MEDIO AMBIENTE
Desaparecen las cianobacterias tóxicas del embalse del Val
La CHE dice que la clase predominante ahora ya no son las cianobacterias sino otras algas sin potencial tóxico, por lo que levanta las restricciones
Las cianobacterias tóxicas que inundaban parte del embalse del Val han desaparecido, según ha comunicado la Confederación Hidrográfica del Ebro, CHE, a los ayuntamientos del entorno y a la Junta central de usuarios, además de al departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, por lo que todas las restricciones se han levantado.
Este episodio de cianobacterias tuvo lugar la primera semana de mayo y llevó al organismo hidráulico de la comunidad vecina, como se recordará, a prohibir el baño y restringir el riego del embalse, ya que los primeros análisis indicaban que las cianobacterias podrían contener especies potencialmente tóxicas. Sucedido que provocó el malestar de municipios zaragozanos de la zona, como Los Fayos, toda vez que la CHE trasladó hace unos meses a la Fiscalía de Medio Ambiente una investigación por vertidos de origen industrial procedentes del Moncayo soriano.
El episodio de las cianobacterias llevó al citado ayuntamiento aragonés a pedir que se paralizara la producción de empresas sorianas sospechosas de estar contaminando, según indicó entonces la alcaldesa de Los Fayos.
Un informe técnico basado en las últimas muestras analizadas en el embalse especifica que «hay una clara reducción de la actividad fotosintética con respecto a las muestras de finales de abril y la clase predominante ya no son las cianobacterias, sino otras algas sin potencial tóxico», según la confederación.
Además, no se detectan en concentraciones cuantificables en el agua ni en la fracción intracelular. A lo largo de las últimas semanas, el servicio de vigilancia hidráulica ha constatado la reducción de la coloración y la extensión del episodio. Información que se ha contrastado también con imágenes por satélite y con datos de la sonda automática que tiene la confederación en la presa «y se observa que el episodio a fecha actual se podría dar por finalizado».
No obstante, la CHE no descarta que puedan volver a producirse «nuevos episodios similares en determinadas condiciones».
El Val tiene 28 hectómetros cúbicos y embalsa agua procedente de los ríos Val y Queiles, ambos nacidos en la provincia soriana, y estos últimos años en el ojo del huracán tras denuncias por vertidos procedentes de la zona soriana.
Los abastecimientos a poblaciones no estuvieron en riesgo en tanto que no toman agua de este embalse en el que, no obstante, se prohibió el baño y se restringió el riego a los campos. La confederación dio avisto a los regantes de la zona para que tomaran el agua del Queiles.
Al respecto y tras darse por finalizado el episodio de floración de cianobacterias en el embalse, la CHE suscribe que en cuanto al riesgo asociado al agua de riego «aunque hay muy pocas referencias, las existentes señalan que el riesgo para este uso es muy bajo». El organismo hidráulico añade que «en el caso de haber existido toxinas, estarían en bajas concentraciones y se degradan en esos ambientes con facilidad por exposición solar y aérea».
La decisión se adoptó tras unos análisis realizados por la Universidad Autónoma de Madrid, que concluían que las cianobacterias detectadas eran potencialmente tóxicas para la salud. Otra de sus consecuencias inmediatas fue la suspensión del Triatlón de Tarazona y el Moncayo que debía celebrarse a primeros de mayo.