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Abastecimento

Tierras Altas recibe la mitad del agua repartida por la Diputación en 2023

Los camiones de la institución han suministrado 3.420.000 litros de agua en el medio rural hasta mitad de septiembre de los que el 51% han sido para esta comarca

Estado en el que se encuentran las obras en San Pedro.GONZALO MONTESEGURO

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Soria

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El problema de agua en la comarca de Tierras Altas es un hecho. Y así queda plasmado en las cifras que cada año arroja la Diputación del servicio de los camiones cisterna. Hasta mediados de septiembre estos vehículos habían suministrado un total de 3.420.000 litros de agua y más de la mitad, en concreto, el 51,7% (1.768.000 litros) han ido a parar a diferentes pueblos de este territorio. Son once los pueblos que han necesitado echar mano de este servicio en algún momento del año (muchos de ellos en verano con el incremento de población que viven y la sequía que se ha producido) con Ventosa con 449.000 litros, San Pedro con 327.000 litros y Cigudosa con un total de 327.000 litros ocupando las primeras posiciones.

El alcalde de San Pedro, Carlos Martínez, lamentaba este viernes este escenario y el hecho de que tengan que seguir echando mano de este servicio porque no se toman las medidas necesarias. Es cierto que ahora mismo la localidad no cuenta con las limitaciones que tuvieron que imponerse durante la época estival en las que el pueblo multiplica por varios números su población pero aún con ello, y a pesar de las tres tormentas que han caído, la situación no se ha solucionado.

Martínez destaca: «Estamos prácticamente igual que en verano con el atenuante que ha llovido bastante y que el río, con muy poco caudal y desapareciendo en su trayectoria, va aguantando». Y añade: «Los mayores meses de sequía siempre han sido septiembre, octubre e, incluso, noviembre, ya veremos cómo va avanzado el otoño...» sobre todo, continúa, «teniendo en cuenta que las ganaderías siguen abasteciéndose de camiones cisterna de agua y que, Ventosa de San Pedro está teniendo problemas ahora con la calidad».

Con este escenario sobre la mesa, el alcalde sampedrano tiene claro que la solución pasa por retomar las obras de la presa sobre el río Mayor paralizadas hace cuatro años.

Mientras tanto, Martínez indica que «me han llamado del Somacyl (Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León) intentando poner una solución encima de la mesa no ya para este año, claro, que consistiría en coger agua de algún pozo que necesitara, después, por sus niveles de hierro o de otros componentes, pasar por una depuradora que habría que construir».

Todo con el objetivo de conseguir paliar un problema que se repite cada año y que, de momento, no tiene visos de solucionarse de forma definitiva con el consiguiente perjuicio que se provoca a la población, las fábricas, los hoteles... «El drama viene porque estamos esperando la construcción de la presa. Hay que presionar. No podemos estar con un proyecto tantos años y ver cómo hay un 20% de obra hecha y con la actuación paralizada desde hace cuatro años a pesar de contar con todos los informes bien hechos», asegura Martínez que concluye mirando a la Comunidad vecina: «Siento envidia de todos los colores al mirar a Enciso, que embalsa el agua que llega desde el Cidacos, río que nace en Soria... mientras nosotros no somos capaces de resolver lo nuestro».

La presa de San Pedro Manrique es una reivindicación histórica de este municipio soriano para mejorar el abastecimiento en las poblaciones de San Pedro Manrique, Palacio de San Pedro, Ventosa de San Pedro, Matasejún, Taniñe, que corresponden a todo el término municipal.

Además de Ventosa, San Pedro y Cigudosa, también ha sido necesario abastecer con agua en cisternas a Bretún (244.500 litros); Diustes (44.000 litros); Matasejún (63.000 litros); Santa Cecilia -Villar del Río- (92.500 litros); Valdelavilla (19.000 litros); Valtajeros (24.000 litros), Villar de Maya (72.000 litros) y Vizmanos (106.000 litros).

Ya han pasado 24 años desde el convenio marco firmado en 1999, entre el Ministerio y la Junta de Castilla y León, en el que el Gobierno regional se hacía cargo de las actuaciones necesarias para llevar a cabo la conducción del agua a las poblaciones beneficiadas, proyecto en el que ya había comenzado a dar los primeros pasos pero cuyo futuro, sin embargo, se encuentra ahora en la incertidumbre más absoluta.