CENTENARIOS
Los 100 años de Ángela Peña y las imborrables vendimias en Ines
La residencia Virgen del Rivero, de San Esteban, acoge la celebración de una nueva centenaria
La Residencia Virgen del Rivero de San Esteban de Gormaz está de celebración. Su residente Ángela Peña López cumple cien años y lo ha celebrado junto a sus familiares y compañeros. Una vida de carácter risueño y de imborrables vendimias en su pueblo, Ines.
El diputado Gustavo Marín le ha hecho entrega de una placa de reconocimiento por ser un ejemplo para todos y por su actitud ante la vida y el acta donde se refleja la fecha de nacimiento. Ángela Peña, amable y agradecida, se ha mostrado orgullosa de poder celebrar el centenario con sus familiares y sus compañeros, quienes han sido partícipes de este día tan especial.
Gustavo Marín ha felicitado a la centenaria por ser "un ejemplo para todos que ojalá sepamos seguir la misma receta tan bien como lo ha hecho ella”, ha explicado. Asimismo, ha asistido la alcaldesa de San Esteban, María Luisa Aguilera, quien ha hecho entrega de un ramo de flores.
"No todos los días se cumplen cien años y, por ello, este aniversario se debe celebrar de una manera muy especial. A tu familia más cercana nos alegra reunirnos para disfrutar del regalo que es tenerte entre nosotros", recoge el comunicado remitido por la Diputación.
Historia de vida de la centenaria escrita por su familia
"Ángela Peña López nace el 1 de marzo de 1923 en la localidad pedánea de Ines, perteneciente al municipio de San Esteban de Gormaz. Es la sexta hija del matrimonio formado por Paula y Pedro. Desde pequeña ha tenido que trabajar en las tareas del campo para ayudar a sacar adelante a su familia.
Toda su vida ha estado enmarcada en Ines, donde contrajo matrimonio con Malaquías Barrios, fruto del cual nacieron sus cuatro hijos. Con muchas penurias, propias de la época, trabajó en el campo entre parcelas de cereal y pequeñas explotaciones de viñas. Y precisamente han sido las vendimias, las largas jornadas de trabajo con los mulos, que cuidaba en su propia casa o la celebración de la matanza del cerdo, lo que ha permanecido prácticamente imborrable en el recuerdo de su memoria, hasta el día de hoy.
Ángela siempre ha tenido un carácter risueño y alegre. Mientras sus capacidades físicas se lo permitieron, sobrepasando incluso los 90 años, empezaba el día recorriendo las pocas calles del pueblo, para dar los buenos días a los vecinos.
Terminaba la jornada regando esos geranios tan coloridos, que lucían en la entrada de su casa. Y entremedias, y sin faltar prácticamente ningún día a la cita, disfruta de la tarde echando una o varias partidas de cartas y, cuando el calor ya no apretaba, se daba su paseo y cuidaba con éxito su huerto.
Pocas personas pueden presumir de conocer a su tercera generación. Ángela tiene la suerte de disfrutar de 5 nietos y 5 biznietos. Para toda la familia siempre ha sido un referente de sacrificio y esperemos seguir celebrando todos los años que Dios le guarde entre nosotros".