narrador se inició con España (2008), elegida por la revista Quimera como una de las diez novelas más importantes en español de la primera década del siglo XXI. Después publica Aire nuestro (2009, Premio Cálamo), Los inmortales (2012) y El luminoso regalo (2013).También ha editado los libros de cuentos Zeta (2014) y Setecientos millones de rinocerontes (2015), además de dos volúmenes de difícil catalogación: Lou Reed era español, en la que mezcla la memoria juvenil y una recreación imaginativa de los viajes del antiguo líder de la Velvet Underground por España, y Listen to me, recopilación de sus estados de Facebook.
En su trayectoria como narrador, destaca Ordesa (2018) libro en el que indaga en su relación con los padres ya fallecidos y que sirve como retrato de la sociedad española. En 2019 Manuel Vilas fue finalista del ‘Premio Planeta’, con su novela Alegría