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Unicaja echa el cierre en Navaleno, Monteagudo y Valdeavellano

Campaña de firmas en la población pinariega contra la decisión del banco. La desaparición del servicio deja en desamparo a los mayores en el medio rural

Oficina de Navaleno.-HDS

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N. F.
Soria

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Los vecinos de Navaleno han iniciado una protesta social por el cierre de la oficina bancaria de Unicaja y han firmado contra esta decisión empresarial que reduce los servicios en el medio rural y deja a la España Vaciada más vaciada. La próxima semana esta oficina ya no abrirá sus puertas. 

El mismo problema tienen los vecinos de Valdeavellano de Tera y Monteagudo de las Vicarías. Las oficinas de Unicaja ya no prestarán servicio la próxima semana. En las tres poblaciones el servicio  estaba ya reducido a unos días a la semana y durante unas horas a la semana, pero era suficiente para  atender las necesidades de la población, en su mayoría personas mayores que, además, se enfrentan al desconocimiento del funcionamiento de la banca digital. 

Los vecinos de Navaleno han iniciado una recogida de firmas en la plataforma change.org contra el cierre de esta oficina porque se considera que es “un servicio fundamental”. En su reclamación, los afectados no entienden  la supresión paulatina del servicio de apertura de oficina hasta el cierre total  sin siquiera compensarlo con la puesta en funcionamiento de un cajero automático. Más de 150 personas han firmado la petición. 

Rechazan de plano el argumento de la desfavorable situación económica, “ya que Unicaja arrojó un beneficio de 137 millones en 2021, un 47% más que el año anterior. La entidad supera en la actualidad los 115.000 millones en activos y alcanza el 9% del mercado nacional de hipotecas, con lo que se podría atender a los que siguen apostando por sus servicios y han sido fieles para la proyección futura de la entidad financiera”. 

El alcalde de Navaleno, Raúl de Pablo, aseguró que todos los vecinos son contrarios a este cierre  y “aunque sabíamos que era una muerte anunciada no por ello ocasiona cierta desazón entre los vecinos”. El regidor espera que con esta campaña de recogida de firmas sea más visible la pérdida de los servicios en el medio rural, “hay que mantener unos servicios mínimos para hacer atractivo vivir en un pueblo porque al final la gente optará por irse a las ciudades”. 

Otras localidades

«Esto es un desbarajuste, solo se acuerdan de los pueblos cuando toca la lotería», manifestó el alcalde de Valdeavellano, Amancio Martínez, otro de los pueblos en los que  Unicaja echa el cierre en su oficina bancaria en estos días. Hasta hace dos años el banco la abría tres días a la semana y desde entonces lo redujo solo a los martes. El Ayuntamiento tuvo conocimiento de este cierre porque Unicaja le comunicó   su decisión de suspender el contrato del alquiler del local que es de titularidad municipal. 

El alcalde de Valdeavellano se pronunció en los mismos términos que lo ha hecho el de Navaleno. Martínez explicó que este cierre orilla a los más mayores, recordando que Valdeavellano residen una veintena de vecinos mayores de 85 años y muchos viven solos, «hay que pensar en ellos», manifestó el  regidor de Valdeavellano. A los clientes de este banco solo les queda realizar las gestiones a través d la banca digital o bien trasladarse a otra población cercana que cuente con oficinas abiertas. 

El tercer cierre confirmado es en Monteagudo de las Vicarías. El alcalde, Carlos González, se enteró porque se lo comunicó el propietario del local que tenían alquilado. «Respetamos que se trata de una empresa privada pero es dejar sin  servicio», puntualizó el alcalde. Los  clientes de la entidad han recibido  una carta en la que se anuncia el cierre de la oficina de la localidad  y se remite la atención en la sucursal de Almazán.  

Oficina de Monteagudo

En el encabezado de esta carta, la entidad explica a sus clientes que Unicaja «tiene la exigencia de adaptarse al nuevo entorno» y por ello « ha iniciado un proceso de optimización de nuestra red con el fin de dotar a nuestras oficinas de los recursos necesarios para prestarle una atención personalizada y de trato profesional». González reprueba esta justificación y recuerda el elevado número de personas mayores que se tienen que desplazar en autobús. La única línea que comunica Monteagudo con Almazán sale a las 9.15 horas y regresa a las 14 horas, «para que luego pregunten la razón por la que no hay gente en los pueblos, cada día nos lo ponen más difícil», concluye Carlos González.  Un servicio menos para Monteagudo, donde también ha supuesto la pérdida de un empleo en la población. 

Estos tres cierres forman parte de la red que Unicaja Banco posee en la provincia de Soria, un total de 18 de las que siete se denominan como  ventanillas desplazadas. Estos tres cierres forman parte de este grupo.  Tras el anuncio de la reordenación por parte del banco, los cierres previstos en Soria se elevaban a once. Hasta la fecha no existe una confirmación oficial de las oficinas que se cerrarán en Soria. Sin embargo, en otras localidades  similares se ha extendido el rumor y también el temor.  Los alcaldes de Valdeavellano, Navaleno y Monteagudo agradecen la presencia de la Caja Rural en su territorio y también en la apuesta por los habitantes del medio rural, manteniendo en servicio. 

El cierre de las oficinas de Unicaja Banco duele más a los sorianos porque hay que recordar que esta red era la que procedía de la  mítica Caja de Ahorros de Soria, con una larga trayectoria bancaria en la provincia.