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INCENDIOS

Evolución favorable del incendio del Moncayo, reabre la N-122

Los vecinos desalojados todavía no pueden regresar a sus casas pero se baraja que puedan hacerlo conforme avance la jornada si prosigue la 'mejoría'

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HDS
Soria

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Con toda la cautela posible, el incendio forestal en el Moncayo aragonés evoluciona de forma favorable. Medios profesionales están comenzando visitas a los núcleos de población desalojados para comprobar su estado. En este momento las personas desalojadas todavía no pueden regresar, pero se baraja que por la tarde, siempre en función de las condiciones y circunstancias, se pudiese autorizar la vuelta. Si prosigue la situación actual -nótese el 'sí' condicional- podría estabilizarse a lo largo de este lunes.

Una de las novedades es la reapertura de la N-122 tras casi 48 horas cerrada entre Tarazona y Borja. La medida tiene especial importancia para Soria al ser una de las dos vías de comunicación con Zaragoza y Barcelona en una época con alto número de desplazamientos y ser clave para la zona del Moncayo soriano. Otras muchas carreteras secundarias siguen cerradas y en Soria es el caso de la SO-382 desde Vozmediano.

También desde Soria se siguen aportando medios para luchar contra las llamas. La BRIF de Lubia sigue enviando un relevo tras otro. Desde la Junta de Castilla y León se han redoblado los esfuerzos, sumando más medios a los dispuestos en la jornada de ayer. Así, el ejecutivo autonómico apoya a Aragón con un técnico, un agente medioambiental, el helicóptero de Garray, un helicóptero bombardero, un avión del aeródromo salmantino de Matacán, una cuadrilla de Especialistas en la Lucha contra Incendios Forestales (ELIF), una autobomba, una cuadrilla de tierra, un bulldózer y un conductor de guardia. Ayer estuvieron trabajando en la zona del Monasterio de Veruela.

Por el momento hay siete municipios desalojados y 1.500 personas afectadas. La superficie quemada todavía no se ha determinado de forma oficial y, con el incendio activo, es precipitado dar una cifra. No obstante se baraja que sean al menos 6.000 hectáreas según los últimos datos del Gobierno de Aragón, aunque también han surgido cifras aproximadas superiores.

Los trabajos de extinción prosiguen por tierra y aire con medios provinciales, de varias Comunidades Autónomas, estatales y particulares, dado que también los vecinos y los agricultores con sus tractores se han sumado en la medida de sus capacidades a las tareas.