Navaleno celebró durante toda la mañana del sábado una edición más, -y ya suman quince-, de sus Jornadas de la matanza del cerdo de la mano de la Asociación Cultural Los Ojales, con el objetivo de seguir poniendo en valor una de las tradiciones más importantes del pasado de los pueblos. Una celebración que contó con numeroso público y con actos en torno al ritual como la elaboración de chorizos y la preparación de morcillas, pancetas y costillas, todo ello acompañado de un sol radiante de invierno y agradables temperaturas.
El gorrino llegó a la plaza sobre las 13.00 horas ya sacrificado y fue allí donde se mostró cómo se hacía antiguamente el trabajo de socarrar y pelar al cerdo, para después prepararlo para su despiece. A su vez, los integrantes de Los Ojales fueron cocinando los diversos productos para servirlos entre los asistentes a esta fiesta, que ya se ha convertido en uno de los días señalados del año. “Se trata de disfrutar, de hacer una jornada festiva en torno a una tradición que no queremos que se pierda”, señaló el presidente de dicha agrupación navalenense. Un total de 30 kilos de pancetas, 25 de morcilla y chorizos y 30 de costillas se dieron a degustar entre vecinos y visitantes, además de muchos litros de rico caldo. Todo ello en la Plaza Domingo Heras, donde también se desarrolló una exhibición de bailes por parte del grupo local de jotas, todas ataviadas con trajes típicos tradicionales de la zona.