Ribera
La mejor añada lleva 25 años recogiéndose en Langa de Duero
La localidad ha celebrado este puente del Pilar la XXV edición de las Jornadas de la Vendimia con una gran fiesta cultural, tradicional y enológica y gran asistencia
Langa de Duero comenzó, como explicó este domingo su alcalde Iván Andrés, hace 25 años un gran sueño: el de recuperar la tradición enológica de la localidad ribereña a través de unas jornadas muy especiales: las de la Vendimia, fue la idea del que entonces era su alcalde, Constantino de Pablo, al que era habitual encontrar en el viñedo, ayudando a cientos de escolares que durante estos años han pasado por Langa para aprender de esta tradición.
El actual edil quiso reconocer el trabajo, la ilusión y el esfuerzo por haber creado este producto que puso a esta localidad de la Ribera del Duero soriana en el mapa de la D.O., abriendo primero a escolares y después al público general, los secretos que guardan las viñas, los oficios vinculados a la vendimia, e incluso cómo pisar la uva, una de las acciones que más atrae desde entonces a los más pequeños. Durante esta celebración de aniversario, también hubo un momento para entregar una placa a Constantino y agradecerle que transformara ese sueño en realidad creando estas Jornadas.
Y de ese sueño hoy está la responsabilidad de cuidar el legado y el respeto a la tradición, por eso, celebrando sus bodas de plata, Langa de Duero ha rendido homenaje durante este puente a enólogos, bodegueros, pero sobre todo a cada uno de los habitantes de su pueblo y la comarca, porque hoy son muchos los que, de una manera profesional o artesanal, siguen vinculados a la viña, al terruño, como gusta llamar en estas tierras.
La XXV edición de las Jornadas de la Vendimia han supuesto durante estos días un homenaje a los mayores, que supieron ver en estas cepas centenarias el valor económico y cultural de sus tierras, también a la tradición, porque la recogida de la uva y su traslado hasta el lagar (uno de los tres con los que cuenta Langa de Duero tras haber restaurado estos inmuebles) se sigue haciendo casi como se hacía antiguamente, de hecho con todas las uvas recolectadas se traslada en carros y animales a la casa lagar (aunque hoy se haga con remolques y tractores).
Pero sobre todo ha sido también un homenaje a sus vecinos, son sus mayores los que durante años han mantenido la tradición y se la han explicado a los foráneos, sus asociaciones las que han trabajado para organizar las comidas, las visitas o los grupos que durante un cuarto de siglo han tenido una cita con Langa para aprender de esta tradición que ha sido el sustento o complemento económico de muchas familias en la Ribera.
Aprovechando el puente del Pilar desde el Ayuntamiento, en colaboración con la Diputación Provincial de Soria han desarrollado un programa en el que no ha faltada un mercado tradicional con representación de oficios, visitas guiadas al castillo, un torreón que hoy sigue protegiendo y vigilando la localidad, así como exposición de coches clásicos, actuación de títeres o de Crispín D’Olot, así como exposiciones de Playmóbil sobre el mundo del viñedo, con diorama incluido, junto con actuaciones musicales a cargo de la orquestina de la Cantina, que ayer despidió el programa, Circo de Calle a cargo de Birli y Birloque, Menaya, Carrión Folk, Ribera Fidelis o The Fatty Farmers, junto con la tradición de los gaiteros de Coto Redondo y la música de la Charalanga.
A esta fiesta se han sumado todos y durante los cuatro días del puente (a los que hay que sumar la presentación de las jornadas con cata de vinos y el concurso de vinos artesanales del pasado día 7) la localidad ha sido un ir y venir de turistas y vecinos brindando con lo que mejor atesoran en sus bodegas: el vino que es fruto del esfuerzo pero también un motivo de unión vecinal, desde el viñedo, al lagar, la bodega y la copa.