Airpull traslada la escuela de vuelo acrobático al aeropuerto de Teruel
La concesionaria del aeródromo toma la decisión por las quejas de ruidos de los vecinos y valora su continuidad aunque asegura que «no va a tirar la toalla, de momento»
La Escuela Internacional de Vuelo Acrobático deja Garray y empieza a operar desde hoy en el aeropuerto de Teruel. Airpull ha adoptado esta decisión ante las constantes quejas de un grupo de vecinos de Garray por los ruidos que genera esta actividad. «No podemos luchar contra los vecinos, se tienen que creer el proyecto», explicó el responsable de la empresa, Juan Cabañero, que menciona al subdelegado del Gobierno, Miguel Latorre, como impulsor del grupo de vecinos que se quejan.
Tras esta decisión, Airpull también valora su continuidad al frente del aeródromo soriano, que gestiona desde el año 2014. «No se puede estar con este acoso continuo», puntualizó Cabañero, quien también dijo que «no vamos a tirar la toalla, de momento, porque la inversión está ahí», pero la empresa sí pretende reconsiderar su actividad futura, que pretende abordar en una reunión con responsables del Somacyl, de la Diputación Provincial y del Ayuntamiento de Garray, porque «la continuidad está riesgo», aseveró Cabañero.
En este sentido, mencionó que la concesionaria estaba trabajando en proyectos importantes para ubicarlos en el aeródromo de Garray, así como en la recuperación de la actividad de la escuela de pilotos Fly By, que abandonó la actividad con motivo de la pandemia. La escuela se nutría mayormente de alumnos extranjeros que con el cierre de fronteras por el Covid no se desplazaron. Con la recuperación de la normalidad, Fly By ha centrado sus operaciones en Burgos.
Asimismo, manifestó que Airpull tenía en proyecto comenzar este verano con la escuela de paracaidismo, «pero parece también que esta actividad molesta a los vecinos, por eso nos hemos planteado trabajar en otros aeropuertos», dijo el responsable.
La Escuela Internacional de Vuelo Acrobático de la que Airpull entró en funcionamiento hace un año y en este periodo se había logrado consolidar, a juicio de los responsables, con la llegada de alumnos y celebración de competiciones desde diversos puntos del mundo como América y Australia. En abril estaba prevista la llegada del equipo de Finlandia de vuelo acrobático para realizar su programa de entrenamientos, una actividad que se realizará en el aeropuerto de Teruel «porque nosotros tenemos que firmar contratos que den seguridad», significó Cabañero.
Hace unos meses comenzaron a surgir las quejas por ruido de un grupo de vecinos de Garray. Entonces se acordó un horario de vuelos en el aeródromo, a pesar de que Airpull, tiene licencia para operar todos los días de la semana durante las 24 horas.
Entonces se acotaron los vuelos entre las 9 y las 14 horas y entre las 15.30 y las 18.30 horas, de lunes a viernes. Sin embargo, las quejas por los ruidos han continuado, «a pesar de que cumplimos con la ley del ruido y con un horario flexible», indica Cabañero, que se pregunta si realmente los vecinos de Garray quieren impulsar la actividad del aeropuerto, «donde ya se sabe que habrá ruido siempre», significó.
También apuntó que Airpull ha realizado un importante esfuerzo durante estos años en hacer rentable un actividad, dentro del sector aeronáutico, donde aseguró que «es muy complicado y a pesar de ello hemos apostado muy fuerte por Soria, no es fácil poner en marcha un aeropuerto y en eso estamos», puntualizó.
Por su parte, el subdelegado, Miguel Latorre, negó la existencia de una plataforma vecinal y confirmó que es uno de los vecinos que ha trasladado su molestia por los ruidos en el aeródromo «y lo he hecho como un vecino más, dentro de la libertad que tengo para hacerlo».
"Airpull no tiene motivos para dejar el aeródromo"
El vicepresidente de la Diputación Provincial y coordinador del Aeroparque Tecnológico Industrial (ATI), José Antonio de Miguel, dijo ayer enteder la postura de Airpull ante las quejas por ruidos, pero consideró que «no creo que tenga motivos para dejar el aeródromo».
De Miguel confía en que los gestores continúen en Garray con los proyectos que ya tenían en marcha, como el campeonato de vuelo sin motor. Lamentó la decisión de no continuar con la escuela de vuelo acrobático. «Habrá que decidir si queremos desarrollo o tranquilidad, si se quiere lo segundo entonces algunos políticos sobramos», manifestó De Miguel, quien aseguró que toda la actividad que se desarrolla en el aeródromo se ajusta a la Ley del Ruido.
La Diputación es la propietaria del aeródromo que tiene concesionado a Airpull. El contrato concluirá el próximo año y hay una posibilidad de prórroga hasta el año 2028. De Miguel manifestó que si Airpull no continuase se tendría que volver a licitar «y no creo que fuese difícil su adjudicación con los proyectos y las inversiones que están comprometidas».
Lo que verdaderamente preocupa al vicepresidente es el retraso de la tramitación ambiental por parte de AESA para poder arrancar con el proyecto de ampliación de la pista.
Precisamente ayer mantuvo una reunión con Somacyl, en la que se abordó el estado de este proyecto para el que se cuenta con la consignación presupuestaria de 4 millones que se deben ejecutar este año. Además se avanzó en la confección de los estatutos del consorcio del ATI.