MEDIO AMBIENTE
El nacimiento del Duero está seco a 2.100 metros de altura
Un invierno sin precipitaciones y las altas temperaturas de los últimos meses que tampoco han registrado importantes tormentas, causas de esta sequía
La falta de precipitaciones en invierno junto a las elevadas temperaturas registradas en los últimos meses son la consecuencia de que la cabecera del Duero, el gran río de Soria y de Castilla y León, se encuentre seca en un amplio tramo entre las cotas 2.100 y 1.950 metros, tal y como explica el aficionado a la meteorología, Agustín Sandoval, que indica que es un fenómeno «inédito» a final del mes de julio. «Yo nunca había visto esto. En años secos puede pasar a mediados o finales de septiembre, cuando acaba el año hidrológico, pero yo no recuerdo una situación igual a finales de julio», asevera.
Sandoval explica que esta situación en el nacimiento del Duero, que nace a una cota de 2.160 metros, en la sierra de Urbión en Soria, «es consecuencia de que apenas nevó en los meses de enero y febrero, no hubo prácticamente precipitaciones, no hubo inhibición (acumulación de nieve) siendo de los peores inviernos que recuerdo en este sentido». A esto se suma, añade, «que mayo fue un mes seco y que en junio ya vivimos la primera ola de calor que nos empezó a dejar una sequía histórica a lo que hay que añadir que julio ha traído temperaturas históricas con 39 grados en Duruelo y Covaleda durante tres días seguidos».
Y es que, advierte Sandoval, «no hay que olvidar que agosto suele ser el mes más seco del año por lo que si se desarrolla con normalidad será raro que veamos precipitaciones». Esta semana, de todas formas, las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología recogen probabilidad de tormentas el miércoles (hasta un 70%) y el jueves (60%) «aunque son tormentas secas (tormenta eléctrica que no tiene apenas o ninguna precipitación) lo que conllevaría, además, más peligro por el riesgo de incendios a causa de los rayos. Puede ser que la siguiente semana hubiera alguna tormenta más generalizada con frentes atlánticos pero es una previsión a demasiados días y es muy complicado asegurar nada», subraya Sandoval.
Todo este escenario conlleva, por ejemplo, «que el monte cuenta con un fuerte estrés hídrico a lo que hay que sumar, también, que obliga a cambiar determinados comportamientos animales al secarse, por ejemplo, una pequeña laguna que hay en la parte de La Rioja y que estaba frecuentada por venados. La situación del pasto, que esta machacado, también afecta al ganado...». La falta de agua afecta a todo el circulo vital. A pesar de ello, «el embalse de la Cuerda del Pozo, al 50% de su capacidad, no está muy mal gracias a las reservas del año anterior», indica el experto. Sin embargo, si la situación se prolonga mucho más «habrá poblaciones que comiencen pronto a tener problemas», augura Sandoval.