SEMANA SANTA
Alcoba de la Torre (Soria). La Carrera más religiosa
Un centenar de actores voluntarios recrean en las faldas del castillo de la pequeña población la pasión y muerte de Cristo.
Como cada Viernes Santo, Alcoba de la Torre se convierte en el Calvario y el escenario auténtico de la Pasión y Muerte de Cristo, con la representación de la Carrera, una obra dirigida José Luis Martín Sastre, que reúne a más actores que vecinos para poner sobre un escenario natural las últimas horas de Jesucristo.
A los pies del castillo de Alcoba, vecinos e hijos del pueblo vuelven a recrear una historia que volvió a emocionar a los asistentes, en una noche donde la temperatura respetó e invitó a disfrutar de esta obra de arte que durante casi una hora recrea un papel clave en la Pasión de Cristo, con un centenar de actores voluntarios que no dudan en mantener vivo un acontecimiento cultural que ha pasado de padres a hijos y que ya el año pasado logró un relevo generacional.
Con la noche como protagonista y a los pies de la loma del castillo y el paraje que recuerda al monte Gólgota desde hace más de 25 años se recrea la última conversación de Jesús con sus apóstoles, el juicio de Poncio Pilatos a Jesucristo, después de que fuera atrapado en el huerto, donde estaba rezando, tras la traición de Judas por unas monedas de los romanos y cuya historia recogen los textos sagrados.
La sentencia de Pilatos sigue poniendo los pelos de punta a quienes por primera vez observan la escena, cuando su sombra se refleja en un muro de la pared del recinto fortificado, que impresiona cuando se ve por primera vez.
Unos minutos y metros más tarde llega el trágico final: la traición de Judas a Jesús y su muerte en un escenario único, que recreas el árbol donde se suicida, el palacio de Pilatos e incluso el cercano monte donde se produce la Crucifixión.
Porque entonces conducen al público a las eras cercanas, donde se produce ese sacrificio que hiela la sangre del público y logra recoger la gran ovación final para unos actores que logran mucho más que dar luz a un pueblo: darle vida, como cada Viernes Santo desde que se recuperó la Carrera en 1997, aunque sus orígenes se remontan a 1908.